Canales, barrios bohemios, arenques y tulipanes: los planes más apetecibles para descubrir Ámsterdam
En el top5 de mejores ciudades para viajar según el informe anual de Euromonitor de los 100 mejores destinos urbanos, Ámsterdam sigue conjugando el encanto de sus canales y sus fachadas de colores con una potente oferta cultural y gastronómica, pero también un estilo de vida relajado y cool en sus barrios más bohemios.
Las obras maestras de Van Gogh y los recuerdos de Ana Frank conviven con las últimas tendencias en diseño y arte, hallazgos vintage en sus mercadillos, descubrimientos como una antigua estación de tranvías reconvertida en un innovador centro de arte, moda y gastronomía y otras originalísimas propuestas (¿o alguna vez has hecho una cata de cervezas en un antiguo molino de viento?).
Vueling se encarga, además, de hacer de Ámsterdam el destino perfecto para una escapada. Con un amplio número de vuelos (más de 65 conexiones semanales con distintas ciudades españolas), la aerolínea ofrece trayectos directos que permiten llegar a la capital de Países Bajos en alrededor de dos horas y media y, como es habitual, al mejor precio.
En concreto, la compañía ofrece esta temporada de invierno rutas directas desde Barcelona (44 frecuencias semanales), Málaga (12 frecuencias semanales), Alicante (6 frecuencias semanales), Bilbao (3 frecuencias semanales) y Oviedo y Santiago de Compostela, cada una con dos frecuencias semanales.
Una vez decidido el destino, solo resta anotar estos planes para sacar el máximo partido a tu visita a Ámsterdam.
1. Haz un crucero por los canales
100 km de canales, 1.500 puentes y alrededor de 90 islas dan forma a la red de canales de Ámsterdam, una riqueza protegida por la Unesco que le vale a la ciudad neerlandesa el sobrenombre de la ‘Venecia del norte’.
Para conocer los datos más curiosos de su construcción, que tuvo lugar en el siglo XVII y se organizó en forma de anillos, pero también descubrir otros aspectos de la historia de la ciudad y, sobre todo, obtener vistas increíblemente bonitas (no te pierdas el atardecer cuando los puentes se iluminan), un paseo en barco es la mejor opción.
Además de la sensación de flotar por rincones que son casi postales, muchos cruceros ofrecen la posibilidad de subir y bajar tantas veces como se quiera o bien organizan cenas nocturnas a la luz de las velas.
2. Empápate de cultura en la Museumplein
Hogar del Rijksmuseum, el museo de arte e historia más grande de Ámsterdam, el Van Gogh Museum y el Stedelijk Museum, la Plaza de los Museos (Museumplein) es sin duda el corazón cultural de Ámsterdam.
Ubicado en el barrio de Oud-Zuid y hogar también de las letras en las que no podrás evitar sacarte una foto, la plaza no solo atesora museos, sino que también acoge exposiciones al aire libre, mercados y un coqueto estanque.
Durante los meses de invierno, además, se transforma en una gran pista de patinaje sobre hielo al aire libre.
3. Alquila una bici
Seguro que has oído que en Ámsterdam hay más bicis que vecinos y ¡es cierto!
Pero las alrededor de 800.000 bicicletas no son ningún problema para una ciudad que cuenta con una red imbatible de rutas, carriles y, no menos importante, un terreno totalmente plano.
Seguro, divertido, saludable y sostenible, no seas tímido y alquila una bici para explorar a fondo la ciudad (y de paso sentirte como un amsterdamés más).
4. Pon rumbo a los barrios de moda
Antaño humilde, hoy el Jordaan es uno de los barrios más encantadores de Ámsterdam. Con calles estrechas y edificios pintorescos, se trata de uno de los distritos de moda y acoge galerías de arte independiente, tiendas de antigüedades, patios con jardines escondidos y todo tipo de bares y restaurantes.
No hay una ruta que seguir: piérdete entre sus callejuelas que se extienden hacia el este desde el canal Prinsengracht (la zona conocida como las Nueve Calles) para encontrar una de las mejores zonas de compras de la ciudad, con más de 200 establecimientos que incluyen boutiques de diseñadores, tiendas vintage o de cosmética natural artesana.
Al sur de la ciudad espera De Pijp, un barrio de lo más bohemio donde, además del Albert Cuypmarket, el mercado al aire libre más grande de Países Bajos con cientos de puestos donde encontrar desde joyería a deliciosos bocados locales, abundan las cafeterías, las galerías y las tiendas más originales.
5. Cata cervezas en un molino y arenques en un puesto ambulante
En toda la ciudad de Ámsterdam perviven aún ocho molinos de viento. Puestos a elegir, nos quedamos con De Gooyer, en el barrio de Oostelijke Eilanden.
Ubicado en Funenkade, un antiguo distrito portuario, además de conocer cómo eran estas infraestructuras, permite descubrir Brouwerij, una microcervecería artesana que ofrece recorridos guiados con catas y que cuenta con una enorme terraza al aire libre donde degustar sus especialidades, entre ellas la premiada Columbus o la cerveza de malta ámbar.
Otra experiencia que no te puedes perder es la de probar arenque crudo en uno de los haringhandels (carros de arenques) que sirven esta especialidad por toda la ciudad. Pide un broodje haring y lo recibirás en forma de bocadillo con pepinillos y cebolla.
6. Llena tu carrete de tulipanes
Sí, los tulipanes son un tópico neerlandés a la altura de los zuecos pero aquí hemos venido a jugar y nada nos impedirá darnos un festín de color y belleza. El lugar más famoso de Ámsterdam para comprar tulipanes y bulbos es el Mercado de las Flores situado junto al Singel, que además es el único de este tipo flotante del mundo.
Si viajas a Ámsterdam en primavera, merece la pena acercarse al parque de Keukenhof, en Lisse, a unos 40 minutos, donde florecen unos 7 millones de estas flores. Además, para entender el vínculo de los tulipanes con Holanda se puede visitar el Amsterdam Tulip Museum.
Más allá de los tulipanes, la ciudad cuenta con una red de parques que siempre son una buena idea para tomarse un descanso (un rayo de sol anima a los locales a lanzarse a celebrar aquí sus barbacoas). Entre los más famosos, el Vondelpark, con teatro al aire libre donde se celebran conciertos en durante los meses verano, así como bares y restaurantes, Westerpark, Sarphatipark y el Rembrandtpark.
7. Toma un cóctel en una antigua terminal de tranvías
Ubicado en el elegante distrito de Oud-West, De Hallen es un nuevo punto de encuentro para la moda, el arte y la gastronomía en Ámsterdam.
Lo que fuera una antigua terminal de tranvías construida en 1902 ha sido totalmente renovada y ha renacido, manteniendo su estilo industrial, pero acogiendo un cine, tiendas y un hotel boutique.
También entre sus espacios más demandados el Food Hallen, un mercado gastronómico con puestos de todo tipo de comida situados en torno a un bar central.
8. Cuélate en un patio escondido
A solo unos pasos de la animada plaza Spui se oculta un auténtico remanso de paz: Begijnhof.
Se trata de un conjunto de edificios, algunos del siglo XIV, que sirvió como hogar a la comunidad femenina católica laica de las beguinas, cuyos hogares dan lugar a uno de los patios interiores más antiguos de Ámsterdam.
A su alrededor, curiosos edificios, entre ellos la casa de madera más antigua de Ámsterdam, de principios del siglo XVI, a la que se accede por la Begijnensteeg, una de las callejuelas que salen de la Kalverstraat.
También merece una ojeada la Engelse Kerk, una iglesia del siglo XV a la que acudían las beguinas y que, después de la Reforma, tuvieron que sustituir por su propia capilla, considerada la primera iglesia clandestina de la ciudad.
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