Mas corre hacia la consulta y se encomienda a Europa

El president insiste en que el contexto internacional forzará a Rajoy a ofrecer una salida

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Era un plan B, pero comienza a ser el único que tiene el President Artur Mas. La voluntad de convocar una consulta soberanista, después de consensuar la doble pregunta y la fecha, es innegociable, a juicio del President, que se encomienda a la reacción de los países europeos para que fuercen al Gobierno español a ofrecer una salida. Sigue la puerta entreabierta a que esa presión, la de agitar el movimiento independentista, pudiera provocar un proyecto alternativo, por parte del presidente Mariano Rajoy, pero cualquier solución a la que se llegue a lo largo de este año debe pasar, según el entorno del President, por una consulta al “pueblo catalán”.

Mas quiere acelerar el proceso. Y lo demostrará este martes en una conferencia de prensa tras el Consell Executiu del Govern. El mes de enero será intenso, y Mas quiere liderar una agenda que está marcada por la consulta del 9 de noviembre de 2014, algo más que un simple deseo, según los soberanistas, que destacaban este lunes en las redes sociales que The Economist la ha incorporado en su particular calendario electoral a lo largo de 2014.

Contactos internacionales

El President quiere explicar, también, sus contactos con los máximos dirigentes europeos, a través de la carta que envió a los mandatarios internacionales señalando la fecha de la consulta y los motivos del movimiento independentista catalán. El entorno de Mas insiste en que esos contactos pueden ser decisivos, a pesar de que este mismo lunes los representantes de la Comisión Europea aseguraron que todavía no han leído la carta de Mas. Por ahora, todo han sido largas por parte de los gobiernos europeos.

Mas, sin embargo, sólo ve esa salida. Si se ve forzado a convocar elecciones anticipadas, con un supuesto carácter plebiscitario, ante la negativa de Rajoy de permitir la consulta, el presidente de la Generalitat espera una mayoría independentista en el Parlament que le permita forzar la situación, y esperar una reacción de Bruselas. Es lo único que tiene en estos momentos, se considere o no suicida.

El ‘embajador’ Margallo

El hecho es que, según una encuesta en el diario El Mundo, los que creen en el resto de España que se convocará el referéndum asciende al 48%, lo que refuerza la idea de Mas de que Rajoy podría llegar a permitirla.

El Gobierno español mantiene el plan trazado. Ningún síntoma de querer cambiar la situación, aunque con algunos mensajes que traten de vislumbrar un proyecto común diferente. De ello se encarga el ministro de Exteriores –gran paradoja—José Manuel García Margallo, quien este miércoles estará en Barcelona.

Margallo, que cuenta con amigos personales en las filas de CiU, ofrecerá su visión sobre la carta de Mas a los mandatarios internacionales, que causó una gran perplejidad en el Ejecutivo español. Pero se centrará en proyectar sobre el futuro una España unida a un proyecto global europeo, que, pese a la apariencia de lentitud, podría desdibujar todas las fronteras europeas, dentro de la Unión Europea.

Rubalcaba y Navarro, con una hoja de ruta

Todo se acelera, por tanto. También en el terreno de los partidarios de una España netamente federal. El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reúne este martes con el primer secretario del PSC, Pere Navarro, para concretar ya un proyecto federal que desarrolle la declaración de Granada, que aprobó el pasado año el PSOE.

Los dos partidos han convocado a la cúpula de sus ejecutivas, que se reunirán en Barcelona de forma conjunta. De ahí debe surgir un plan que pueda convencer a la sociedad catalana de que los socialistas pueden ser una alternativa real al PP y al independentismo que representa en estos momentos el President Mas y Esquerra Republicana.

La votación en el Parlament

Este mismo mes, el próximo jueves 16, el Parlament votará trasladar al Congreso la petición de celebración de la consulta, a través del artículo 150.2 de la Constitución. El PSC se juega más que una votación, porque los cinco diputados que no votaron las indicaciones de la dirección, sobre el derecho a decidir, hace ahora casi un año, podrían repetir la jugada. Esta vez, Pere Navarro ha advertido que no tolerará la misma actitud.

En quince días la política catalana vivirá una gran convulsión. Mas corre raudo hacia la consulta, confiando en que alguien reaccionará antes de chocar contra un enorme muro. Porque, ahora sí, ya no está en disposición de cambiar sus cartas.

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