Las mejores piscinas naturales donde encontrar de todo (menos olas)

Desde las formaciones rocosas de las islas Canarias y el Cantábrico, con destino final en Alicante, descubrimos seis piscinas naturales donde relajarse en aguas cristalinas

No todos son tan apasionados por la playa. Hay viajeros a los que les fastidia el oleaje del Atlántico o del Mediterráneo cuando tiene esos días de malhumor. Y ni hablar de las molestias de la arena cuando hay viento fuerte.

Por suerte la variada geografía española cuenta con varias piscinas naturales donde uno se puede relajar en un espejo de agua permanente, formaciones rocosas de gran belleza que cuentan con todos los servicios necesarios para disfrutar de la calma de estas pequeñas lagunas cristalinas.

De la mano de Vueling, que ofrece 111 rutas en el territorio español, descubrimos seis piscinas naturales increíbles en España.

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Barlovento-La Palma

Al norte de La Palma, en las Islas Canarias, en la zona de Barlovento se encuentran las piscinas naturales de La Fajana.

Sus aguas cristalinas están protegidas del Atlántico por las rocas, y una serie de pasarelas y escaleras permiten pasar de una a otra como un bonito laberinto marítimo.

El lugar cuenta con buenos servicios como aparcamientos, solárium y restaurantes, así como duchas y zonas de juegos para niños.

Si se puede programar la visita, es mejor que sea con bajamar, para evitar que las olas molesten si hay viento fuerte.

La Laja-Tenerife

Seguimos en Canarias, pero esta vez en la isla de Tenerife, que cuenta con varios ‘charcos’ (como lo llaman en las islas) generados por las erupciones volcánicas. Los tres más importantes son De los Gigantes, El Caletón y La Laja.

Esta última piscina natural se encuentra en San Juan de la Rambla. Al dejar el coche hay que recordar que espera un largo (pero precioso) descenso en escalinata y en la parte inferior, que hay sectores ideales para tumbarse a tomar sol pero sin servicios, por lo que hay que ir bien provisto de agua o lo que uno quiera llevar.

Es una pequeña formación de 20 metros de diámetro, pero que se convierte en un privilegiado balcón sobre el Atlántico.

Se sugiere visitarla cuando la marea está baja, porque en pleamar el oceáno suele colarse entre las rocas.

Los Charcones-Lanzarote

Lanzarote no se iba a quedar atrás con sus opciones de piscinas naturales. A cinco minutos de Playa Blanca se despliega un espectacular rosario de dos kilómetros de formaciones rocosas con aguas cristalinas que, con toda lógica, se conoce como Los Charcones.

La variedad de tamaños y profundidad dan libertad de elección a los que prefieren sitios tranquilos para estar en familia con aquellos que gustan de sumergirse hasta donde sea posible.

Algunos ‘charcos’ son buscados para baños relajantes sin olas y otros para practicar lanzamientos.

El acceso es por camino de tierra, y como en las otras piscinas canarias, se recomienda visitarlas cuando hay bajamar.

Gulpiyuri-Asturias

Cerca del pueblo asturiano de Naves se puede encontrar una curiosidad geológica: la playa interior de Gulpiyuri.

Su agua es del Cantábrico, que se cuela entre los acantilados, pero ahí se queda atrapada; y forma una simpática piscina natural de 40 metros de longitud.

Sus arenas blancas y gruesas apenas son visibles en pleamar, pero cuando llega la bajamar sucede el fenómeno del desagüe, cuando la formación reduce su tamaño.

La piscina de Gulpiyuri no dispone de ningún servicio y carece de tiene acceso directo, ya que está rodeada de prados con una mayor altitud. La localidad más cercana es Naves y para llegar hay que transitar por un camino agrícola.

Mutriku-San Sebastián

A pocos kilómetros del puerto de Mutriku, cerca de San Sebastián, se encuentran las únicas piscinas naturales de agua marina de la costa guipuzcoana.

Se trata de dos formaciones naturales de tamaño olímpico, que se llenan de agua cuando sube la marea, pero cuando baja queda atrapada dentro de los muros de roca.

Por ello es un imán para los amantes de la natación en agua salada y sin oleajes, y para los que les gusta relajarse sin las visitas de las olas.

El lugar es de fácil acceso y cuenta con toda clase de servicios, desde vestuarios y duchas hasta bares.

Fonts d’Algar-Alicante

El último punto de este recorrido son las piscinas naturales de Font d’Algar, en Alicante; que a diferencia de las otras no están junto al mar.

Las posas y los saltos de agua, formados por la erosión del río Algar en la roca caliza, forman parte de un circuito de 1,5 kilómetros ubicado a 15 km de Benidorm y a tres del centro urbano de Callosa d’en Sarrià.

Los remansos de agua, llamados ‘tolls’, son pequeñas piscinas de agua dulce que antiguamente se consideraban como fuente de salud.

La zona tiene toda clase de servicios, donde además de restaurantes en las inmediaciones también hay áreas de picnic y un camping.