Protegido: Disfruta del verano viajando a los clásicos
De playas volcánicas a viajes en el tiempo pasando por bosques y jardines secretos, Vueling te acerca a 5 destinos emblemáticos
E
l verano ha llegado y estamos en ese momento donde no hay más que abrir Instagram para que las escenas de playa invadan nuestras retinas. Si tu momento de pies en la arena, sombrillas, olas y chiringuitos no ha llegado o buscas algo diferente estas vacaciones, tenemos los destinos perfectos.
Ciudades siempre apetecibles que en época estival ganan encanto, Vueling te acerca a las capitales europeas más top del verano y donde, sí, también hay espacio para la playa.
Atenas: historia viva bajo tus pies
Caminar por Atenas es como retroceder en el tiempo sin renunciar al presente. La Acrópolis, con el Partenón dominando la ciudad, es un espectáculo que nunca pierde su magia aunque, también es cierto, en verano hay que evitar las horas centrales del día al visitarlo. La buena noticia es que a primerísima hora de la mañana (abre desde las 8.00 horas) o a última de la tarde la luz lo envuelve en un halo casi místico.
La capital griega, no obstante, es mucho más que ruinas antiguas: su vibrante escena gastronómica, los bares en azoteas con vistas al Partenón iluminado, y el encanto bohemio de barrios como Plaka o Psiri la convierten en una joyita que bien merece una escapada.
¿Te quedas con ganas de playa? Olvídate de ya la conocidas Mykonos y Santorini y dale una oportunidad a las islas del Golfo Sarónico que ya conquistasen a afamados viajeros como los artistas como Chagall y Picasso, el escritor Henry Miller y el músico Leonard Cohen. A solo una hora en ferry, Hydra, Spetses, Poros, Egina o Tzia/Kea ofrecen su propia combinación de playas bonitas, historia, cultura y una gastronomía riquísima.
Bruselas: descubre el corazón de Europa
Con temperaturas más frescas que en otras latitudes europeas, Bruselas es una escapada refrescante que, además, sorprende especialmente en verano por su animación y agenda de actividades, que incluye todo tipo de festivales musicales y de ocio.
Entre la arquitectura art Nouveau, la Grand Place -sin duda una de las plazas más hermosas del continente, con el Ayuntamiento, la Maison du Roi y las casas de preciosas fachadas de finales de siglo XVII- o las Galerías reales Saint-Honoré, la ciudad ofrece todo tipo de placeres, que van de tomarse una cerveza trapense en una terraza escondida a visitar los murales, museos, tiendas y mercadillos que hacen de Bruselas la capital del cómic.
No dejes de probar un gofre o unas patatas fritas en un puesto callejero, admirar las vistas desde el Mont des Arts y explorar sus barrios como Marolles, Matongé o el barrio europeo.
Su ubicación estratégica, además, permite explorar otras ciudades preciosas como Brujas, Gante o Amberes en excursiones de un día.
Tomar unas patatas fritas de un puesto callejero o una cerveza trapense en una terraza escondida están entre los mejores placeres que ofrece Bruselas
París: terrazas en las alturas y jardines secretos
París brilla en cualquier época del año, pero quizás en verano lo hace con un color especial.
Pasear por las orillas del Sena, desayunar en la terraza de uno de sus encantadores cafés, recorrer en bicicleta los Campos Elíseos, o simplemente tumbarse con un vino rosado en los Jardines de Luxemburgo son pequeños lujos que hacen del verano parisino una experiencia sensorial.
Pero hay mucho más: por ejemplo, en el distrito XVI, uno de los más chic de la capital, es posible visitar la casa del escritor Honoré de Balzac, comer en la terraza del Palais Galliera, explorar el Bosque de Boulogne o los invernaderos de Auteuil, admirar arte contemporáneo en el Palais de Tokyo o aventurarse en la futurista Fundación Louis Vuitton.
También recomendamos poner rumbo al distrito XI, el barrio de Faubourg Saint-Antoine donde antiguamente residían carpinteros y ebanistas cuyos talleres escondidos en pasajes semiprivados, como la cour Damoye o los passage du Cheval Blanc y de L’Homme, se han reconvertido en galerías de arte y tienditas de diseño que reciben en calles adoquinadas repletas de glicinas y enredaderas.
Berlín: arte, historia y vida al aire libre
Otra ciudad europea que cambia de cara en verano es Berlín, cuando las terrazas toman las riberas del río Spree y las azoteas de muchos edificios y se multiplican los mercados callejeros, el cine al aire libre y los festivales.
Entre estos últimos destacan el Classic Open Air en Gendarmenmarkt dedicado a la música clásica, el festival de teatro para niños en Neinhorn, el After Work Club que cada jueves llena la Europaplatz con la música de los mejores DJs, el Comedyflash Open Air XXL Templehof de monólogos, los ‘Viernes sin tacto’ en las Späth’sche o el festival callejero de Kreuzberg, uno de los más especiales del verano en Berlín.
Para un buen chapuzón, los ríos Spree y Landwehrkanal y los lagos Müggelsee y Wannsee son las mejores alternativas, aunque si quieres playas, el Báltico queda muy cerca de la ciudad. Para hacer un pícnic al estilo local, hay que dirigirse a alguno de los animadísimos parques berlineses como los de Volkspark Friedrichshain, el el Tierpark o la Pfaueninsel, la Isla de los pavos reales donde, como indica su nombre, se puede ver estas majestuosas aves en su hábitat.
Tenerife: volcanes, playas y mojo picón
No hace falta irse muy lejos para encontrar lugares que parecen sacados de otro planeta. A tres horas y media en avión desde Barcelona o Bilbao y menos de tres horas desde Madrid encontramos Tenerife, garantía de sol y bellísimos paisajes.
Playa, pero mucho más que playa, la isla canaria cuenta con imprescindibles como el Parque Nacional del Teide y sus rutas de senderismo con vistas lunares, y pueblos como La Orotava o Garachico que mantienen intenta su autenticidad.
La Teresitas, Playa del Duque, Playa Jardín, Playa de la Arena, Playa de Benijo, Playa de las Vistas y Playa de El Médano vienen a demostrar la variedad de sus arenales, que van de playas doradas a las de arena negra volcánica, pasando por calas escondidas.
Destino que también se come, para saborear sus mejores platos se puede optar por grandes restaurantes, pero también por encantadores guachinches, una tipología de establecimientos propia de las Islas Canarias popularizadas a mediados de siglo pasado cuando los viticultores comenzaron a vender el excedente de vino de su cosecha a precios muy ajustados en sus propias casas. Hoy mantienen su ambiente acogedor y familiar y son ideales para probar especialidades como el puchero canario, el cabrito asado, el conejo en salmorejo, los bubangos rellenos, la carne fiesta (cerdo adobado en tacos) o las garbanzas compuestas.
Así, ya sea entre vestigios del pasado, playas volcánicas o cafés parisinos, este verano Vueling te acerca a una variedad de destinos donde cada viaje se convierte en una historia para contar. Descubre las conexiones para el itinerario ideal en la web de Vueling.