Europa se convierte en un campo de batalla entre el PP y Artur Mas

La diputada popular, Cayetana Álvarez de Toledo, reclama a Bruselas que reaccione cuanto antes, para que el nacionalismo “no mine el gran proyecto europeo”

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El problema catalán se va estrechando. Toma una dirección que es la que querían los partidarios de la independencia, y ahora los que se muestran también contrarios a ella. Se trata de Europa, de las instituciones europeas, que están recibiendo una presión, ahora sí notable, por parte del Govern de la Generalitat, con todas las limitaciones de un gobierno autonómico, pero también por parte del Gobierno español, y de dirigentes del PP.

Si el diálogo parece imposible, entre el presidente del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, y el President Artur Mas, deberá ser la Comisión Europea la que, en algún momento, establezca alguna medida, o alguna solución. Este miércoles el conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, aseguraba que Catalunya no hará nada que suponga una salida de la Unión Europea, pero, al mismo tiempo, mostraba la determinación de presionar todo lo necesario para encontrar una salida gracias a Europa. Y su petición coincidía en el día en el que la diputada del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, publicaba un artículo muy significativo en el Financial Times con un título apelativo “Europa no puede permitirse el lujo de sucumbir ante los nacionalistas”.

El PP no es homogéneo

En el PP no existe una única visión sobre lo que se debe hacer con el llamado “problema catalán”. El entorno del Presidente Rajoy, como Jorge Moragas, su jefe de gabinete, prefiere seguir esperando. Algunos diputados próximos en su día al ex presidente José María Aznar, tampoco ven necesidad de negociar nada, en parte porque la situación política en España no permite salidas demasiado imaginativas, y, en parte, porque en breve arrancará una etapa electoral, que se inicia con las elecciones europeas en el mes de mayo.

Pero esa posición, mayoritaria entre los populares, no excluye una actitud más dura, con más determinación, enfocada, sin embargo, hacia Europa.

Posición dura

Esa determinación se traduce en el artículo de Álvarez de Toledo, diputada en el Congreso, con despacho también en la Fundación Faes, como responsable del área internacional. En el Financial Times asegura que Europa se equivoca si considera que el proyecto soberanista de Catalunya es un “problema interno de España”. Se trata de “un error”. Para la diputada del PP, los líderes europeos no se pueden remitir a las palabras de Durao Barroso, el presidente de la Comisión Europea. “Los líderes europeos deben desenmascarar la hipocresía del nacionalismo”, asegura Álvarez de Toledo.

Es decir, la diputada reclama una respuesta y una mayor intervención de Bruselas en un asunto que se considera europeo, porque puede socavar, a su juicio, el proyecto político de la Unión Europea. Una posición que es la que persigue, precisamente, el movimiento independentista, que no ve otra solución, en estos momentos, que la implicación de las instituciones europeas, aunque, claro, desearía una decisión contraria a la que reclama Cayetana Álvarez de Toledo.

Socavar la democracia en España

La diputada no se anda por las ramas, y recuerda el último discurso de Mitterrand en el Parlamento Europeo en 1995: “El nacionalismo, es la guerra”. En su artículo enlaza los dos movimientos soberanistas, en catalán y el escocés, al criticarlos por ir en contra de los principios europeos. Para Álvarez de Toledo, se antepone la identidad a la ciudadanía, y los dos movimientos van en contra de un proceso de unión entre estados democráticos.

En el caso catalán, asegura que «Mr Mas» pide el apoyo de Europa en nombre de la democracia, con el latiguillo de «dejarnos votar», pero, al mismo tiempo, «socava la democracia en España en nombre de la identidad».

Clases en castellano

En el escrito de la diputada se explica que en Catalunya se está conmemorando el tricentenario de 1714 como “la denuncia de 300 años de España contra Catalunya”, y que el Gobierno catalán rechaza los requerimientos judiciales para que se enseñe un mínimo de clases en español, y no sólo en catalán.

Es una posición clara para que Bruselas se implique. Pero también el Govern de Artur Mas quiere esa reacción europea.

Por ahora, Bruselas mantiene una posición oficial, según la cual si una parte de un estado quiere independizarse quedará fuera de la Unión Europea. “Pero eso no es suficiente”, apremia Álvarez de Toledo.

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