Con cabañas flotantes en un lago privado: así es el nuevo hotel más bonito del sur de Francia

En la costa vasca francesa, Brindos, Lac & Chateau es un insólito hotel que gira en torno a un lago privado sobre el que se alzan diez cabañas flotantes, sostenibles y a todo lujo, solo accesibles en barcas

Las cabañas flontantes de Brindos Lac & Chateau. Foto: Mar Nuevo.

Hay hoteles que están en destinos y hay otros que lo son en sí mismos. Es el caso de Brindos, Lac & Chateau. Ubicado en la localidad de Anglet, es un punto de partida perfecto para recorrer el País Vasco Francés y descubrir rincones de Biarritz, Bayona o San Juan de Luz. Pero además es un exclusivo refugio plagado de encanto en torno a un lago privado que acaba de inaugurar las primeras cabañas flotantes de Francia.

En el territorio histórico de Labort (Lapurdi en euskera), al llegar a Brindos nos da la bienvenida la imponente fachada del château, una construcción de inspiración hispanomorisca que se descubre entre el verdor del bosque cubierta de enredaderas y rodeada de hortensias azules, blancas y de intensos rosas.

Sobre una de las casas más antiguas del territorio, Sir Reginald Wright, apasionado del arte y del País Vasco, construyó un castillo mágico en los años 30 del siglo pasado y lo convirtió en una oda al hedonismo, un lugar que acogía bailes y reuniones y donde la belleza se paseaba vestida de Chanel entre soleadas terrazas y el embarcadero de su lago privado, uno de los mayores de Francia.

Brindos se ubica en Anglet, en el País Vasco Frances. Foto: ©Mathilde Ranchon.

Un hotel que mira a su propio lago

En el año 2000, Serge Blanco, leyenda francesa del rugby muy vinculada al País Vasco Francés (jugó en el Olympique de Biarritz durante toda su carrera deportiva) y reconvertido después en empresario, propietario del hotel Relais Thalasso de Hendaya y una firma de moda masculina, entre otras, se hizo con la propiedad de Brindos, que transformó en hotel preservando la herencia del lugar pero dotándolo de modernidad y confort.

20 años después, ahora en manos del grupo Millésime, el lugar renace como templo de descanso y placer y estrena nuevos ambientes que conservan el carácter original del edificio y le aportan nuevo brillo.

Marie-Christine Mecoen, directora artística de Millésime, es la responsable de la exquisita transformación. De orígenes vascos, ha escogido personalmente cada mueble, cada objeto de decoración y cada tejido para contar una historia.

El château tiene un estilo de inspiración morisca. Foto: ©Mathilde Ranchon.

Conservando y restaurando la mayor parte del mobiliario original del château, desde sillones a carpintería y añadiendo sabiamente elementos de modernidad, Mecoen se ha rodeado de diseñadores franceses para renovar las 29 habitaciones del hotel.

Telas, cortinas y vajillas firmadas por Jean-Vier, objetos de bambú dorado de Santano, ropa de cama de Maison de Vacances, impresionantes lámparas en cascada Spiridon o Mise en Demeure son algunas de las piezas que pueden encontrarse, algunas localizadas en diferentes puntos de Francia, y conjugadas con acierto en Brindos.

El lago, protagonista

De generosos espacios y hermosas vistas, la gran mayoría de las habitaciones se orientan al lago, el verdadero protagonista del complejo.

Todo el hotel se orienta hacia el lago privado. Foto: ©Mathilde Ranchon.

Un lago, por cierto, con su propia leyenda, que dice que cada 14 de septiembre hermosas hadas salen de los nenúfares y danzan sobre el lago. No era 14 de septiembre en mi visita por lo que no pude constatar semejante espectáculo, pero sí dar fe de la magia que destila esta lámina de agua que ahora, además, estrena las nuevas joyas del hotel.

Se trata de 10 lodges o cabañas flotantes, totalmente independientes y solo accesibles en pequeñas barcas eléctricas. Sostenibles y energéticamente autónomas, cuentan con terrazas privadas, algunas incluso con bañeras de hidromasaje en el exterior, y todo el lujo del resto del establecimiento.

Brindos cuenta con 10 cabañas flotantes. Foto: ©Aymeric Masson.

De madera y decoradas en tonalidades verdes, terracotas y blancos, las cabañas son un reflejo perfecto de la naturaleza a su alrededor e invitan a una desconexión total, solo rodeados del rumor de los árboles y el agua y el canto de los pájaros.

Las cabañas están construidas de modo sostenible y están dotadas de autonomía energética

Un más que atento servicio de habitaciones se encarga de los traslados en cualquier momento del día o de la noche, así como de servir deliciosos desayunos, brunch o cenas privadas en las cabañas, todas con nombre de hadas (entre 2 y 4 personas, desde 235 euros la noche).

Los lodges son sostenibles y energéticamente autónomos. Foto: ©Gaëlle Le Boulicaut.

Paraíso gastro

También mirando al lago encontramos el restaurante, un hermoso espacio acristalado de vistas panorámicas y acogedora atmósfera, el reino de la chef Flora Mikula, para el que ha diseñado una cocina comprometida con los productos de proximidad y las tradiciones locales.

El chef Hugo De La Barrière se encarga de que desfilen por la mesa platos perfectamente ejecutados que van de terrinas y pâtés en croûte, pescados y mariscos locales o ternera gallega al tartar que se termina frente al comensal.

Restaurante panorámico de Brindos. Foto: ©Gaëlle le Boulicaut.

Imprescindible dejar sitio para las propuestas dulces que firma el chef repostero Mathieu Mandard, campeón de Francia en postres (2004), que pone la nota dulce con un original menú (¡y carritos!) de postres formado por clásicos modernizados: pastel de chocolate y cítricos, distintos pasteles vascos, tarta de frutas de temporada, milhojas, pastel Paris-Bayonne… todos al corte y para compartir. El postre estrella es el borracho de ron, servido con el relleno y licor a elegir.

El spa se extiende hasta el lago gracias a dos cabinas flotantes donde disfrutar de tratamientos rodeados de agua y naturaleza

El resto del día, la gastronomía se puede disfrutar en el pontón del lago, en el salón, el bar o la piscina.

Bar del chateau. Foto: ©Gaëlle Le Boulicaut.

Una copa de vino en el Grand Salon, para acompañar una tabla de ibéricos o quesos vascos, una copa en Le Bar, de inspiración escocesa o un zumo recién hecho en La Piscine, enfrente del lago, junto a un picoteo con los platos más ligeros y sanos, además de propuestas veganas y sin gluten, son otros de los momentos que brinda el hotel.

La sorpresa: una chocolatería

Entre las sorpresas que guarda Brindos está una chocolatería a cargo del conocido maestro chocolatero Cazenave, con sede en Bayona.

En La chocolatería se puede desayunar o degustar un brunch sin horarios fijos, y sus puertas están abiertas tanto a los alojados como a visitantes durante todo el año. Su menú para paladares golosos incluye productos locales preparados artesanalmente: bollos, bizcochos, galletas bañadas en chocolate, pastas, cookies, embutidos, productos lácteos, pescados ahumados…

La Chocolatería de Brindos. Foto: ©Gaëlle Le Boulicaut.

A la hora del té o el café, no falta el famoso chocolate caliente espumoso, producto emblemático de la casa Cazenave, que aquí se prepara delante de nuestros ojos. Los productos se pueden comprar en una coqueta boutique, así como piezas de la vajilla o los textiles que vemos en el hotel.

Una cabina de tratamientos flotante

Además de piscina exterior de temperatura controlada, Brindos dispone de un espacio de spa y bienestar con 4 cabinas de tratamiento, dos de ellas dobles, 4 grandes jacuzzis y un haman. Lo más singular, sin embargo, es que el spa se extiende hasta el lago, con dos cabinas flotantes en las que disfrutar de tratamientos exclusivos rodeados de naturaleza y agua.

Spa de Brindos. Foto: ©Mathilde Ranchon.

Como un destino que es, Brindos, Lac & Chateau ofrece todo tipo de actividades que van desde clases guiadas de meditación, yoga, paseos alrededor del lago, cursos de baile o actividades para padres e hijos, entre otras.

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