Los Mossos descubren más irregularidades en el sindicato USOC
La central ingresó 3,2 millones de euros en subvenciones para formación que en buena parte se destinaron supuestamente a pagar sueldos
En las oficinas de la Unión Sindical Obrera de Cataluña (USOC), el tercer sindicato catalán por número de afiliados, nadie atiende al teléfono. Todo el mundo está de vacaciones. Mientras tanto, los Mossos d’Esquadra siguen investigando la gestión de su anterior ejecutiva, encabezada por Antònia Gil, que dimitió en bloque hace tres años al destaparse un sinfín de presuntas irregularidades.
En el sumario del caso, filtrado por el diario El País, se incluye un informe de los Mossos d’Esquadra en el que se apunta que buena parte de los 3,2 millones de euros que la USOC ingresó durante seis años para la formación profesional se dedicaron supuestamente a pagar sueldos y complementos salariales.
Antònia Gil era la «líder indiscutible»
En el informe policial se califica a Antònia Gil de «líder indiscutible» de la trama. Los agentes investigan diversas irregularidades, como la tramitación de expedientes de regulación de ocupación temporales que afectaron a 13 empleados del sindicato, pese a que les obligaron a seguir en sus puestos de trabajo mientras cobraban el paro. El sindicato les abonó la diferencia.
Los agentes también investigan el supuesto pago, durante décadas, de complementos salariales de forma irregular a sindicalistas. La cifra se acercaría a los 500.000 euros.
Se sigue la pista del dinero de las subvenciones
Los Mossos sospechan que buena parte de los 3,2 millones de euros de subvenciones para la formación ocupacional que cobró la USOC en un período de seis años pudieron desviarse a pagar sueldos y complementos.
Según informa El País, los Mossos también investigan a María Recuero, la actual secretaria general, que había formado parte del anterior equipo de Antònia Gil.
A preguntas de Economía Digital, un miembro de la nueva comisión ejecutiva declinó hacer comentarios sobre este caso, que se sigue en el Juzgado de Instrucción número 2 de Barcelona.
