Los socialistas catalanes asumen que la debacle electoral en Catalunya será notable y dan por válidos los sondeos que los periódicos catalanes publican. Esos estudios pronostican 16 diputados, es decir nueve menos, y un empate con CiU. El clásico “sólo son encuestas” ha caído en saco roto.
Públicamente, el PSC expresa su confianza en un buen resultado. Aspiran a mantener el liderato en Catalunya, pero en realidad, en la sede de la calle Nicaragua sólo existen dudas sobre la magnitud del desplome y no del retroceso, que estaría descontado, dadas las tendencias.
Los resultados de 2008, cuando el partido de Montilla, también con Carme Chacón como cabeza de lista, dobló el número de votos que lograron el resto de fuerzas conjuntamente, juegan esta vez en contra ya que harán parecer mayor la caída, aunque el partido regrese a sus cauces habituales.
Se plantea para los dirigentes interinos del PSC, por lo tanto, un importante reto a gestionar tras el 20N. La siguiente preocupación es cómo corregir la imagen de debilidad que cale tras los comicios antes del congreso extraordinario que debe elegir la nueva cúpula dirigente y que se celebrará el 17 de diciembre.
