Muy cerca de Francia, en el punto en el que el Ródano sale del Lago Lemán y entre los picos cercanos de los Alpes y el macizo del Jura, encontramos Ginebra. La cosmopolita sede europea de la ONU, entre otras organizaciones internacionales, y ‘capital de la paz’ por acoger el hogar principal de la Cruz Roja y la Media Luna Roja se extiende a ambos lados del lago.
En la orilla derecha, saludan grandes hoteles y muchos restaurantes. Sobre la izquierda, el casco antiguo de la ciudad, la Vieille-Ville (Ciudad Antigua, que además es el casco histórico más grande de Suiza) dominado por la catedral de San Pedro. En medio del lago, el inconfundible Jet d’Eau, el famoso chorro de agua que es también uno de los iconos de Ginebra.
Cuna calvinista, capital financiera, ciudad de diplomáticos, sede de grandes corporaciones y símbolo mundial de la relojería de lujo, Ginebra es también una metrópolis a pequeña escala donde conviven más de 200 nacionalidades, con gusto por el arte y el diseño y tesoros gastronómicos que encontramos desde en tradicionales establecimientos que sirven fondue a los más sofisticados restaurantes con estrella Michelin.
Un destino muy próximo con aerolíneas como Vueling que ofrece 2 vuelos directos diarios durante la Semana Santa.