Las miradas transgresoras sobre la maternidad llegan al MNAC

La exposición 'Maternasis' en el MNAC de Barcelona revela una cara poco idealizada e irónica de la gestación

Maternasis remite a un libro de Núria Pompeia publicado en 1967. Foto MNAC

La maternidad en el arte, si no era descaradamente ignorado, se reflejaba como un proceso idílico, sin complicaciones, sin tener en cuenta ni el dolor ni el cansancio de la mujer.

Desde la segunda mitad del siglo XX hubo un cambio de tendencia por parte de mujeres artistas que quitaron el pincel y el cincel a los hombres que retrataban a embarazadas, y mostraron otras caras del proceso de traer un hijo al mundo.

Así se puede ver en la exposición Maternasis, que el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) organiza hasta el 25 de septiembre.

La mirada incómoda sobre el embarazo

El nombre proviene de un libro de la artista Núria Pompeia editado en 1967, donde además de sus dibujos transgresores la exposición también permite descubrir el talento de Mari Chordà, Roser Bru y Parvine Curie.

La mirada feminista de Pompeia se centran en la soledad de la mujer durante el embarazo

La mirada feminista de Pompeia, a través de dibujos sencillos pero cargados de ironía, con un acertado uso de los blancos, que se centran en la soledad de la mujer.

Pompeia entrega una mirada irónica del embarazo con collages y trazos simples. Foto MNAC

En ellos Pompeia recurre a las técnicas del collage que recuerda al arte pop; donde con sutileza refleja los cambios de estado de ánimo, los sentimientos de angustia y dolor y los secretos de un proceso íntimo que solo las mujeres pueden conocer.

Maternasis fue el primer libro de esta artista pionera en la ilustración humorística femenina, reeditado hace poco por la editorial Kairós, y que del que el MNAC presenta 78 dibujos.

Maternidad y arte pop

Contemporánea a Pompeia era Mari Chordà, quienes a fines de los ’60 se caracterizó por sus obras abstractas con colores vibrantes y un espíritu lúdico propio del arte pop, aunque con temáticas feministas que fueron transgresoras en su momento.

‘Autorretrato embarazada’, obra de Mari Chordà. Foto MNAC

Fundadora del espacio La Sal y de la editorial homónima, en el MNAC se pueden ver tres obras -de una serie original de nueve- que evocan “el misterio orgánico y físico de la gestación”.

Las pinturas de Chordà, cercanas al arte pop, presentan una forma abstracta y sugerente de representar al cuerpo femenino

Con las formas alegres propias de esa corriente artística, Chordà imprime un nuevo significado con pinturas que evocan la representación amorosa y una idea sugerente del cuerpo femenino.

Arte de aires primitivistas

Otra de las artistas presentes es Parvine Curie, una escultora francesa fascinada por el arte románico, que vivió y trabajó en Cataluña en los años ’50.

Las esculturas de Parvine Curie presentan una estética primitivista. Foto MNAC

Las obras, realizadas mientas estaba embarazada de su hijo en 1960, presentan un lenguaje primitivista, como unos tótems en que el cuerpo de la mujer se confunde con el receptáculo del niño.

“El vientre, la vulva y la criatura se solapan en unas estatuas que evocan una concepción religiosa de la fertilidad”, precisan en el MNAC.

Relacionado con su arte están las creaciones de Roser Bru, artista catalana que emigró a Chile tras la Guerra Civil.

‘Mujer y sus partes’, una de las obras de Roser Bru. Foto MNAC

En obras como Mujer, de 1958, hay un aire a las estatuillas femeninas de la prehistoria; mientras que otras realizadas en 1968, en coincidencia con el Mayo Francés, también transmiten una sensación de energía y potencia.

Una extraña obra renacentista

Más allá de estas obras de artistas contemporáneas en el museo se puede ver un cuadro renacentista que sale de los cánones.

‘Virgen de la Buena Esperanza’, una de las pocas obras que muestran a la Virgen María embarazada. Foto MNAC

Se trata de la Virgen de la Buena Esperanza, pintado en el primer cuarto del s.XVI por Roderic de Osona.

Este es uno de los pocos cuadros que retratan a la Virgen María embarazada; una excepción que recuerda cómo “la sociedad tendía a esconder o despreciar un fenómeno biológico y creador absolutamente fundamental”, precisan en el MNAC.

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