¿Qué música marida con este champagne? La bodega Krug lo responde

El restaurante Voyage Samaritaine de París y las bodegas Krug ofrecen experiencias multisensoriales donde sus champagnes maridan con platos de la alta cocina y sonidos

Krug propone una nueva forma de escuchar al champagne. Foto Krug

La conjunción entre gastronomía y música se remonta a tiempos inmemoriales. Pero la casa Krug, productora de uno de los champagnes más exclusivos del mundo, sugiere una nueva forma de combinar el arte de la música con el arte de la buena cocina. Y de los mejores espumosos, claro.

En la quinta planta de las elegantes galerías comerciales de La Samaritaine, propiedad del grupo LVMH, se encuentra el restaurante Voyage Samaritaine Paris Pont Neuf, donde las comidas y cenas más elegantes se celebran bajo una cúpula de vidrieras de colores que recuerdan el glamour del art noveau.

A un lado del restaurante hay un espacio que parece más un estudio de grabación que un local gastronómico.

Más que un restaurante, parece un estudio de grabación. Foto La Samaritaine Paris Pont Neuf

La experiencia en el Krug Studio

Se trata del nuevo espacio Krug Studio, revestido de material insonorizado para lograr la máxima fidelidad en una experiencia que impacte en los cinco sentidos.

Los comensales pueden participar de la experiencia sensorial solo con champagne y un aperitivo o con comidas y cenas de cuatro a seis platos

La idea es que con cada plato y champagne Krug los comensales perciban melodías y tonos acordes a cada sabor y aroma.

Para lograr este maridaje de armonías y gustos la responsable de la bodega, Julie Cavil, ha trabajado estrechamente con IRCAM, el Instituto Francés de Investigación Acústica y Musical.

Uno de los platos que se degustan en la experiencia. Foto La Samaritaine Paris Pont-Neuf

El objetivo es comprender mejor cómo interactúan el oído, el olfato y el gusto con cada plato y copa, ya que cada champagne “puede percibirse como una alegoría musical para saborear gracias a menús exclusivos acompañados por cuatro o seis composiciones”, precisan en Krug.

Cómo son los menús de Krug Studio

Las propuestas más básicas cuestan entre 55 y 95 euros, donde se cata un Krug Grande Cuvée 169 Édition y un Krug 2006 con un Krug Grande Cuvée 162 Édition; respectivamente, acompañado de panes dulces con parmesano y bastones de Beaufort en hojaldre.

Esos mismos champagnes se usan en la degustación de cuatro y seis platos, que cuestan entre 260 y 370 euros; en donde se pueden probar platos como steak tartar con ostras y caviar, ravioles de vieria con huevas de trucha, rodaballo al vapor y mollejas con trufas, y sorbetes y merengues de cítricos.

El espacio gastronómico está revestido de material insonorizante. Foto La Samaritaine

La casa que desafía convenciones

Las salas de este inédito restaurante pueden acoger siete comensales, que tienen vistas a las cocinas donde trabajan Mathieu Viannay (dos estrellas Michelin y galardonado como Meilleur Ouvrier de France), junto con el chef ejecutivo de Voyage Jimmy Elisabeth y el chef asociado Antony Dorland.

“El espíritu inconformista de Krug vive en todo lo que hacemos hoy”.

Olivier Krug, sexta generación al frente de las bodegas

¿Y cuál es la razón de experimentar con alta cocina, champagnes y música? Lo responde Olivier Krug, la sexta generación de la familia Krug al frente de la bodega: “mi familia ha estado desafiando las convenciones durante siglos, razón por la cual este espíritu inconformista vive en todo lo que hacemos hoy”.

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