Una mirada a 100 años de evolución cultural de L’Hospitalet
Música, teatro, cine o artes plásticas: en su centenario como ciudad L´Hospitalet celebra su tejido cultural diverso y dinámico
a ciudad de Hospitalet ha sido históricamente un lugar de gran dinamismo cultural y transformación social. Una población marcada por los movimientos migratorios, la actividad asociativa y la reivindicación social.
En el año que supone el centenario del otorgamiento del título de ciudad, a través de los carteles e imágenes de algunos de sus eventos, podemos seguir la evolución de su vida cultural desde los años 20 del siglo pasado hasta la actualidad.
Fuentes: Archivo Municipal de L’Hospitalet; Centre d’Estudis de L’Hospitalet CELH; i Un Segle d’art modern a L’Hospitalet: [1912-2012]. L’Hospitalet de Llobregat Centre d’Art Tecla Sala, [2021].
En 1925 cuando L'Hospitalet recibió el título de ciudad...
El artista de vanguardia uruguayo Rafael Barradas se instala en L’Hospitalet y convierte su casa en un centro de encuentro para intelectuales y artistas como Federico García Lorca y Salvador Dalí, que dejan una profunda impronta en este núcleo rural de la época.
En la primavera de 1994 “la Caixa” cedió el uso de la planta baja de un edificio de la rambla de Just Oliveras al Ayuntamiento, que lo convirtió en el actual Auditorio Barradas.
Década de 1940-50: la cultura bajo el franquismo
El estallido de la Guerra Civil apaga la actividad artística en L’Hospitalet, y no es hasta 1947 cuando ésta empieza a renacer gracias al liderazgo de Jaume Reventós y la creación de la Agrupació Amics de la Música.
Esta iniciativa impulsa a una nueva generación de artistas, músicos e intelectuales que intentan revitalizar la vida cultural de la ciudad en un momento marcado por las limitaciones del régimen franquista.
*Foto: concierto de Serrat, 1967 en uno de los conciertos conmemorativos del XX aniversario de la Agrupació Amics de la Música.
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1941
Cartel que anuncia un reportaje cinematográfico sobre Japón que es un intercambio cultural hispano-japonés patrocinado por el Ayuntamiento de L’Hospitalet, la jefatura local de la Falange Española Tradicionalista (FET) y la Junta Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS).
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1947
La creación de la Agrupació Amics de la Música impulsa a una nueva generación de artistas, músicos e intelectuales.
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1949
Uno de los carteles que anuncian espectáculos en el Club Pimpinela: entidad cultural y deportiva del barrio de Collblanc-La Torrassa que inició sus actividades en 1945.
Década de 1960: la apertura progresiva y la consolidación de la cultura popular
Con el paso de los años, se produjo una apertura parcial del franquismo y la cultura empezó a expandirse más allá de los cánones oficiales.
Desde 1965, y con el apoyo municipal, se celebran los Premios de Pintura Ciudad de L´Hospitalet, que hasta 1974 se convierten en un importante escaparate de las tendencias artísticas del momento y en una de las pocas convocatorias de arte del país.
Cabe destacar la exposición de Estampa Popular en la Agrupación de Amigos de la Música, en 1966 que aglutina a artistas que quieren conectar la obra de arte con la realidad social del país. El grabado se presenta como la técnica idónea por su bajo coste para llegar a todos los estamentos sociales por la posibilidad de seriación.
El teatro portátil: iniciativa franquista
El nombre de la actual plaza de la Carpa de L’Hospitalet proviene del teatro portátil instalado por el Ministerio de Información y Turismo con el objetivo de acercar las artes escénicas a la población.
Durante un tiempo, varias compañías de teatro nacional representaron obras, e incluso el ministro Manuel Fraga visitó oficialmente su instalación en Can Serra.
El 19 de septiembre de 1969 se ofreció el primer espectáculo, El enfermo imaginario de Molière, a cargo de la Compañía de Teatro Clásico Calderón de la Barca.
La semilla del teatro independiente en L’Hospitalet
La aparición del grupo de teatro Alpha 63 supuso un cambio radical en la forma de entender y vivir la cultura desde el asociacionismo local en L’Hospitalet.
Para contextualizar este nuevo grupo, es necesario tener en cuenta tanto la situación de la censura como la realidad social y política de la ciudad en ese momento. Un aspecto fundamental es el origen de los jóvenes del Alpha 63: eran hijos de la clase acomodada del barrio Centro de L’Hospitalet, nacidos en los años cuarenta, y formaban parte de la juventud universitaria de la ciudad.
Década de 1970: hacia la transición democrática y la nueva cultura
Los años setenta suponen un punto de inflexión para la cultura de L’Hospitalet, coincidiendo con los últimos años del franquismo y el inicio de la transición democrática.
En 1974, se empieza a gestar el proyecto de la Escuela de Estudios Artísticos.
Inspirada en la Bauhaus de Weimar, esta institución ofrece una formación artística global, integrando disciplinas como el teatro, las artes plásticas, el cine y la música.
El Patronato Municipal de Cultura fue el organismo que impulsó y coordinó las iniciativas más innovadoras en promoción cultural, con especial énfasis en las artes de 1974 hasta 1996. En los años de funcionamiento del Patronato, pasaron por L’Hospitalet los autores, intérpretes, grupos y compañías más destacados y renovadores de la escena.
En 1975 se abre la primera Aula de Cultura de titularidad municipal, un modelo que se extenderá progresivamente a diferentes barrios de la ciudad hasta contar con seis espacios, con el objetivo de responder a las necesidades de formación cultural y artística de la población.
En 1977 se funda el Taller de Pubilla Casas, origen de la actual TPK, con el propósito de crear un punto de referencia en el ámbito de las artes plásticas en la ciudad de L’Hospitalet.
Entre los miembros de Alpha 63, un grupo de jóvenes, junto con Josep Antón Codina, fundó el primer grupo de teatro independiente profesional de L’Hospitalet: el GAT, segunda generación de grupos de teatro independiente, coincidiendo con iniciativas emblemáticas como Comediants (1972) y Dagoll Dagom (1974). El GAT se orientó hacia un teatro de fuerte carga política, convirtiéndose en un referente de la escena teatral comprometida del momento
El fenómeno cineclubístico en L'Hospitalet
Hospitalet no fue ajeno al auge de los cineclubs, que proliferaron gracias al impulso de parroquias y entidades de carácter religioso o de asociaciones políticamente toleradas, como el Casino del Centro y el Casino de Santa Eulalia, que ofrecieron la infraestructura necesaria para las proyecciones.
Los cinefórums se convirtieron en espacios de debate donde se hablaba de política, sindicalismo, sexualidad y otros temas censurados por el régimen.
Década de 1980: una cultura en expansión
Con la llegada de la democracia, la cultura de Hospitalet vive un auténtico renacimiento. Las primeras Fiestas de Primavera en Can Buxeres (1980) marcan un antes y un después en la organización de actividades en el espacio público.
Los espacios culturales como el Aula de Cultura son fundamentales para la difusión del conocimiento y el arte en los barrios.
En 1986, también por iniciativa municipal, se crea el Centro de Arte Alexandre Cirici, que se convierte en el punto de referencia para las artes visuales en L’Hospitalet.
Los años 80 marcaron también una etapa de gran efervescencia musical en L’Hospitalet, reflejando la energía que sacudía a todo el Estado, pero con una personalidad propia que dejó una huella imborrable.
Pese a la fuerte influencia de la música nacional e internacional, la ciudad contaba con una escena musical local dinámica y auténtica. Durante esa década, se consolidaron estilos que iban desde el pop y el rock hasta las nuevas formas de experimentación sonora, reflejando el espíritu del momento.
A mediados de los años 80, el Festival Flamenco Antonio Mairena es ya un evento consolidado. Desde 1971 reúne a grandes figuras del flamenco y se ha convertido en una cita imprescindible para los amantes de este arte
De hilaturas a arte contemporáneo. El Centro de Arte Tecla Sala
El recinto fabril Tecla Sala cerró en 1973 y en 1982 el Ayuntamiento adquirió la propiedad del recinto. Antes de iniciar obras de rehabilitación, la buena conservación de algunas de las edificaciones favoreció la estancia de artistas plásticos a partir de la temporada 1987-1988 como Josep Guinovart, Fernando García Sevilla, Luis Barba, Monterrat Soto, entre otros.
Por su parte, a exposición «Grafiti. Pintadas jóvenes en L’Hospitalet desde los romanos hasta nuestros días», presentada en el Museo de Historia de la Ciudad, supuso la semilla de una cultura urbana que se desarrollaría con fuerza en las décadas posteriores.
En cuanto a las artes escénicas en esta primera etapa pasaron Konic Teatre, Luca Nicolaj, Teatro del Repartidor y Teatro de la Bohemia, el G.A.T, si bien correspondió a La Fura dels Baus la estancia más larga y fructífera (1987-1997).
Década de los 90: construcción de una identidad
En el ámbito cultural esta década fue un período de gran efervescencia cultural. La ciudad experimentó una transformación significativa, con la creación de nuevos espacios culturales como el Centro de Arte Tecla Sala y la inauguración de La Farga, un centro de actividades de propiedad municipal que hasta la fecha acoge numerosos conciertos, ferias y eventos culturales.
En el ámbito musical, fue una década de proliferación de grupos de música locales y salas de conciertos. En 1996 nació la Sala Salamandra, la sala de música en directo insignia de L’Hospitalet.
En 1989 en La Farga, Alaska y Dinarama dieron el que sería su último concierto oficial como banda
En 1999, las aulas de cultura dieron paso a los centros culturales de cada distrito, que desde entonces han mantenido una programación estable y diversa.
Entre estos centros, destaca la Biblioteca y Centro Cultural La Bòbila por su especialización en novela negra. Este equipamiento ha sido pionero en España en la formación y mantenimiento de un fondo especializado en género negro y policiaco. En este marco, impulsa el prestigioso Premio L’H Confidencial y organiza actividades periódicas relacionadas con la literatura criminal, consolidándose como un referente en este ámbito.
Por otra parte, el Centro Cultural Collblanc-La Torrassa se ha convertido en un punto de encuentro imprescindible para los amantes del blues. Desde 2005, este espacio acoge anualmente el Ciclo de Blues & Boogie, que reúne a algunos de los mejores artistas nacionales e internacionales del género.
A principios de los años 90, el Ayuntamiento de L’Hospitalet impulsó diversas iniciativas culturales para promover el cómic y la ilustración como formas de expresión artística y literaria. Las bibliotecas y las aulas de cultura empezaron a dar mayor visibilidad a este género, incorporándolo progresivamente a sus programaciones y colecciones.
Los 90: eclosión musical y artística en L'Hospitalet
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1990
¡De Tebeo! Espacio de cómic propone la exposición ‘Jaime Martín, dibujos y cómics’ en el Aula de Cultura de Sanfeliu. Con el apoyo de la revista El Víbora y Escuela de Cómic Joso.
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1991
Cómic en vivo en la Rambla dentro de las Fiestas de Primavera de 1991, una actividad organizada por el Aula de Cultura Sanfeliu dentro de su ‘De Tebeo! Espacio de cómic’ con la colaboración de El Víbora.
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1991
Cartel del concierto de John Mayall & Bluesbreakers, dentro del ‘Blues en Verano’.
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1991
Cartel de la actuación ‘Noun’ del grupo La Fura dels Baus, que se representó en La Farga el 5 y 6 de abril de 1991, dentro de la temporada de teatro.
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1993
Cartel de la exposición ‘La pintura de Beneyto en la década de los 80’, que se realizó en el Centro cultural Tecla Sala y que se pudo visitar del 22 de diciembre de 1992 al 31 de enero de 1993.
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1994
Representación de teatro ‘El zoo de cristal’ de Tennessee Williams en el Teatre Joventut.
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1996
Exposición ‘Procés Rey Polo, en el Centro Cultural Tecla Sala.
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1997
‘L’H Underground’ es el cartel del concierto que se celebra en la Sala Depósito Legal, un espacio de referencia para la música alternativa de la ciudad.
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1999
Presentación de las Fiestas de Primavera de L’Hospitalet del año 1999. El fondo es un cuadro del pintor Perico Pastor i Baldomer que representa a una pareja bailando.
L’Hospitalet, hoy
L’Hospitalet se ha convertido en un centro de creatividad, en el que artistas y músicos han revitalizado antiguos espacios industriales. Con el apoyo municipal, el Distrito Cultural se ha consolidado como referente metropolitano.
Las artes escénicas tienen una fuerte presencia con teatros como el Joventut y el Auditori Barradas, que ofrecen una programación de calidad para todos los públicos.
El arte contemporáneo también destaca con espacios como el Centro de Arte Tecla Sala y la Fundación Arranz-Bravo, que fomentan exposiciones y residencias para creadores.