Eindhoven: gastronomía de vanguardia en una antigua fábrica de bombillas

La Torre de la Luz de Philips era un ícono del progreso de los Países Bajos. Pero en este veterano edificio industrial ahora se encuentran una cervecería, una panadería de diseño y un tostador de café

Vista de la Torre de la Luz, en el centro de Eindhoven. Foto Reynaers

Eindhoven en una ciudad de los Países Bajos que presume de diseño. Y no solo es cuestión de crear cosas nuevas, sino también de dar una nueva vida a edificios o infraestructuras que han quedado obsoletas; concepto que los neerlandeses tienen muy desarrollado.

Lo hemos visto hace poco en unas antiguas instalaciones aeroportuarias convertidas en restaurante y ahora también conocemos la resurrección de una fábrica emblemática en un polo gastronómico.

La Torre de la Luz

Se trata de la Torre de la Luz, construida a principios del siglo XX por Philips, como una muestra de su expansión empresarial y que representaba el potente cambio de esta ciudad como motor industrial.

La Torre de la Luz fue construida a principios del siglo XX por Phillips para fabricar sus bombillas, y por décadas fue su sede corporativa

Conciertos en la terraza de la Torre de la Luz. Foto Ruud Balk

En un principio las instalaciones eran fábrica de bombillas y más tarde se convirtieron en las oficinas centrales de la compañía.

Con sus grandes ventanales y su estructura de hormigón, el edificio de seis plantas que culmina en una cúpula octogonal fue un ejemplo de Nueva Objetividad, movimiento artístico y arquitectónico que descolló en Alemania, Países Bajos y otros países europeos hacia 1920.

En 1990 Philips dejó el edificio al mudarse a Ámsterdam, y la Torre de la Luz resucitó como edificio residencial, con oficinas y dos hoteles (uno de ellos boutique) que conservó el espíritu de la estructura que es un símbolo de la ciudad.

Café y pasteles en el Coffeelab. Foto Coffeelab

Entre los nuevos establecimientos se encuentra el Café Restaurante Eindhoven, que además de ser un lugar para tomar un cappucino con huevos royal y brioche o degustar pastas, salmones marinados o gallos al vino, también presenta tres espacios culinarios diferentes.

La microcervecería

Una es la microcervecería artesanal, donde las variedades de esta bebida se producen en pequeños lotes de 10 hectolitros, en una carta de aromas y sabores que va rotando cada mes.

También se puede elegir por cervezas tradicionales de Baviera, donde los consumidores se sirven directamente del barril y pagan por litro.

Elabora tu café

Otro es el tostador de café. La movida gourmet de la bebida caliente es cada vez más sofisticada, y los puristas consideran que la mejor degustación es la que se hace con los granos recién tostados.

Pues esto se puede hacer en el Coffeelab de la antigua Torre de la Luz, donde en un espacio de 12 metros cuadrados se puede elegir el tipo de café, se tuesta, y tras pasar del verde al marrón claro u oscuro, los granos se envasan en dos tipos de blends, el No School (el tradicional de la casa) y el Old School, que luego se puede degustar en la cafetería o comprar para llevar a casa.

Productos de la panadería Meelmuts. Foto Cafe Restaurant Eindhoven

Panadería tradicional

El tercer espacio es la panadería Meelmuts, un emprendimiento familiar que hereda el conocimiento de cinco generaciones fabricando productos sin aditivos ni saborizantes.

En el Coffeelab es posible elegir el tipo de grano, tostarlo y llevarlo a casa o probarlo en la cafetería de la antigua Torre de la Luz

En el lugar se puede comprar desde panes sumamente blancos por su proporción de leche hasta el marrón claro de trigo, junto con integrales, de molido fino, de masa madre y con levadura.

Y tampoco faltan los sándwiches, los cruasanes, los rollos veganos de canela y los bollos de muesli, junto con dulces como el allemanskoek, tipo de galleta de consistencia dura con harina de espelga, galletas de miel y nuez.

a.
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