El Consell valenciano choca contra los sectores empresariales

El cambio de criterios políticos de PSOE y Compromís preocupa a las empresas valencianas que desean proyectarse en el exterior

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En el mundo empresarial valenciano han quedado como mínimo sorprendidos ante la negativa de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra (Compromís), a apoyar a la empresa Ribera Salud, en un concurso para concesión de un hospital en Eslovaquia.

Oltra dijo hace unos días que el gobierno autonómico que preside el socialista, Ximo Puig, no está dispuesto a respladar a esta empresa en un proyecto sanitario que no comparte, en relación a la cooperación público/privada para la gestión de hospitales en la Comunidad Valenciana.

El presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, Salvador Navarro, ha declarado que espera que el Consell apoye la inversión valenciana en el extranjero, sea cuál sea, a lo que no ha habido mayores cometarios desde el gobierno autonómico.

Sanidad público/privada

El grupo Ribera Salud es propiedad al 50 % del grupo norteamericano Centene Corporation y el Banco Sabadell y gestiona, por el modelo de cooperación público/privado, los hospitales de Denia, Elche, Torrevieja y Alcira, que fue el primero y el que ha dado el nombre al modelo.

Tiene participación en varios hospitales de Perú y concurre a un concurso en Eslovaquia para un hospital público de 945 camas, que debe ser gestionado por una empresa privada. El ministerio de Sanidad eslovaco ha valorado la gestión y la elevada eficacia del modelo.

Sin embargo, el nuevo gobierno valenciano ha expresado repetidamente su deseo de acabar con estas concesiones y devolver todos los hospitales que gestiona Ribera Salud a una total dependencia pública.

Una feria en ruinas

Pero las tensiones con empresarios alcanzan también a otros sectores. La Feria de Valencia, que preside José Vicente González, presidente a su vez de la patronal CIERVAL, acumula pérdidas desde hace años y cualquier proyección de futuro ofrece un balance negativo.

Varias veces se ha estudiado una gestión privada de las instalaciones en un momento en que las ferias no son interesantes comercialmente, pero el actual Consell ha retrasado las decisiones porque quiere una gestión pública y la explotación tradicional de la Feria.

Aunque el propio presidente de la CIERVAL, José Vicente González, reconoce en el presidente Ximo Puig la apuesta decidida a que sea la empresa la creadora de empleo y no la administración.

Un extremo que no está claro si es opción de todo el gobierno, lo que genera confusión entre los empresarios valencianos. Puig mantiene la creación de una agencia de Innovación, que no es prioridad para Compromís, por lo que el presidente se ha contentado con un Consell Valenciano de la Innovación sin mayores competencias.

Algo menos que un banco público

Y está atascada también la puesta en marcha del Instituto Valenciano de Finanzas como un banco público. El director general de Economía Social, Francisco González, que fue presidente de varias bolsas, no es partidario, pero la propia vicepresidenta y el conseller de Economía Sostenible, Rafael Climent, profesor de Filología, mantienen lo contrario.

Y por su parte, el director del IVF, Manuel Illueca, ya ha anunciado que no pagarán los avales de la SGR que no tengan «racionalidad económica», lo que preocupa a las empresas avaladas por la Sociedad de Garantías Recíprocas, prácticamente en bancarrota.

El Consell ha dado por eliminada la libertad de horarios comerciales para proteger a la pequeña y mediano comercio frente a las grandes superficies «que han matado pueblos y comercios», según Climent.

A todo esto se suma la permanente referencia de cambiar el modelo productivo de la economía valenciana, por parte de la totalidad del Gobierno, sin mayores detalles de hacia dónde y cómo va a ir este proceso, lo que aun preocupa aún más a los empresarios.

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