La caída del comercio minorista evidencia el aumento de la pobreza

El INE detecta un brusco descenso en la venta de alimentos, mientras el PIB se recupera a un ritmo del 3%

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La economía española cada vez es más dual. Mientras el PIB crece a un ritmo superior a la media europea, las tiendas venden menos alimentos. ¿Cómo es posible? Pues porque, pese a la cacareada recuperación, cada vez hay más pobres.

El PIB ha crecido al 0,8% en el primer trimestre del año, lo que permite al Gobierno revisar su cuadro macroeconómico para ajustar la previsión anual a la horquilla 2,5%-3%. Pero no es oro todo lo que reluce.

Caída en enero y febrero

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) apuntan que el comercio minorista creció en febrero a una tasa del 2,7%, pero en realidad, a precios constantes y eliminados los efectos estacionales, disminuyó el 0,7%, dos décimas más que en enero, cuando cayó el 0,5%.

El comercio disminuyó porque la venta de alimentos lo hizo nada menos que un 2,7% en tasa mensual, un descenso que no pudieron compensar otros parámetros positivos, como las ventas en estaciones de servicios –un capítulo muy influido por el turismo- y las ventas de otros bienes. Pero es que las ventas de equipamiento del hogar y personal también han descendido; el 0,5% y el 0,3%, respectivamente.  

El turismo no compensa

La caída en la compra de alimentos, que en términos anuales registra un famélico crecimiento del 0,4%, es el dato que mejor recoge el empobrecimiento de una parte de la población. Ni siquiera el turismo extranjero –3,2 millones en enero, el 3,6% más que en el mismo mes de 2014–, que también consume alimentos, puede equilibrarlo.

Los datos del déficit público de los dos primeros meses del año, por ejemplo, también contienen cifras que ayudan a entender lo que está ocurriendo.

El subsidio de paro paga el 30% menos

El déficit se ha reducido un 9% en enero y febrero, hasta situarse en el 1,09% del PIB frente al 1,22% del mismo periodo del año anterior. Uno de los fenómenos que ha permitido ese descenso, según el Ministerio de Hacienda, es un ahorro del 30,8% de los recursos destinados al subsidio de desempleo.

No se trata de que casi el 31% de los parados hayan encontrado trabajo, ni mucho menos. Lo que ocurre es que una parte de ellos se han quedado sin ayuda del Estado y otra parte la han perdido parcialmente. Ese ahorro, que en los Presupuestos Generales del Estado para 2015 se calculaba muy exactamente en un 30%, supone menos dinero en circulación, menos capacidad de gasto para la gente con menos ingresos.

Los expertos consideran normal que empiecen a aparecer datos que ponen de relieve la creciente dualidad de la economía española. El economista José Carlos Díez recuerda que en la «historia reciente tenemos muchos ejemplos, sobre todo en Latinoamérica; y responden al modelo productivo que construye la política económica de los gobiernos».

Economía Digital

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