El incierto futuro de Susana Díaz tras la derrota del PSOE en Andalucía

La ex presidenta es senadora por designación autonómica, cargo al que accedió tras un acuerdo con Juan Espadas que como líder del nuevo grupo parlamentario socialista debe proponerla de nuevo para que lo apruebe el Parlamento

Susana Díaz, en la sede del PSOE Andaluz cuando anunció la convocatoria de primarias.

Susana Díaz, en la sede del PSOE Andaluz cuando anunció la convocatoria de primarias.

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A día de hoy, el Grupo Parlamentario Socialista tiene tres senadores por designación autonómica en la Cámara Alta: Susana Díaz, ex presidenta de la Junta de Andalucía que cayó derrotada en primarias ante Juan Espadas y el propio Juan Espadas, que dejará libre su escaño en el Senado tan pronto tome posesión de su acta como diputado en el Parlamento de Andalucía, en la que ejercerá, ya desde dentro de la cámara como líder de la oposición.

El tercer escaño lo ocupa Marisa Bustinduy, histórica socialista de la provincia de Málaga que se negó a ceder su sitio cuando, desde el partido, se le pidió que cediera en uno de los distintos bailes de la silla al que ha jugado el PSOE andaluz desde que la ex presidenta de la Junta perdió las primarias y hubo que buscarle una “salida digna”, término al que recurren unos y otros, en los distintos partidos, cuando toca afrontar este tipo de situaciones.

Fuentes consultadas por Economía Digital, dan por hecho que Bustinduy, con 68 años y dedicada de lleno a la política desde que entró como concejala en el Ayuntamiento de Málaga en 1999, no será propuesta de nuevo. En el caso de Susana Díaz, que siga o no depende fundamentalmente de que sea propuesta de nuevo para ocupar un escaño en el Senado y esto a su vez depende de que Juan Espadas dé cumplimiento al “pacto” al que la ex presidenta llegó con su sucesor cuando el verano pasado se despidió del Hospital de las Cinco Llagas, sede del Parlamento autonómico, y puso rumbo a Madrid, donde actualmente ejerce de senadora y tertuliana en el show televisivo de Risto Mejide en Cuatro.

Según la ley andaluza de designación de senadores, celebradas las elecciones al Parlamento de Andalucía y constituido el nuevo Parlamento, la Mesa de la Cámara determinará el número de senadores que deben representar a la Comunidad Autónoma, teniendo en cuenta el censo de población de derecho vigente en el momento de celebrarse las últimas elecciones generales al Senado. La designación de los Senadores y Senadoras a que se refiere la presente Ley deberá hacerse en proporción al número de Diputados y Diputadas de cada grupo parlamentario.

En la legislatura pasada, el reparto de senadores autonómicos ha sido 3 para el PSOE, 2 para el PP, siendo uno de ellos el histórico Javier Arenas, 2 para Ciudadanos 1 para Vox y 1 para la coalición Adelante Andalucía, entonces integradas por Unidas Podemos entre los que se encontraba también la corriente de Teresa Rodríguez que ahora ha ido por libre. 

El resultado de estas elecciones, catastrófico para las izquierdas y letal para Ciudadanos, deja un nuevo reparto en los representantes autonómicos en el Senado, según indican fuentes del Parlamento de Andalucía. Así el reparto será de cinco senadores para el PP; el PSOE, aunque baja en votos y escaños, retendrá 3 escaños y 1 para Vox. Las izquierdas andaluzas pierden voz en el senado en la próxima legislatura.

Si bien el PSOE no ha perdido representación lo cierto es que tiene que ser la nueva cámara quien vote, a propuesta de cada uno de los grupos, a los senadores por designación autonómica. Para que sean favorables, estas votaciones suelen estar pactadas entre los grupos, para evitar sorpresas, previamente. Sería, eso sí, la primera vez que una cámara con mayoría absoluta del PP tendrían que votar a Susana Díaz como senadora.

La constitución de la cámara será el próximo 14 de julio; el pleno de investidura será, previsiblemente, a finales de julio, el 20 y 21 de julio, con el objetivo de acortar los tiempos al máximo y tener Gobierno en marcha antes de agosto. El primer pleno ordinario del próximo curso parlamentario, en el que se designarán los senadores, podría ser en la sesión del 27 y 28 de julio. O en caso de no celebrarse ese pleno el primero después del verano. Será aquí cuando el grupo socialista, con Juan Espadas a la cabeza, tendría que llevar los nuevos nombres propuestos para la votación en pleno de la cámara.

A priori, el PSOE volverá a proponer a Susana Díaz como senadora. Según fuentes consultadas por este medio conocedoras del acuerdo, la ex presidenta pactó con Espadas quedarse de senadora mínimo hasta las próximas elecciones generales, a la espera de qué resultado obtiene Pedro Sánchez y el margen de maniobra para la ubicación en los infinitos ramales de la Administración central.

Asimismo, Díaz pactó que Verónica Pérez, persona de su máxima confianza, ex secretaria general del PSOE de Sevilla y dirigente de gran protagonismo cuando la crisis orgánica de 2016, estuviera en las listas para las elecciones autonómicas. En el diseño de las listas, la dirección regional cumplió este extremo del pacto pero, eso sí, colocó a Pérez en el número 6. En condiciones normales, su entrada en el Parlamento estaba garantizada, pero fue este escaño uno de los últimos que perdió el PSOE la noche del 19J por la fuerza de arrastre de los restos a favor del PP. En 2018, Pérez iba la tercera por Sevilla siendo la cabeza de lista Susana Díaz. El futuro de Pérez en esos momentos está en el aire.

El otro escaño que se perdió a última hora fue el que hubiera correspondido a Fernando López Gil, cuarto en las listas por Cádiz, y una de las personas que más trabajó a favor de Díaz en las primarias del pasado verano. Viceconsejero del vicepresidente Manuel Jiménez Barrios en la última legislatura socialista, el político gaditano fue otro de los damnificados por la llegada de Susana Díaz a la Cámara Alta, donde era senador por designación autonómica. En la actualidad, es coordinador de la Agenda 2030 del Ayuntamiento de San Fernando (Cádiz).

Se da por hecho que la dirección regional del PSOE mantendrá el acuerdo con la expresidenta, aunque el pésimo resultado de estos comicios podría dibujar un escenario donde entran en juego otros factores. Entre ellos, algo tan difícil de medir objetivamente como la empatía. La ex líder socialista no ha tenido papel alguno en la campaña de Juan Espadas y sólo ayer, a su llegada la reunión de la Comisión Mixta (en el Congreso y en el Senado) para la Unión Europea, que tuvo lugar este lunes en el Senado, expresó su “dolor” y “tristeza” por la histórica mayoría conseguida por el PP de Juan Manuel Moreno Bonilla. “Me duele mucho mi partido y me duele mucho mi tierra”, manifestó.

En tiempos de zozobra, cada palabra y cada gesto se interpreta por bandos. Oficialmente, no hay pronunciamientos que valoren las palabras de Díaz, pero en privado el tono se amplifica y la valoración es más gruesa. Fuentes críticas con la campaña que se ha ejecutado de cara a este 19J, en la órbita de Díaz, aseguran que “la gente está callada, pero remover de la silla a Susana puede significar que se monte un follón del todo y Juan [Espadas] no está para follones”.  

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