El Santander se atraganta con 112M de ladrillo catalán

La entidad se queda con los activos inmobiliarios de la constructora Copcisa en pleno proceso de adelgazamiento de solares y edificios

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Banco Santander lleva años tratando de vaciar sus balances de activos inmobiliarios, pero a pesar de los esfuerzos no lograr cerrar el grifo de entrada de nuevos inmuebles procedentes de créditos impagables. Constructoras siguen cediéndole sus bienes a cambio de condonar sus deudas, una práctica a la que recurrió la catalana Copcisa con tal de condonar un pasivo de 112,2 millones de euros.

Según consta en las cuentas de 2017, la compañía de la familia Carbonell “formalizó la venta de una serie de activos a Banco Santander cancelando 112 millones de euros en deuda”. La gran mayoría de los 14 activos adquiridos por la entidad está ubicada entre Terrassa y Sabadell, dos localidades del área metropolitana de Barcelona.

Entre los bienes incorporados están varios proyectos de obra pública, algunos créditos por cobrar, locales y almacenes.

La operación es una derivada de la última refinanciación pactada entre banco y empresa en 2013. En la firma, la compañía se comprometió a ceder los activos que fueran necesarios al Santander en caso de no poder hacer frente a las deudas arrastradas. El crédito sindicado rondaba entonces los 215 millones y también afectaba a Banc Sabadell, Sareb, Caixabank, Liberbank, BBVA y Catalunya Banc.

Ahora, la constructora catalana ultima la negociación con los acreedores financieros para aplazar el pago de un vencimiento de deuda de 82,2 millones de euros que estaba previsto para este mismo mes de noviembre. Según consta en la misma documentación, las conversaciones se suceden desde mitades del año 2017, como también informó Economía Digital.

Las ventas del Santander

Banco Santander engorda así su cartera inmobiliaria mientras da salida a buena parte de sus activos. Este mismo lunes, la cotizada que preside Ana Botín acordó la venta del 10,62% de Testa Residencial al fondo Blackstone.por 201 millones de euros. La cifra se suma al 7,76% que la entidad ya había acordado desinvertir en favor del mismo comprador.

La segunda mitad de 2018 es un goteo constante de transacciones. En septiembre ya llegó a un acuerdo con Cerberus para desprenderse de Apple, un paquete de inmuebles residenciales por valor de 1.535 millones de euros. En un primer momento, la cartera estaba valorada en alrededor de 5.000 millones, pero la sociedad cántabra decidió quedarse con los locales –que representan aproximadamente el 45% de los bienes– para traspasarlos en otro momento.

La óptica vendedora del banco ya quedó clara cuando sólo dos meses después de hacerse con Banco Popular por un euro, en verano de 2017, aprobó la desinversión del 51% de la cartera inmobiliaria de la flamante adquisición. Valorada en 30.000 millones de euros, acabo en mano de uno de los aliados preferidos de la banca española para estas operaciones: Blackstone.

Con el aluvión de ventas, la entidad se esfuerza en cumplir con las peticiones del Banco Central Europeo (BCE) que, desde hace años, urge a las financieras españolas a reducir el peso del ladrillo en sus balances.

Carles Huguet

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