Los valles glaciares de Cantabria, al alcance de la mano

El programa Actívate en Alto Campoo permite descubrir las huellas que dejan los glaciares en los los impactantes paisajes de las montañas cántabras

La soledad de los valles cántabros. Foto Bárbara Quevedo

Rodeada de cumbres que superan los 2.200 metros, la estación de esquí y montaña de Alto Campoo es el centro de deportes invernales más importante de Cantabria. ¿Pero solo se puede disfrutar en invierno?

Pues no, porque en el verano, cuando las nieves han dejado paso a un tapiz de prados y rocas, estas montañas se convierten en la puerta de entrada para conocer los secretos de los glaciares.

A lo largo de agosto se pueden realizar diferentes rutas que forman parte del programa Actívate en Alto Campoo, actividades promocionadas y subvencionadas por CANTUR, en las que se puede conocer cómo estas lenguas de hielo han modelado el paisaje desde hace siglos, además de concienciar sobre su retroceso por el cambio climático.

Cada contingente es liderado por la guía y geógrafa Bárbara Quevedo de Celis, que detallará la geografía y los ecosistemas que los participantes van transitando.

La oportunidad de descubrir los paisajes glaciares de Cantabria. Foto Bárbara Quevedo

El punto de partida es el hotel La Corza Blanca, ubicado al pie del complejo de esquí de Campoo, y los grupos son de hasta 25 personas.

El glaciar de Cuenca Gen

Una de estas rutas es El glaciar de Cuenca Gen, que se realizará cada jueves, sábado y domingo a las 10:00 desde ese hotel de tres estrellas. En el recorrido, de seis kilómetros, se llega hasta ese circo glaciar que recuerda a los paisajes alpinos.

En las excursiones se verá cómo los glaciares moldearon el paisaje de alta montaña cántabro, pero también el impacto de la acción humana

Modelado al pie de la emblemática cumbre del Pico Cordel, en este valle de origen glaciar se encuentran representados los principales elementos del glaciarismo, como turberas, brezales, praderas de montaña y canchales de piedra.

Saltos de agua en la cuenca de Sapos y Cirezos. Foto Bárbara Quevedo

La cuenca de Sapo y Cirezos

Más larga es la ruta por la cuenca del Sapo y Cirezos. Con una extensión de 10 km y un desnivel de 650 metros, llega hasta la cuenca glaciar del Sapo, que es uno de los lugares “más desconocidos y bellos de la zona”, aseguran en Turismo de Cantabria.

Coronando este paisaje está el Cuchillón, la cumbre más alta de Alto Campoo, con 2.222 metros de altitud.

Desde este lugar se inicia un descenso para otear el Hoyo Sacro, donde se podrán observar formas de modelado glaciar de gran singularidad.

De ahí el grupo desciende hasta el valle del Híjar, que en su tramo alto ofrece una serie de cascadas y pozos en rincones donde los participantes tendrán opción de darse un baño.

Caballos silvestres en los valles. Foto Bárbara Quevedo

El Patrimonio de Campoo

La tercera ruta, llamada del Patrimonio de Campoo, es un recorrido circular de ocho kilómetros con un desnivel de 550 metros.

Mientras se camina desde el alto de Peña Hincá hasta la cabaña de pastores de Sel de la Hoz se puede conocer el patrimonio cultural asociado a la ganadería extensiva.

A lo largo del trayecto podrá divisarse entre el arbolado el verdor de Prao Nestosa para continuar hacia el Acebal de Abiada y adentrarse en un ambiente sombrío, fresco y aislado, pero de singular belleza.

Cuando se retiran las nieves dejan paso a un paisaje diferente. Foto Bárbara Quevedo

Para estos trayectos, recuerdan los organizadores, hay que llevar al menos un litro de agua, algo de comida, botas de montaña o zapatillas de deporte y es recomendado algún abrigo.

Y si alguien tiene pocas ganas de caminar, que sepa en que en ese hotel también se alquilan bicicletas eléctricas, una forma más cómoda de descubrir los valles y montañas de Cantabria.

a.
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