Seebook, una vuelta de tuerca al libro electrónico

La start-up barcelonesa Digital Tangible busca adaptar los ebooks a las librerías de siempre

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La irrupción de los libros electrónicos ha facilitado el acceso a un sinfín de obras a golpe de click. Pero también ha supuesto la pérdida de algunos rituales propios de la lectura como sería el deambular por una librería en busca de la próxima aventura.

Pero hay empresas dispuestas a combinar lo mejor de la electrónica con lo más auténtico y tradicional. Es el caso de la start-up barcelonesa Digital Tangible, una compañía que en julio de 2013 lanzó Seebok, un novedoso producto que se podría definir como una vuelta de tuerca al ebook.

Libros personalizados

Se trata de una tarjeta, de tamaño postal, que reproduce la cubierta y contracubierta de la edición en papel de un libro determinado. La idea es que el lector pueda seguir acudiendo a las librerías de siempre en busca de un libro adaptado a la última generación.

Esta postal lleva en su interior un código QR o alfanumérico que lleva al usuario a la aplicación de Digital Tangible desde donde se descarga el libro con el mismo contenido. El usuario tan sólo tendrá que introducir su correo electrónico, clicar en el formato deseado y el enlace aparece en la bandeja de entrada. Además, la compañía se ha preocupado de diseñar una marca con la que personalizar los libros y, así, evitar la piratería.

Red de distribución

“Se ofrece la posibilidad de hacer tangible un libro digital. Y como es una tarjeta, lo puedes regalar, que lo firme el autor o dedicarlo tú mismo”, explica Rosa Sala, ideóloga del Seebok y consejera delegada de Digital Tangible.

        

Sala, junto a sus compañeros de viaje Jordi Pérez y Simon Effing, ha conseguido crear una red de distribución que ya alcanza las 90 librerías. El siguiente paso es el de diversificar el producto y traspasar fronteras.

Con la mirada puesta en América Latina

Sala explica que el concepto del Seebook se puede aplicar a la distribución de música o, incluso, en los catálogos de empresas. La ensayista reconvertida en empresaria sostiene que en este último caso, no sólo evitas que el catálogo acabe en la basura después de la inversión económica que supone realizarlo, sino que también sabes cuántas personas se lo han descargado. Como la empresa pide los emails, la información está más controlada.

El afán de este equipo es el de exportar a América Latina un nuevo concepto de ebook. Y México se presenta como la mejor puerta para entrar en un continente con gran potencial para los lectores a los que el libro electrónico también les han conquistado.

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