ECOncrete, empresa israelí fundada por dos biólogos marinos, se planteó cómo solucionar la degradación de los océanos de infraestructuras como pilares de plataformas petroleras, gasoductos, oleoductos o cables submarinos entre otras.
La solución que han planteado es desarrollar una tecnología que permite que el hormigón empleado en estas infraestructuras estimule la biodiversidad y la conservación de las especies, al generar la proliferación de diversos ecosistemas.
De esta manera contribuye a la absorción de carbono y a largo plazo a combatir el cambio climático.
El objetivo es devolver la vida a los océanos, aumentar la biodiversidad y reforzar las estructuras submarinas y costeras. Han demostrado que estas son más resistentes cuando están cubiertas por la fauna y flora.
Para lograrlo han desarrollado una tecnología cuya composición química y sus diseños 3D basados en la naturaleza facilitan que organismos como corales, ostras, gusanos de tubo o algas marinas se incrusten y adhieren a la infraestructura, lo que las hace más resistente y duradera.
Han conseguido que este sistema se implemente en los muelles de Nueva York con una inversión de más de 100 millones de dólares y en el Puerto de Vigo, en un proyecto financiado por la Comisión Europea.
Esta tecnología les ha llevado a ganar el premio a la mejor start-up de BNEW Sustainability.