5 razones para viajar a la isla de La Palma y vivir un verano a ritmo ‘slow’

Bosques de laurisilva, increíbles cielos estrellados, volcanes, piscinas en el océano y pueblos con encanto conviven en un destino ajeno a las aglomeraciones que respira autenticidad y al que este verano es más fácil llegar gracias a Vueling

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a isla de La Palma no se parece a ningún otro lugar y con eso podría bastar para visitarla pero, además, todo lo que tiene de diferente la Isla Bonita lo tiene también de especial. Un pequeño paraíso en el Atlántico que debe su origen a los volcanes y que conserva bosques que en otras latitudes se extinguieron hace milenios, que ofrece baños refrescantes en piscinas directamente sobre el océano y cuyos cielos abren ventanas a millones de estrellas.


 


Un pequeño paraíso, además, que ha logrado ese complicado equilibrio entre la hospitalidad y la autenticidad, en el que nunca hay aglomeraciones y sigue manteniendo su esencia y sus tradiciones, donde se come rico y se siente bien. Un lugar que, más allá del viaje, se convierte en una experiencia enriquecedora.


 


Sostenible, auténtico y tranquilo, si aún no te lo habías planteado como destino, en la conexión directa de Vueling esta temporada desde Barcelona tienes la razón definitiva.


Con un 25% de su superficie cubierta por laurisilva, la isla de La Palma es una de las pocas reservas del mundo de este antiguo bosque

Por nada hay que perderse caminar en el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, una espectacular hendidura de ocho kilómetros de diámetro y hasta uno y medio de profundidad, cubierta de densos bosques de pino canario y surcada por profundos barrancos es un oasis de paz para el caminante.


Experiencias que transforman

Que en la isla de La Palma se vive a otro ritmo lo descubrimos nada más bajar del avión. Y cuesta muy poco adaptarse a su estilo de vida gracias a sus pueblos pequeños y encantadores, sus alojamientos con encanto, su hospitalidad o la atención a los pequeños detalles que aquí es una constante.


 


Reservar un tiempo para fotografiar el famoso mar de nubes o la cascada de colores en La Caldera de Taburiente; visitar pueblecitos de cuento como El Tablado o Las Tricias; enamorarse de un atardecer en el Mirador del Time o el Mirador de los Llanos del Jable; o llenar el carrete del móvil con fotografías del impresionante contraste del negro volcánico con el blanco de la sal en Las Salinas de Fuencaliente son solo algunas de la inabarcable lista de experiencias aparentemente sencillas pero transformadoras que reserva La Palma.


 


Este verano Vueling conecta Barcelona con la isla de La Palma con dos vuelos semanales que permiten llegar al paraíso en menos de cuatro horas y olvidarse del mundo.