¿Es un yate, un dirigible o las dos cosas a la vez?
Air Yacht es un elegante barco de 60 metros de eslora, pero gracias a un dirigible de 200 metros puede volar y viajar a otros destinos por el aire
No es casualidad que esta idea se le haya ocurrido a una empresa suiza, un país con numerosos lagos, muchos de ellos encerrados entre altas montañas, pero sin salida al mar.
Si uno se aburre, pongamos, de navegar en el lago Léman, ¿qué tal montar el yate en un dirigible y llevarlo al lago Neuchatel o al Bielersee?
Ese es el principio de Air Yacht, una combinación de embarcación de lujo con dirigible; otra de las apuestas por recuperar este vehículo aéreo que tuvo su apogeo en el primer tercio del siglo XX, hasta que el trágico accidente del Hindenburglo condenó al ostracismo (aunque no a su desaparición).
Leer más: El lujo en el aire vuela despacio
La compañía Air Yacht espera tener el primer modelo en funcionamiento en 2026, aunque como suele suceder con este tipo de proyectos, la búsqueda de financiamiento, los problemas técnicos primero y legales después, y luego el lanzamiento comercial podrían atrasar el calendario.
Cómo vuela el Air Yacht
El proyecto es crear un dirigible capaz de volar entre 100 y 3.000 metros por encima del suelo, con una autonomía de una semana.
El dirigible consta de un módulo de 200 metros impulsado por un sistema híbrido capaz de viajar hasta 93 km/h.
La embarcación, de 52 metros de largo, será cargada por un dirigible de dos módulos capaz de volar a 93 km/h
Sostenido por un sistema de cables de acero cargará un lujoso yate de 52 metros de largo, construido en carbono para que sea lo más liviano posible.
Cómo es el yate de Air Yacht
La embarcación contará con tres cubiertas, con 750 metros de espacios cubiertos y las típicas comodidades de un barco de lujo, como sauna, piscina y hasta helipuerto.
Además presentará una terraza exterior de 120 metros cuadrados en la popa, que se puede usar cuando el yate está navegando o aparcado en tierra.
Su capacidad será de 10 a 12 pasajeros, distribuidos en cinco o seis elegantes camarotes. Para asistirlos se requiere una tripulación de otros 12 tripulantes, más otros tres necesarios para pilotar el dirigible.
Para subir o bajar rápidamente, la embarcación (o cabina, si está volando) tendrá un ascensor que permita el ascenso y descenso rápido de 12 personas.
Más una residencia que un barco
Dado que puede trasladarse a cualquier parte del mundo, tenga o no agua, el yate se convierte en una residencia cuando está en tierra firme.
El casco del yate cuenta con varios tramos de vidrio que permitirán a los pasajeros ver la vida submarina así como contemplar los paisajes cuando vuelan
“En un superyate normal tienes que permanecer en el mar. No puedes cruzar una colina o una montaña”, dijo el diseñador Franck Darnet; quien trabaja en el proyecto con los fundadores de la empresa, Guillaume Hoddé y Matthieu Ozanne.
“La mayoría de las cosas hermosas que ves en nuestro planeta, algunas de ellas están al lado de la costa […] pero muchas de ellas están tierra adentro”, agrega.
El casco de la embarcación-residencia tiene varias partes de vidrio, para que los pasajeros puedan contemplar tanto la vida submarina como el mundo que desfila bajo sus pies cuando vuelan.
Otros proyectos de yates voladores
Este no es el único proyecto de crear un yate volador. El estudio Lazzarini también tiene en carpeta un modelo llamado (¡sorpresa!) Air Yacht, pero que consiste de dos módulos con una cabina fija; capaz de acuatizar y navegar a una velocidad de cinco nudos (9,2 km/h).