Francia por descubrir: 5 destinos que tienes que conocer
De Lyon y su Fête des Lumières a Les Machines de l’île que convierten a Nantes en un espectacular museo al aire libre pasando por Burdeos, Niza y Marsella: Vueling te acerca a las ciudades francesas más interesantes para una escapada
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asta mencionar el nombre de Francia para que la mente vuele inmediatamente a París. Pero, además de la maravillosa capital, el país cuenta con otras ciudades que no tienen nada que envidiarle en cuanto a historia, cultura, gastronomía… y belleza.
Vibrantes pero más tranquilas, con toda la autenticidad y el chic francés y, por supuesto, con ese je ne sais quoi que nos enamora, Burdeos, Lyon, Marsella, Nantes y Niza son los destinos a tener en radar. Con Vueling que ofrece vuelos directos desde Barcelona, tienes, además, la excusa perfecta para hacer de cualquiera de ellos tu próxima escapada.
Gastronomía y luces en Lyon
Dicen que en Lyon nació la gastronomía francesa. Elegante pero no estirada, sin duda la ciudad es perfecta para los amantes de la buena mesa gracias, entre otros, a Paul Bocuse, que inauguraría aquí la era de nouvelle cuisine en Francia, pero también a sus famosos bouchons o bistrós tradicionales donde degustar, sobre tradicionales manteles de cuadros, especialidades como tablier de sapeur, la cervelle de canuts o el mâchon, siempre con la compañía del aroma a mantequilla y el vino de Beaujolais o del valle del Ródano.
El casco antiguo, con sus estrechos pasadizos –traboules– es testigo de su pasado renacentista, mientras que el barrio de Confluence muestra su cara más moderna a golpe de arquitectura vanguardista.
Y por si aun hiciera falta algún aliciente, antes de finalizar el año la ciudad acoge la famosa Fête des Lumières o Fiesta de las Luces, concretamente del 5 al 8 de diciembre. Un halo mágico envuelve la ciudad esos días, mientras los principales monumentos brillan bajo instalaciones lumínicas e interactivas y millones de velas iluminan las ventanas de cada hogar de la ciudad.
Perfecto para una escapada prenavideña, descubre Lyon y la Fête des Lumières gracias a las conexiones de Vueling desde Barcelona, con hasta 11 vuelos semanales directos.
Nantes y sus máquinas prodigiosas
Anclada en el estuario del Loira, a apenas 50 km del océano Atlántico, Nantes es una ciudad que hay que visitar, al menos, una vez en la vida. Antaño primer puerto de Francia, es una ciudad abierta y amable y, aunque sus muelles y astilleros hace años que abandonaron la actividad frenética, hoy es el arte el que marca el ritmo de la ciudad.
Desde 2007, los hangares se reconvirtieron en un fabuloso bestiario animado inspirado, entre otros, en Julio Verne, que nació en Nantes en 1828. Bajo el nombre de Les Machines de l’île, el proyecto artístico engloba una serie de instalaciones a gran escala que combinan ingeniería, arte y espectáculo.
Cada verano se renueva el espectáculo del Voyages à Nantes, un itinerario que va desde el Lieu Unique hasta el extremo oeste del barrio de Île de Nantes, pero durante todo el año se puede disfrutar de las increíbles creaciones en la Galérie des Machines y el Carrousel des Mondes Marins o subir a lomos del Grand Elephant y, desde sus 12 metros de altura, dar un paseo por los muelles.
Para conocer la ciudad Vueling ofrece conexiones desde Barcelona con una frecuencia de hasta 13 vuelos semanales.
Vino y mucho más en Burdeos
Decir Burdeos es decir vino, pero reducirla únicamente a esta faceta sería realmente injusto. Ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Burdeos aúna la belleza de su centro histórico, sus mercados tradicionales, castillos y rincones como el Miroir d’Eau frente a la Place de la Bourse, sin duda uno de los espacios más fotogénicos de Francia.
Por supuesto, dejarse caer por la Cité du Vin es obligado en cualquier visita a la ciudad, un prodigio arquitectónico que alberga un excepcional museo de nueva generación donde realizar un viaje al mundo del vino que permite descubrir viñedos y variedades, pero también saber cómo elaboraban y disfrutaban el vino las antiguas civilizaciones y, sí, realizar catas, descubrir curiosidades y comprar vinos.
Para empaparse más de la cultura vitivinícola hay que poner rumbo a los viñedos de Médoc o Saint-Émilion y, entre tanto, dejarse tentar por las especialidades gastronómicas de la ciudad, desde uno de los mejores caviares de Europa al paté gratton pasando por los macarons de Saint-Émilion y los famosos pastelitos canelés, símbolo dulce de la ciudad.
Los viñedos de Burdeos se encuentran entre los más antiguos y prestigiosos del mundo
Les Bassins des Lumières, uno de los mayores centros de arte inmersivo del mundo, acoge este otoño la muestra Océano, una inmersión, que se adentra en la belleza de los océanos y la riqueza de la vida submarina, mientras que la catedral de Saint-André, escenario de bodas históricas como la de Leonor de Aquitania y Luis VII en 1137, o la de Luis XIII y Ana de Austria en 1615, acoge hasta el próximo 22 de noviembre Lumniscence, una experiencia multisensorial que combina videomapping, sonido y efectos de luz en un impresionante espectáculo visual y musical.
Desde el 28 de noviembre se puede visitar, además, el coqueto mercado navideño de Burdeos. Instalado en la Plaza des Quinconces, en pleno corazón de la ciudad, más de un centenar de puestos de madera ofrecen todo tipo de artesanías, adornos navideños, dulces y productos gastronómicos locales componiendo una hermosa (y sabrosa) postal navideña.
Reserva ya tu viaje a Burdeos con Vueling que ofrece hasta 9 vuelos semanales.
Marsella: arte y sabor junto al Mediterráneo
En el extremo sureste de Francia, donde el Mediterráneo acaricia las rocas y el viento mistral despeja los cielos, Marsella se alza como el gran puerto de Francia.
Clima templado y muchos menos turistas hacen del otoño la temporada perfecta para descubrir la ciudad, considerada la más antigua del país galo, con 2.600 años de historia que, sin embargo, ha sabido modernizarse, especialmente a partir de 2013 y su título como Capital Europea de la Cultura.
Un buen punto para comenzar la visita es el Vieux-Port, el corazón histórico de la ciudad, donde los barcos de pesca y los veleros modernos se mezclan con los restaurantes y chiringuitos que ofrecen, entre otras delicias, la famosa bouillabaisse (sopa de pescado), pero también vistas preciosas al atardecer dorado sobre el mar. Si la visita coincide con las fechas navideñas se podrá disfrutar, además, de la original Feria de santones y santonniers, un mercadillo de figuritas artesanas para el Belén cuya historia se remonta al siglo XII si bien la primera feria se celebró en 1803.
No muy lejos, el barrio de Le Panier o de los artistas es un ejemplo de cómo el arte ha cambiado la cara a Marsella ya que en él conviven desde murales y graffitis a galerías, pero también casas de colores, cafeterías llenas de encanto o tiendas de artesanía.
Desde aquí merece la pena acercarse al MUCEM, el impactante Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo, y el Fuerte de Saint Jean, una fortaleza del siglo XII, antes de poner rumbo a la Basílica de Notre-Dame de la Garde, un templo de estilo neobizantino que destaca por su fachada de mármol blanco con detalles azules, su torreón coronado por una Virgen María de 11 metros y su estructura interior de columnas de mármol blanco y rosado.
Reserva algo de tiempo para explorar las calas de aguas turquesas y fina arena blanca de Les Calanques o al archipiélago de Islas de Frioul y el castillo de If. No te arrepentirás.
Para descubrir Marsella, Vueling ofrece conexiones directas y hasta 6 vuelos semanales desde Barcelona.
Capital de la Costa Azul, el nombre de Niza se asocia inmediatamente al glamour de sus majestuosos edificios de estilo Belle Époque y sus paseos de palmeras junto al mar que durante décadas han atrapado a la burguesía y la aristocracia (y, hoy, a actrices, actores y celebrities de todo tipo).
Nombres como el Hotel Negresco, el Paseo de los ingleses, la Bahía de los Ángeles o el Hotel-Casino Palais de la Méditerranée siguen siendo sinónimos de lujo y elegancia frente al mar, pero Niza tiene muchos otros atractivos para quien quiera descubrirlos.
Es el caso de sus mercados tradicionales y sus cafés escondidos entre callejuelas, sus pastelerías del casco viejo o sus museos dedicados a Matisse y Chagall, dos de los muchos artistas que a lo largo de la historia residieron en la ciudad, absolutamente prendados de la luz y el color de Niza.
Recorre también la zona de Cours Saleya, convertida en mercadillo de flores y frutas, la calle Les Pochettes, plagada de elegantes construcciones, la plaza de San Agustín, la plaza de San Francisco, donde aún se vende pescado en puestos, y la Plaza Masséna, que desde noviembre acoge el mercado navideño local. Tampoco hay que perderse el Ayuntamiento de Niza, la iglesia de San Jacobo la Mayor, construida durante el siglo XVII, y, por supuesto, la catedral de San Nicolás, considerada la iglesia ortodoxa más grande construida fuera de Rusia.
Conocida como ‘Niza la bella’, la capital de la Costa Azul francesa es famosa por el Paseo de los Ingleses y sus siete kilómetros de playas
Destino de arte, mar y luz, Niza es perfecto en cualquier momento del año y, para visitarlo, Vueling ofrece hasta 14 frecuencias semanales desde Barcelona.
De mar o de interior, atlánticos o mediterráneos, Francia cuenta con muchos destinos que merecen ser descubiertos y que Vueling hace incluso más apetecibles gracias a sus conexiones y sus precios bajos para viajar durante todo el año.