Señoriales, centenarios y lujosos: así son los Hoteles Monument de Barcelona

Tienen lobby, habitaciones, piscinas y suculentas propuestas gastronómicas pero lo verdaderamente irrepetible de estos hoteles es su ubicación en edificios que son auténticos monumentos que forman parte del patrimonio arquitectónico de Barcelona

Es una de las ciudades más bellas del mundo y no (solo) porque lo digamos nosotros. Un reciente estudio que analiza la proporción áurea, epítome de la perfección estética, concluye que Barcelona es la tercera ciudad más hermosa del globo, solo por detrás de Venecia y Roma, gracias a la cantidad edificios emblemáticos que observaban esta fórmula.

La buena noticia es que podemos disfrutar de muchos de ellos, reformados en exclusivos hoteles que forman parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad.

Son los Hoteles Monument, una categoría impulsada por el Gremi d’Hotels de Barcelona y reservada a estos establecimientos que aportan como valor añadido el haber nacido y crecido con la ciudad y formar parte de su historia y su legado.

Encontramos estos hoteles especialmente en el corazón de Barcelona. Guardianes de la esencia de la ciudad, de los estilos arquitectónicos y las modas que encandilaban a la burguesía más refinada, actualmente son 18 los hoteles con categoría Monument en los que podemos alojarnos en Barcelona.
Fachada del Claris Hotel & Spa GL.

El paseo incluye joyas como 1898, Arai 4*S Monument, Bagués, Casa Fuster, Catalonia Eixample 1864, Claris Hotel & Spa GL, Continental Palacete, Duquesa Suites y El Avenida Palace.

Granados 83, Gran Hotel La Florida, Hotel España Ramblas, Hotel Miramar Barcelona, Hotel Neri Relais & Châteaux, Le Méridien Barcelona, Medinaceli, Mercer Hotel Barcelona y Monument Hotel completan este selecto listado que incluye edificios de diferentes épocas y estilos, pero que forman parte del inventario del patrimonio arquitectónico de Cataluña.

Un paseo por los Hoteles Monument: 1898

Proyectado en 1881 por el arquitecto Josep Oriol Mestres como residencia de la familia López y López, Marqueses de Comillas, el actual hotel 1898 (La Rambla, 109) fue también sede de la compañía Trasatlántica y la Compañía General de Tabacos de Filipinas.  

Remodelado en los años 30 del siglo XX por Josep M. Sagnier y Vidal y Josep M. Rivas, un incendio en los vecinos almacenes El Siglo le permitió abrirse a la calle Pintor Fortuny, donde se creó una impresionante fachada clasicista que incluye una hornacina con una estatua del pintor Fortuny sentado, realizada por los hermanos Oslé e instalada en 1942.  

El Grupo Núñez y Navarro adquirió el edificio en 1998 y lo restauró para convertirlo en hotel. La historia del edificio sigue presente tanto en su nombre, que alude a la fecha del fin del dominio colonial español de Filipinas, como en las iniciales de la Compañía General de Tabacos de Filipinas grabadas en el cristal de la puerta que da a las Ramblas. 

Arai 4*S Monument

En la calle Avinyó, 30, un edificio cubierto de hermosos frescos es nuestra segunda parada. El actual Aparthotel Arai 4*S Monument data de 1702 y fue residencia de varias familias de la nobleza catalana. Manuela de Quijada Verdugo, familiar del marqués de Esquilache, fue quien le dio el nombre de Palacio de los Cuatro Ríos, en honor precisamente a la decoración de su fachada, obra de Jaume Fábregas, y parte del patrimonio arquitectónico, histórico y artístico de Barcelona.

De hecho, sus excelentes esgrafiados se consideran los mejores de la época, con representaciones de la Cerámica, la Pintura, la Escultura y la Agricultura, personificaciones del Danubio, el Nilo, el Ganges y el Río de la Plata y todo tipo de medallones y guirnaldas realizados hacia la década de los setenta del siglo XVIII.

A lo largo de los años, el edificio ha sido la sede del Fomento de las Artes Decorativas, residencia particular y, finalmente, en hotel, que ha sabido mantener muchos de los elementos originales que van desde vigas de madera a techos artesonados, baldosas hidráulicas y suelos de mármol con marquetería de diferentes colores. Un sueño hecho hotel.

Bagués

Volvemos a la Rambla para visitar el hotel Bagués, que se alza en el histórico Palacio del Regulador, un edificio de 1850 levantado por el arquitecto Josep Fontseré Domènech para servir de viviendas.

Construido en estilo clásico romántico, en su fachada se mezclan elementos art nouveau y modernistas, con pilastras jónicas, estucos rosados y grupos escultóricos con imágenes infantiles realizadas en terracota.

En 1883, pasa a ser propiedad de Juan Boix, quien reformó la parte baja para acoger la icónica Joyería Bagués – Masriera, famosa entre los barceloneses de la época por su báscula roja donde, en su día, podían pesar sus objetos de manera precisa (y gratuita).

Precisamente los talleres y la joyería Bagués han servido como inspiración para el actual alojamiento de categoría 5 estrellas y primer ‘hotel bijou’ de la ciudad.

Casa Fuster

Si se trata de buscar la historia detrás del edificio merece la pena detenerse en Casa Fuster (Passeig de Gràcia, 132), nada menos que un regalo que Mariano Fuster i Fuster, un caballero de la alta sociedad mallorquina, quiso regalar a su esposa Consuelo Fabra y Puig, hija del Marqués de Alella.

Para el proyecto contó con el arquitecto Lluís Domènech i Montaner, arquitecto modernista de renombre internacional que firmó, entre otras, las obras del Palau de la Música Catalana, hoy Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Con tres fachadas, la Casa Fuster está repleta de detalles que destilan expresividad y, como curiosidad, en la época fue considerada la casa más cara de la ciudad por los materiales empleados, como el mármol blanco.

Tras albergar diferentes negocios, como una barbería, un colmado o el salón de baile El Danubio Azul, en 1999 la Casa Fuster fue adquirida por Hoteles Center y transformada en un hotel de categoría Gran Lujo.

Su exquisita rehabilitación respetó al máximo la originalidad y singularidad del edificio que es considerado no solo la obra cumbre de Domènech i Montaner, sino también la construcción que mejor ejemplifica el periodo más próspero y de mayor esplendor de la Barcelona del pasado siglo.

Catalonia Eixample 1864

En la calle Roger de Llúria, 60, nos espera uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad Condal, el único que conserva una fachada de 1.200 m2 decorada con pinturas al fresco, lo que le ha convertido en bien cultural de interés nacional.

Edificado entre los años 1863 y 1864 por el promotor inmobiliario Josep Cerdà, las fantásticas pinturas fueron obra del artista italiano Raffaelo Beltramini, especialista en pintura decorativa y escenografía, que vivió en Barcelona durante la segunda mitad del siglo XIX.

Dioses griegos, musas y alegorías sobre la naturaleza, las artes y las ciencias y virtudes como la templanza, la esperanza o la prudencia protagonizan los frescos, en diferentes tonalidades y con figuras y motivos jerarquizados según la importancia que se otorgaba en el momento de la construcción a cada planta del edificio.

Declarado Monumento Histórico Artístico, fue convertido en hotel en el año 2003 con el nombre de Catalonia Berna.

Claris Hotel & Spa GL

El antiguo palacio Vedruna es la sede del flamante Claris Hotel & Spa de categoría Gran Lujo. Una de las primeras residencias señoriales en los chaflanes del Eixample (concretamente en Pau Claris, 150) y uno de los pocos que aún se conservan de este tipo de edificaciones data de 1883 y destaca por su estilo neoclásico.

Una selección de mármoles en titanium, daino y verde lara, más de 10 kilómetros de molduras talladas de piedra arenisca, maderas de ébano, wengué y roble envejecido, frescos pintados a mano y estucados con pan de oro dan idea de la ambición del edificio, adquirido por Derby Hotels Collection e inaugurado, ya como hotel, en 1992.

Para mantener sus principales rasgos de identidad, el proyecto integró dentro de un impactante muro-cortina la fachada del antiguo palacete dando lugar a un contraste de estilos y materiales que reafirma su personalidad.

Continental Palacete

Si las paredes del Continental Palacete (Rambla Catalunya, 30) hablasen contarían muchas historias de Barcelona. Un anuncio en el periódico llevó a la empresaria Pilar Vallet a encapricharse de esta antigua mansión que logró adquirir en 1999 y transformar en hotel. 

Construida en 1863, su ubicación original estaba en el Paseo de Gracia, pero sus propietarios decidieron desmantelar la casa y trasladarla, piedra a piedra, a su actual ubicación. 

El distinguido edificio cuenta con salones originales de 1863 y con objetos de coleccionista como copas y cubertería de plata que aún pueden verse en el hall. Su salón estilo Versalles Luis XV y la espectacular chimenea de mármol son otras de sus peculiaridades, así como algunas de las habitaciones decoradas en tonos rosados que le han valido el sobrenombre de ‘hotel rosa’. 

Actualmente el Continental Palacete es también conocido por su buffet abierto 24 horas al día, los 7 días de la semana donde disfrutar en cualquier momento de suculentas recetas caseras de la familia. 

Duquesa Suites

También una larga historia arrastra la mansión señorial que hoy acoge el Aparthotel Duquesa Suites (Pl. Antonio López, 5). Adquirida a finales del siglo XVIII por el corredor de cambios Gil Grado para su uso particular, en ese momento tenía vistas a la Muralla del Mar.

Derruida esta, en 1890 se transformó en las oficinas de la Sociedad Banco Vitalicio y volvió a cambiar de manos en 1919, cuando la adquirió el ingeniero y empresario José María Roviralta.

Durante la Guerra Civil, sufrió el impacto de las bombas y en los años 80, el inmueble albergó diferentes dependencias del gobierno de la Generalidad de Cataluña.

En 2016 fue finalmente reconvertido en hotel de lujo. Siempre en sintonía con el mar, hoy el mediterráneo se sigue respirando en cada uno de sus rincones.

El Avenida Palace

Siete décadas contemplan la historia de El Avenida Palace. Ubicado en la Gran Via de les Corts Catalanes, 605-607, el edificio original data de 1925, cuando fue proyectado por Enric Sagnier como la Casa Llibre, un establecimiento enfocado a la gastronomía y la cultura.

Joan Gaspart Bonet adquirió el edificio en 1950 y tras una reforma a cargo del arquitecto Josep Maria Sagnier, hijo de Enric Sagnier, lo abrió ya como lujoso hotel en 1952.

El Avenida Palace guarda entre sus paredes el testimonio de incontables acontecimientos de la vida social y cultural barcelonesa, desde la llegada de The Beatles, un 3 de julio de 1965, al paso de Ernest Hemingway, Joan Miró y Lizza Minnelli.

El hotel se reformó en 2017, incluyendo la apertura de una espectacular terraza con vistas a la ciudad, dos nuevas suites y sus 153 habitaciones.