¿Pasará en España lo mismo que en Grecia?
Jean-Claude Trichet, presidente de Banco Central Europeo, aseguró el jueves pasado en Cambridge que la velocidad a la que un desbarajuste financiero se puede extender por todo el mundo «se había acelerado enormemente en tan sólo unas décadas». Mientras que las crisis de deuda durante los años 80 se alargaron muchos años, los efectos del hundimiento de Lehman «se extienden por todo el mundo en sólo medio día».
Como Ralph Atkins señalaba, el gobierno griego ha sido el último a aprender que en el mundo moderno uno puede ser catapultado de la oscuridad relativa a prominencia global en cuestión de horas. Todo el mundo puede ser famoso por cinco minutos, como decía Andy Warhol, pero la mayoría de nosotros podríamos vivir bien sin este tipo de fama.
Planteada la evaluación de ‘Standard & Poor’s según la cual la situación económica y financiera de España se estaba deteriorando, Jose Luis Rodríguez Zapatero se limitó a rechazar de pleno las previsiones económicas negativas, declarando que los «que-dicen-que no” estaban equivocados a la luz del -según él – evidente hecho de que España está muy cerca, en este mismo momento, de emerger de la recesión que lo ha arrastrado durante tantos meses. En efecto, incluso fue más lejos y dijo que estaban equivocados, de manera que no podía encontrar ninguna razón por la cual Standard & Poor’s tenga que rebajar de categoría el índice de deuda de soberanos a largo plazo de España, «Desde nuestra perspectiva hay razones para hacerlo, en primer lugar por la fuerza del país (y) porque las cuentas públicas son solventes», decía a la emisora Onda Cero. Standard & Poor’s argumentó que «la rebaja de categoría … refleja nuestras expectativas de que las finanzas públicas sufrirán en fila con la disminución esperada en las perspectivas de crecimiento de España», un punto de vista con el cual pocos observadores externos estarían en desacuerdo.
En efecto, el representante de España en el BCE que gobierna el consejo, José Manuel González-Páramo, decía a EFE, en una entrevista sobradamente citada en medios de comunicación españoles, que él mismo encontraba la opinión de S&P difícil de rebatir: «El BCE no opina sobre si S&P tendría que recortar el índice de España, pero el informe
que acompaña este aviso es duro de negar. … estoy convencido de que las autoridades españolas comparten este análisis y harán todo lo posible para evitar que la perspectiva negativa de S&P’s se traduzca en un cambio de rating», dijo.
Si Zapatero hubiera encontrado dentro de su repertorio la capacidad de expresar sentimientos similares, estoy seguro de que habría hecho más para convencer el mundo en general que es consciente del problema, y que está dispuesto a hacer lo que haga falta. Pero tal como es, simplemente deja la impresión de que lo que hasta ahora sólo pasaba en Grecia pasará finalmente e inevitablemente en España, con toda la imprevisibilidad y la velocidad de relámpago sobre la que advirtió Trichet. Parece que nos estemos enfrentando la Crónica de una muerte anunciada tal y como lo decía Gabriel García Márquez.
¿Así, qué tenemos que hacer nosotros, simplemente sentarnos y mirar que «pase el accidente» que tiene que pasar? Angela Merkel puede tener otras ideas, desde que parlante en Bonn el último jueves indicaba que, como mínimo, era de la opinión que la presión podría llevar a relacionar los parlamentos nacionales con inminentes dificultades presupuestarias.
«Si, por ejemplo, hay problemas con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento en un país y sólo se puede resolver haciendo reformas sociales en aquel país, entonces naturalmente la pregunta surge: qué influencia tiene Europa en parlamentos nacionales al ver que aquella Europa no se para… Esta será una tarea muy difícil porque naturalmente los parlamentos nacionales no desean que se les diga qué tienen que hacer. Tenemos que ser conscientes de estos problemas en los próximos años.»
Bien, si se puede llevar esta presión, desde luego tendría que ser ahora. Y no durante los próximos años, si no, si le hacen caso a Trichet, durante los próximos semanas y meses. El relámpago seguramente no caerá dos veces en el mismo sitio, pero ciertamente puede caer dos veces.