Bocairent, una joya de roca y naturaleza escondida en la Comunitat Valenciana
Calles empinadas, casas que se asoman al barranco, cuevas y pasadizos en la roca esconden los secretos de una histórica localidad en la Vall d’Albaida
U
n pueblo que brota de la roca. Que la abraza y la asciende, la rodea y la atraviesa. Bocairent no se entiende sin el macizo que, al pie de la Sierra de Mariola, da lugar a una localidad que se alza a 600 metros sobre el nivel del mar.
En el extremo sur de la provincia de Valencia, en la Vall d’Albaida, la sorpresa llega antes de poner siquiera un pie en este pueblo.
Su escarpado perfil deja ver a medida que nos acercamos calles empinadas y casonas que parecen asomarse al barranco para disfrutar de la vista: un hermoso valle atravesado por los ríos Clariano y Vinalopó y un sistema montañoso, con parque natural incluido, donde se alternan la vegetación mediterránea, los cultivos tradicionales y las formaciones rocosas modeladas por el paso de los siglos.
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción está construida sobre las ruinas del antiguo castillo árabe
Tras la primera parada en la plaza del Ayuntamiento, la ruta continúa hasta la calle Mosén Hilari para asomarse al Mirador de les Covetes dels Moros, donde se toma un primer contacto con este particular monumento excavado en una pared rocosa.
A continuación, el puente de Darrere la Vila conducen a las Covetes del Colomer, otra agrupación de cuevas-ventana de Bocairent que en 2011 se rehabilitó para acoger un centro de interpretación.
Perfecta para ir con niños, la gincana El legado de Bocairent permite, a través de una aplicación de móvil, recorrer el barrio medieval mientras se resuelven enigmas que permite llegar hasta el final del juego: descubrir cuál es el tesoro más valioso de Bocairent.
Custodiada por montañas y barrancos es precisamente uno de estos últimos, el Barranc de la Fos, el que alberga otro de los imprescindibles de la localidad. Se trata de les Covetes dels Moros, un conjunto de cavidades excavadas en una pared de roca que domina el paisaje conformando un sorprendente y magnético mosaico vertical.
En total, un complejo con más de 50 cámaras excavadas entre los siglos X y XI con ventanas que se disponen en tres o cuatro niveles, sin llegar nunca a formar pisos regulares.
Diferentes estudios han probado que las cuevas, en excelente estado de conservación, servían como graneros y almacenes de seguridad en comunidades campesinas de ascendencia bereber.
Hoy ofrecen una experiencia singular pues, al recorrerlas, nos convertimos en una suerte de exploradores en este singular espacio que aúna historia y algún que otro misterio aun sin resolver como, por ejemplo, por qué se ubicaron aquí las cuevas más numerosas de toda la cabecera del río Clariano.
También una oquedad en la roca, pero muy diferente en origen y uso, es la Cava de Sant Blai, ya de época moderan que se utilizaba a modo de nevera para aprovechar el frío natural y conservar en la nieve productos como alimentos.
Entre fuentes, masías y plantas aromáticas
La visita a Bocairent no se acaba con el casco histórico y los alrededores. De hecho, la localidad es una de las principales puertas de acceso al Parque Natural de la Sierra de Mariola, un espacio protegido de más de 16.000 hectáreas famoso por su extraordinaria riqueza botánica.
Con más de 1.400 plantas catalogadas representa un magnífico exponente de biodiversidad, especialmente de especies con propiedades aromáticas y medicinales como la salvia, la manzanilla, el tomillo, el rabet de gat, el hipérico o el té de roca.
También destaca por las abundantes fuentes, las masías centenarias y una gran red de caminos usados antaño por los pastores, leñadores y nevaters entre otros, que evidencian la intensa actividad de aprovechamiento de los recursos naturales durante siglos.
Estos y otros itinerarios siguen sirviendo hoy para recorrer la sierra, siempre vigilada por el pico del Montcabrer, a 1.390 metros de altura, y disfrutar de sus imponentes y paisajes que combina bosques de pinos, encinares y campos de olivo, y que suponen un paraíso para cualquiera que sienta el placer de encontrarse con esa naturaleza en su estado más puro.
Qué comer en Bocairent
De vuelta al pueblo, hay que rendirse a los placeres de la buena mesa, mejor si es en forma de gastronomía popular, construida a base de productos locales y recetas transmitidas de generación en generación.
Platos como la olleta, la pericana, la borra, bajoques farcides, puchero o gazpacho de Mariola forman parte de esa cocina tradicional, que incluye también deliciosos postres que mantienen la herencia de sus diferentes periodos históricos, como los rollos de anís o pastissets de boniato.
No hay que dejar de acompañarlos con herbero, el licor tradicional de la zona elaborado a base de anís aromatizado con diferentes hierbas de la Serra de Mariola.


