Jay’s Japanese: cocina nipona con el toque canalla de Gatsby

El restaurante-show de Barcelona que recuerda el glamour de los años ’20 inaugura un local más pequeño pero no menos sofisticado, centrado en cócteles premium y elaborados platos nipones

Gatsby pertenece a ese puñado de locales de ocio relativamente jóvenes, con solo siete años de vida, pero que tiene aspiraciones de convertirse en un clásico. Tiempo al tiempo.

Se trata de un restaurante de grandes dimensiones donde las cenas se combina con espectáculos en que la seducción, los cuerpos que se contornean y la estridencia en su justa medida combinan en noches de glamour, en pasarelas para ver y ser visto.

El nuevo espacio de Gatsby

Hace una semana Gatsby inauguró una opción gastronómica como preludio a su propuesta de ocio: Jay’s Japanese, un local pequeño, solo para 35 comensales, con más aires de espacio privado o vip que de restaurante al uso.

La decoración es un homenaje a los años ’20. Foto Jay’s Japanese

Jay’s Japanese tiene capacidad para solo 35 cubiertos, al estar pensado como un espacio privado como prólogo a la diversión de Gatsby

El lugar tiene acceso directo desde Tuset 19, y una puerta lateral comunica con la gran sala de su hermano mayor; que dicho sea de paso, para su reapertura ha renovado sus espectáculos y presenta una gran pantalla de leds que interactúa con la música y el baile.

Ambiente relajado

La música en Jay’s Japanese es más suave –¡gracias!-, lo que permite poder conversar sin temor a quedar afónico.

Su decoración, a cargo de Dpoch Studio, rememora los años ’20 con los sillones de terciopelo, las arañas con cristal de láminas, las lámparas laterales con filamentos dorados y diversos guiños al art déco.

En la parte central hay una barra, pensada más para despachar que para acodarse, donde se elabora una interesante selección de cócteles premium.

Tacos de atún con aguacate. Foto Jay’s Japanese

Sofisticada cocina japonesa

La cocina, ya lo anticipa su nombre, es japonesa. Como corresponde a la versión más sofisticada de la gastronomía nipona, son porciones para quedar satisfecho sin tener que quedar agobiado, con una equilibrada propuesta de ceviches, ostras, nigirs, sashimis y makis.

La carne es de wagyu A5, uno de los cortes más caros del mundo

En nuestra invitación, probamos un poco de cada opción, aunque una de las mejores preparaciones era el taco tartar de salmón. Y a no olvidarnos de la ensalada tibia de langostinos, una relectura de cómo elaborar el popular crustáceo.

Ensalada de langostinos. Foto JP Chuet-Missé

Como principal, degustamos las costillas de wagyu cocinadas a baja temperatura con demi-glace japonesa, desmenuzadas y que se podía comer con palillos sin problemas.

Pero también se puede probar la carne de wagyu tataki A5 (con parmentiere de edamame) o el roll wagyu también A5 (la clasificación es la máxima para los cortes de exportación de esta raza vacuna japonesa) con enoki, ikura y salsa ponzu.

Selección de nigiris. Foto JP Chuet-Missé

Otra opción, para los que quieren continuar el camino iniciado con los sushis, es optar por el bacalao negro de Alaska con miso, o el salmón a baja temperatura con salsa yuzumiso.

Opciones accesibles y otras más exclusivas

De postre, impecable el cheescake de yuzu (cítrico japonés), aunque tampoco estaban mal los mochis de anko, tres chocolates, sakura y maracuyá.

Costilla de carne wagyu. Foto JP Chuet-Missé

Un menú medio estaría entre los 30 y 50 euros, pero por supuesto que hay opciones más exclusivas y se puede escalar con platos de mayor coste.

Y al terminar, se puede optar por la clásica sobremesa o con una copa en la mano cruzar la puerta de madera art déco y seguir la noche, al menos hasta las 3.00 AM, en la gran sala del Gatsby.

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