Mercadillos de Navidad y mucho más: 4 ciudades perfectas para una escapada en diciembre
Vueling te propone vivir una experiencia de ensueño en estos destinos europeos donde disfrutar de una escapada con espíritu navideño
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ercadillos navideños hay muchos, es cierto, pero no son tantas las ciudades que se vuelquen de tal forma en estas fechas que se conviertan en verdaderos cuentos de Navidad. Destinos que unen fantásticas iluminaciones, árboles decorados, mercados, adornos, pistas de patinaje sobre hielo y puestos de vino caliente dando lugar a un halo casi mágico, un encanto especial que no se puede impostar.
Siempre presentes en las listas de los mercados de Navidad más bonitos de Europa pero muy diferentes entre ellas, ciudades como Viena, Praga, Berlín o Milán suman a su oferta en época navideña actividades y propuestas que van desde suculentos aperitivos a las compras más chic hasta animadas noches de baile que hacen de ellas destinos imprescindibles en estas fechas.
Gracias a Vueling, que dispone de numerosas conexiones directas con estos destinos, hoy es más rápido y fácil que nunca dejarse seducir por la Navidad.
Si hay una ciudad a la que le sienta bien el invierno, esa es Viena. Aquí los mercados de Navidad existen desde hace cientos de años; de hecho, sus precursores se remontan a la Edad Media cuando Albrecht I concedió a los vieneses, en 1296, el privilegio de celebrar un Mercado de Diciembre o Krippenmarkt.
Hoy son más de 20 los mercados de Navidad en la ciudad, desde los imponentes de Rathausplatz (la Plaza del Ayuntamiento) con su enorme pista de hielo y su árbol que es un imán para enamorados con sus corazones luminosos flotando en el aire o el Palacio de Schönbrunn con su telón de fondo imperial a los que nos sorprenden al girar cualquier esquina.
Entre los que no hay que perderse, la Aldea Navideña en la Maria-Theresien-Platz, entre los museos de Historia del Arte e Historia Natural con alrededor de 70 puestos con artesanía tradicional, adornos navideños y regalos; el de la plaza Freyung en el centro urbano de la ciudad (en funcionamiento desde 1772), el mercadillo de Navidad Am Hof, aderezado con cantos corales; o el del Palacio del Belvedere, recortado frente a un impresionante escenario barroco.
Menos señorial pero muy auténtico, el mercadillo que se extiende por las callejuelas de estilo biedermeier de Spittelberg, con puestos de artesanía y muchas delicias culinarias (se diferencia por su marcado acento ecológico y sostenible, con productos locales y orgánicos).
El mercadillo frente a la catedral de San Esteban, el de Riesenradplatz, animado con música soul y gospel, el del Gartenpalais Liechtenstein o el de Türkenschanzpark completan la agenda, aunque muchas veces basta con pasear sin rumbo y dejarse guiar por el aroma de las galletas, el ponche caliente de naranja y las almendras garrapiñadas para llegar, sin lugar a duda, a una nueva y agradable sorpresa.
Más allá de los mercados, la capital austriaca suma en esta época del año el encanto de refugiarse en sus cafés, asistir a un concierto de música clásica o a un elegante baile vienés, nadar con estilo en la piscina cubierta Amalienbad o combatir el frío desde el interior alguno de sus atractivos museos.
Para que disfrutes al máximo de esta ciudad estas navidades, Vueling conecta Barcelona y Viena con hasta seis frecuencias semanales para que solo tengas que preocuparte por escoger tu plan perfecto.
Navidad en Berlín
De los más tradicionales a los que rebosan acción: Berlín tiene tantos mercados navideños que es difícil escoger. Con atracciones o disfraces, de tipo escandinavo o de comercio justo, lo bueno es que no hay por qué hacerlo: desde finales de noviembre están abiertos todos estos mercadillos que convierten la ciudad en un verdadero festín para los sentidos.
Entre los más tradicionales no hay que perderse el de Spandau, que discurre entre calles adoquinadas y hermosas casetas de madera, con espacio para una magnífica pirámide, una noria y un árbol de Navidad decorado con miles de luces, y el popular WeihnachtsZauber, que este año se traslada a la Bebelplatz para llenar de ambiente navideño el privilegiado espacio entre la Ópera Estatal, la facultad de Derecho de la Universidad Humboldt y el Hotel de Roma.
Con toque escandinavo, pues no faltan recreaciones con antiguos caballeros y vinkingos, espera el Nordische Märchenweihnacht en el Palacio de Britz, y el mercado de Lucía en la Kulturbrauerei, uno de los preferidos por los berlineses, donde se puede disfrutar de un vaso de glögg sueco, pero también un glögi finlandés o un jolaglögg islandés, así como relajarse en una sauna móvil, trasladar los deseos a Papá Noel o probar un delicioso kanelbullar.
Los mejores adornos y regalos artesanos se compran en el mercado de Navidad de las Artes y los Oficios de la Karl-August-Platz, mientras que el ambiente más festivo se disfruta en el Winterzauber de la Landsberger Allee con sus 20.000 m2 de carruseles, montañas rusas, laberintos de espejos o coches de choque, entre otras atracciones.
Con atracciones o disfraces, de tipo escandinavo o de comercio justo, Berlín tiene tantos y tan diferentes mercadillos navideños que es difícil quedarse solo con uno
Un encanto diferente se encuentra en el Christmas Garden Berlín, un mercadillo dentro de un jardín botánico, o el que se organiza dentro del zoológico de Berlín, con sus brillantes instalaciones de luz que añaden un toque mágico.
La Navidad como era en una aldea medieval se descubre en el recinto del RAW en Friedrichshain, mientras que el patinaje sobre hielo, los puestos de vino caliente y los adornos cobran protagonismo en el Berliner Weihnachtszeit que se instala entre el Rotes Rathaus (Ayuntamiento Rojo) y la iglesia St. Marienkirche.
Si te ha faltado comprar regalos, no dejes de visitar los estudios de diseño de Käthe Wohlfahrt en la avenida Kurfürstendamm con decoraciones navideñas alemanas tradicionales y productos hechos a mano, el Merry Markthalle para encontrar todo tipo de delicias culinarias y el Holy Shit Shopping, un mercado navideño de diseño en el Arena de Berlín.
Para que no te pierdas ninguno de los planes, Vueling ofrece esta temporada hasta 18 frecuencias semanales que conectan Barcelona y Berlín con distintos horarios que se adaptan a cualquier tipo de viajero.
Praga
Otro de los destinos en los que siempre debería ser Navidad es Praga. Ya de por sí preciosa, luces, puestos y adornos hacen de la capital de Chequia un sueño para visitar en esta época del año.
Se podrían pasar semanas visitando puestos como los del mercadillo de la plaza Staroměstské náměstí (abierto hasta el 6 de enero), donde además puede admirarse el gigantesco árbol -es el más grande del país-. La zona está siempre animada, con locales y visitantes comprando artesanía local, calentándose con un vino caliente (svařák) o un licor de miel, o dejándose tentar por los puestos de embutidos o salchichas (párky y klobásy).
No muy lejos, encontramos otros mercados igualmente encantadores, como los de la plaza Václavské náměstí, ubicado a los pies del Museo Nacional, o el de la plaza náměstí Republiky, junto a la bellísima Casa Municipal.
Tampoco hay que perderse el mercadillo del Castillo ni el de Pražský hrad, situado junto a la Catedral de San Vito, y los de la plaza Tylovo náměstí, plaza náměstí Míru, Smíchov – zona peatonal Anděl y plaza Jiřího z Poděbrad (en Vinohrady).
También esta época es perfecta para darse una buena sesión de patinaje sobre hielo, seguir al farolero de Praga mientras enciende las farolas de gas, y asistir a conciertos en la Capilla del Klementinum, en el Teatro Nacional, en alguna iglesia, o incluso en el propio Castillo.
Esta Navidad, Vueling conecta Praga con Barcelona con hasta 16 frecuencias semanales y dos conexiones directas desde Bilbao.
Milán
Quizás no sea la primera opción que viene a la mente al pensar en mercadillos de Navidad europeos y, sin embargo, los de Milán merecen un capítulo aparte.
La ciudad de la moda, de los eventos y de los negocios da rienda suelta a su espíritu navideño en lugares como los Jardines Indro Montanelli de Porta Venezia, sede del Villaggio delle Meraviglie (el pueblo de las maravillas), uno de los eventos imprescindibles de la ciudad en esta época.
Con entrada gratuita, se trata de un parque temático totalmente dedicado a la Navidad, con la casa de Papá Noel, el mercado de los elfos, degustaciones de gastronomía local, pista de patinaje sobre hielo, trineos voladores y, claro, puestos para comprar mil y una chucherías.
Como en cualquier viaje a Milán, sin duda pasarás por la majestuosa Plaza del Duomo, donde en época de Adviento luce un impresionante árbol de Navidad rodeado de un entrañable mercadillo más de 65 coquetos puestos de madera donde encontrar adornos, decoraciones, artesanía local, ropa y productos gastronómicos del territorio.
Castañas asadas, dulces, buñuelos y vino caliente esperan también en la feria navideña de los Oh Bej, Oh Bej, una de las tradiciones más antiguas de Milán, que arranca coincidiendo con la fiesta de San Ambrosio (patrón de la ciudad) y tiene lugar en los alrededores del Castillo Sforzesco. Con alrededor de 400 expositores entre vendedores de grabados, libros, artesanía, juguetes o productos gastronómicos, pero también músicos, malabaristas y artistas callejeros.
A poca distancia de la ciudad, la Navidad brilla también en preciosos mercados como los de la Piazza degli Alpini en Bérgamo, o el de la Città dei Balocchi en Como, además de la Casa Bergamasca di Babbo Natale (la casa de Santa Claus) en el antiguo Palacio Scacchi Filisetti en el hermoso pueblo de Gromo.
No hay excusas para dejar de conocer Milán en Navidad, especialmente ahora que Vueling ofrece hasta 38 frecuencias semanales desde Barcelona y cuatro más desde Bilbao.