¿La Palma en verano? ¡Por supuesto que sí!

La Palma apuesta fuerte por recuperar el turismo, y presenta las mejores opciones para esta temporada para desconectar y encontrarse con su naturaleza

Uno de los miradores de La Palma que abren la puerta al infinito. Foto Abián San Gil

La Palma sigue siendo la isla bonita, porque más allá de la cicatriz que ha dejado el volcán de Cumbre Vieja en el terreno y en las almas de los palmeros, aquí todos están luchando para recuperar su forma de vida.

El turismo es una de sus apuestas, y tiene valores para lograrlo. Se ve en sus aguas donde viven toda clase de cetáceos, en sus bosques húmedos y densos, en sus cumbres de extraña belleza desprovistas de vegetación, en su particular gastronomía y en sus miradores de estrellas.

Avistaje de cetáceos

La fajana que ha generado la erupción del Cumbre Vieja ha creado un territorio que avanzó sobre el Atlántico, una lengua de piedras volcánicas que se descubre en las excursiones en barco que parten desde el Puerto de Tazacorte.

Pero además de esta anécdota geográfica el verdadero impacto de estos viajes está en el avistamiento de especies marinas como las ballenas, delfines, tortugas y peces, que se hace desde la cubierta o desde los cascos transparentes de los barcos.

Avistamiento de delfines. Foto José Roca
Avistamiento de delfines. Foto José Roca

Según los guías locales, la tasa de éxito en dar con grandes cetáceos es del 90%. Así que a armarse de paciencia y esperar a que emerjan algunas de las 26 especies que merodean por la zona, desde la gigantesca ballena azul hasta los delfines.

Caminar por el volcán

Mientras el volcán estaba en erupción hubo personas que, movidas por la curiosidad, el morbo o el interés científico quisieron ver esta furia de la naturaleza en primera persona.

El Cumbre Vieja ha modificado el paisaje, y las empresas de turismo receptivo ofrecen salidas de dos horas por la ladera del volcán, hasta un punto cercano al cono de fuego.

La fajana que dejó el volcán. Foto David Rosario
La fajana que dejó el volcán. Foto David Rosario

La experiencia se completa con una visita al Centro de Interpretación de Cavidades Volcánicas Caños de Fuego, cerca de la erupción del año pasado, y donde se puede visualizar junto con las coladas de lava.

Guías locales ofrecen rutas de dos horas por la ladera del Cumbre Vieja para ver cómo la erupción ha modificado el paisaje local

Las alteraciones a la geografía de La Palma también se pueden ver desde diferentes miradores, como el monumento Virgen de Fátima, la iglesia de Tajuya, el puerto de Tazacorte y el mirador del Castillo de la Virgen (Montaña Tenisca).

La gastronomía de La Palma

La gastronomía de las Canarias es única, y a su vez cada isla tiene sus gustos y tradiciones particulares.

El pulso de sus principales localidades como Santa Cruz de La Palma y Llanos de Aridane se sienten en sus mercados, aquí llamados recovas; o en los mercadillos de agricultores de los pueblos de Puntallana, Puntagorda, Villa de Mazo, El Paso y Breña Alta.

Potaje canario. Foto Enrique Navarro

Allí se pueden probar sus famosos quesos, mojos, gofios, papas arrugadas y dulces como la rapadura, los marquesotes (bizcochos de harina de trigo, huevos y azúcar) y el queso de almendra; además de postres como el Príncipe Alberto (chocolate, almendras y bizcocho), y el quesillo.

Playas negras

Para los que busquen desconectar en unas playas increíbles, y además con poca cantidad de bañistas, se puede tirar la toalla en La Zamora, bajo un acantilado en el municipio de Fuencaliente, que es un buen punto para ver el atardecer.

En la costa de Villa de Mazo están las playas de Echentive y la Salemera; mientras que en Porís de Candelaria en una jornada de senderismo se puede llegar a las pequeñas casas blancas construidas por los lugareños hace casi un siglo para huir del calor.

Playa de La Zamora. Foto JM Moreno
Playa de La Zamora. Foto JM Moreno

Otra opción son las piscinas naturales, donde el mar salta las rocas y permite bañarse sin tener problemas con el oleaje, como son las de Charco Azul o La Fajana.

Y sino, siempre quedan las populares playas de arenas negras del Puerto de Tazacorte, Santa Cruz de La Palma, del Charco Verde, de Bajamar o de Puerto Naos, entre otras.

Miradores al infinito

La escasa o nula contaminación lumínica de La Palma la convierte en un sitio ideal para contemplar las estrellas, lo que le llevó a ser catalogada como Reserva Starlight.

Centro de visitantes de Roque de Los Muchachos. Foto Van Marty

La isla cuenta con una red de miradores para los amantes del astroturismo como los de San Bartolo en Puntallana, el del Infinito en Roque de los Muchachos, el del Volcán de San Antonio en Fuencaliente o el de Montaña Buracas en Garafía.

Para combinar la contemplación del firmamento con las explicaciones científicas hay que concurrir al nuevo Centro de Visitantes de Roque de los Muchachos, donde además de presentar la historia palmera vinculada a la astronomía se detalla el trabajo que se realiza en este observatorio.

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