La arquitectura imposible de Valcárcel Medina llega a Bilbao

La ‘Torre para suicidas’ o el ‘Edificio para parados’ son algunos de los proyectos de Isidoro Valcárcel Medina que buscaban causar polémica y remover conciencias y que ahora pueden verse en el Centro Azkuna de Bilbao

Valcárcel Medina

Las arquitecturas imposibles de Valcárcel Medina llegan a Bilbao. Foto: Luis Tejido | EFE.

Son construcciones que rozan lo imposible, aunque el artista y arquitecto Isidoro Valcárcel Medina prefiere llamarlas ‘Arquitecturas prematuras’. Elaboradas entre 1984 y 1992, su colección de propuestas de urbanización y edificación aterrizan en Azkuna Zentroa de Bilbao con el mismo objetivo con el que fueron diseñadas: proponer otros modos de vida u otros usos de espacios, dando lugar a debates que afectan a lo político y lo social.

Tras su paso por el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León), donde pudo verse el pasado año, el montaje de Arquitecturas prematuras se estrena en el Centro Azkuna, donde podrá verse hasta el próximo 18 de septiembre.

Arquitecturas imposibles

Planos arquitectónicos, soluciones técnicas, dibujos a mano de diferentes edificaciones… Ante los ojos desfilan propuestas constructivas a primera vista similares a otras realizadas esos mismos años. Sin embargo, basta fijarse en los nombres de los proyectos -Torre para suicidas, Edificio para parados, Colonia de chabolas, Museo de la ruina- para advertir que no son edificios al uso.

La muestra podrá verse hasta el próximo mes de septiembre. Foto: Azkuna Zentroa

Las ‘Arquitecturas prematuras’ desarrolladas por el Premio Nacional de Artes Plásticas 2007 son otra cosa. En su origen, y según sus propias palabras, buscaban “evidenciar la absoluta contradicción existente entre la realidad más inmediata del espacio urbano y las estructuras que pretendidamente lo configuran”.

Así, más que proyectos al uso son más bien propuestas conceptuales o irrealizables aunque no tanto por falta de desarrollo constructivo como de una mentalidad diferente.

Técnicamente posibles, si los proyectos del Valcárcel Medina son irrealizables es porque “necesitarían, para ser viables, otra época y otra mentalidad, es decir, son prematuros”

Tampoco son proyectos utópicos. En este sentido, por ejemplo, La Torre para suicidas (1984), es todo lo contrario a la utopía: «sabemos que la gente se suicida cada vez más, aunque no se publiquen los datos, y si es algo que ocurre pongámosles al menos las comodidades necesarias» explicaba entonces.

Usando planos convencionales Valcarcel Medina propone edificios irrealizables. Foto: Luis Tejido | EFE.

Otras formas de usar el espacio

La exposición, comisariada por Kristine Guzmán, muestra una treintena de estos proyectos en los que Valcárcel Medina (Murcia, 1937) muestra la capacidad de la arquitectura para proponer otros modos de vida u otros usos de espacios, posibilitando debates que afectan a lo político y a la sociedad.

Como en todas sus acciones, el artista, Medalla de Oro a las Bellas Artes en 2014 y Premio Velázquez de 2015, parte de lo cotidiano y utiliza el espacio urbano como un lugar de encuentro e intercambio con los demás, con la realidad inmediata y el momento presente.

Al haber estudiado arquitectura, Valcárcel Medina se sentía cómodo entre planos, secciones y alzados y, de hecho, los suyos son muy ortodoxos, un recurso irónico ya que la finalidad de su arquitectura, según explica, “no es más que meter el dedo en la llaga del poder; el cual, pudiendo hacer, no mueve un dedo, y se regocija en su propia inmundicia”.

Foto: Azkuna Zentroa.

Técnicamente posibles, si sus proyectos son irrealizables es porque “necesitarían, para ser viables, otra época y otra mentalidad, es decir, son prematuros”. De este modo, su interés va más bien sobre la capacidad de la arquitectura para proponer otros modos de vida u otros usos de espacios, posibilitando debates que afectan a lo político y a la sociedad.

De obras imposibles y una que sí se realizó

“La única función que yo quise encomendar a mis proyectos es la de dejar al descubierto cuán fácil resulta encontrar un tema; hasta qué punto se amontonan las sugerencias y las demandas; qué sencillez basta para la creación; cómo, en fin, el arte es un ejercicio y no una obra… En suma, lo que se entiende por proyecto”.

¿Responde realmente la arquitectura a nuestras verdaderas necesidades? ¿hasta qué punto pueden influir los poderes hegemónicos en la arquitectura? ¿está la sociedad preparada para asimilar nuevas propuestas de espacios? ¿puede un arquitecto proponer cambios en la mentalidad de una sociedad? Son algunas de las preguntas que plantea Valcárcel Medina.

Isidoro Valcárcel Medina con la comisaria Kristine Guzmán. Foto: Luis Tejido | EFE.

Además de proyectos encuadrados en sus ‘Arquitecturas prematuras’, la muestra añade también otros que cumplen con el espíritu de la serie como las ediciones de juego de “Ciudad anarquizada” o “Haz tú mismo Madrid”.

Por último, se incluye el libro de artista Réplicas al Neufert, realizado entre 1999 y 2000 para la exposición Contra la arquitectura que tuvo lugar en el Espai D’Art Contemporani de Castelló.

En la obra, el artista confronta páginas de El Arte de proyectar en Arquitectura, de Ernst Neufert -libro de cabecera de muchos estudiantes de arquitectura- y su propia versión del manual, con propuestas prácticas e irónicas sobre elementos arquitectónicos, normas y representaciones que involucran la construcción, instalación, distribución de ambientes y dimensiones de diferentes tipos de edificios, cuestionando de esta forma, los rígidos estándares propuestos y la libertad del acto creativo de hacer arquitectura.

En la muestra se exhibe además una obra que sí se llevó a cabo, su propia vivienda en El Escorial (Madrid), una obra levantada entre rocas y atravesada por rampas que se adaptaba a la geografía del lugar.

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