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Protegido: Chimeneas multicolor, una cúpula estrellada, rincones secretos y otras curiosidades del Palau Güell de Barcelona

Cuando van a cumplirse 100 años de la muerte de su creador (y más 40 de su declaración como Patrimonio Mundial de la UNESCO), descubrimos todos los secretos del Palau Güell, una de las obras más genuinas de Antoni Gaudí

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u fachada, aparentemente sobria, no hace presagiar las sorpresas que guarda en su interior el Palau Güell. Sin embargo, es pura apariencia. Muy cerca de La Rambla de Barcelona, en el barrio del Raval, este edificio, construido entre 1886 y 1890, representa el primer gran encargo que recibió el genial arquitecto Antoni Gaudí que, entonces con 34 años, aprovechó para desplegar innovadoras técnicas que después aplicaría en sus proyectos más famosos.


 


De las originales y sinuosas formas inspiradas en la naturaleza que colonizan forjados y estructuras al colorido trencadís de la azotea, pasando por una cúpula que simula la noche estrellada, escaleras desplegables o su diseño como una enorme caja de música, estas son solo algunas de las curiosidades que esconde el Palau Güell.


En 1984, por su valor excepcional y universal, la UNESCO inscribió el Palau Güell en la Lista del Patrimonio Mundial dentro del epígrafe «Obras de Antoni Gaudí»

El Palau Güell es, además, la única gran obra proyectada y construida íntegramente por el arquitecto en vida y una de las mejor conservadas, ya que no ha sufrido modificaciones sustanciales y ha sido restaurada con esmero por la Diputación de Barcelona, a quien la hija menor de Eusebi Güell, Mercè Güell, donó la propiedad en 1945 con la condición expresa de que tuviera una función cultural y que se velara por el buen recuerdo de su padre y de Antoni Gaudí.


4. El lugar donde se experimentó el trencadís

En la planta superior, la azotea esconde otro de los secretos más bellos de la construcción del Palau Güell que toma forma con un total de 20 chimeneas y una gran aguja que asciende desde el salón central.


 


El trencadís de vibrantes colores que cubre muchas de las chimeneas es evidencia del que sería uno de los sellos de Gaudí en gran parte de su obra y que ha trascendido mucho más allá de su creación personal.


6. Una cápsula del tiempo en las cocheras

Tras el traslado familiar en 1910 y, especialmente, después del fallecimiento de Eusebi Güell en 1918, el esplendor del palacio se fue apagando. Durante la Guerra Civil fue requisado y se utilizó como sede del sindicato Solidaridad Internacional Antifascista y más tarde como comisaría del Distrito Quinto.


 


Precisamente es posible viajar a esa época accediendo a una de las estancias del Palau, concretamente a la cámara del cochero de los Güell. El pequeño habitáculo conserva en sus paredes inscripciones y grafitis realizados por los detenidos que pasaron por allí cuando se utilizó como calabozo, desde 1937.