El negocio de la muerte

Mémora, la compañía de servicios funerarios participada por el fondo de capital riesgo 3i, ha ganado 42,5 millones de euros. El resultado mantiene la tónica del ejercicio anterior aunque en su negocio recurrente pesan más las aseguradoras, que suponen el 60% de los servicios contratados y que en términos de facturación equivalen al 40%. Los ingresos superaron los 155 millones de euros a través de las 130 funerarias que integran el holding.

Sin embargo, la crisis también se nota en el sector. Las familias tienden a mínimos en «la compra indeseada que supone un entierro», según el director general del grupo, Eduard Vidal. Desde ataúds hasta tanatorios se resienten de la cada vez mayor presión para ofrecer opciones más baratas. Mémora intenta combatir el fenómeno financiando a los clientes sin intereses. Ello, además de la exposición a la morosidad de las cuotas, implica asumir en cuentas un pasivo financiero que cada ejercicio es mayor.

Nuevos servicios

Las familias de los difuntos deben a la compañía alrededor de dos millones de euros. El ejercicio anterior, Mémora financió servicios valorados en 1,7 millones. La media de cada operación es de 5.000 euros que se fraccionan durante los siguientes 12 meses. El pago aplazado se ha multiplicado por cuatro desde que Mémora lo introdujo, coincidiendo con la crisis. La opción está pensada para el 43% de clientes que no disponen de seguro de decesos y que por lo tanto asumen el coste directamente de su bolsillo.

Además de intentar suavizar el impacto económico que supone la muerte en el seno de las familias, Mémora ha desarrollado servicios adicionales. El último, una plantilla de psicólogos para atender gratuitamente las 24 horas del día a los familiares en luto. Esta es la primera iniciativa similar en Europa impulsada por un grupo funerario. En Barcelona, Mémora es el accionista mayoritario de Barcelona Serveis Funeraris.