Rosell acorrala a los ‘dinosaurios’ de la CEOE

La amplia mayoría de los socios vota a favor de la reforma propuesta por el presidente de la patronal, que quiere más trasparencia y menos dinero público

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“La reforma de la CEOE está en marcha y es irreversible”. A los cinco minutos de subir al atril para clausurar la asamblea anual, el presidente de la patronal, Juan Rosell, ha deslizado esa frase. No ha caído en saco roto para algunos sectores del auditorio que le escuchaban –unas 1.200 personas, incluido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP)—. Sutilmente, el patrón ha marcado el terreno.

La amplia mayoría ha respaldado con sus votos las bases para la próxima reforma de los estatutos y la implantación del código ético y de buen gobierno. Supondrán “mayor control y trasparencia”, también la reestructuración de la institución para depender menos del dinero público. “Toda nuestra información económica se consulta con un simple click”, ha dicho Rosell.

El ‘lobby’ catalán

La facción catalana no ocultaba la euforia. El presidente de Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà, proclamaba: “Todo esto lo ha hecho Rosell, se lo debemos a él”. Cepyme –en representación de las pequeñas empresas— y Confemetal –metalurgía— hacen piña, entre otras, con la patronal catalana en el respaldo al actual líder de la CEOE.

Aunque logra la victoria, la unanimidad aún se le resiste a Rosell. Hay heridas que tardan en curar. En los pasillos del Palacio de Congresos de Madrid aseguran que Santiago Herrero –de Andalucía— y José Manuel de Riva –del sector de la electrónica— mantienen la parcela. Algunas voces defienden la vigencia de la patronal ideada por José María Cuevas, el histórico timonel de empresarios. Herrero perdió con Rosell las últimas elecciones.

División territorial

La división en la CEOE es territorial. El lobby catalán levanta ampollas entre quiénes recelan de la política, concretamente de Artur Mas. A algunos les ha traicionado el subconsciente mientras tomaban vino español. “Un catalán, con la que está cayendo, no puede presidir la CEOE”.

Pero los catalanes mueven ficha. Isidro Fainé ha echado mano de su cargo como presidente del Consejo Empresarial para la Competividad y se ha sustanciando en el escenario. “[La CEOE] es una organización empresarial modélica”. Aplausos. Rosell mantiene el respaldo de la confederación de Madrid, aunque su responsable Arturo Fernández, a quién nombró vicepresidente, está cuestionado por la gestión de su red de restaurantes.

Guiño a Gaspart

Del cónclave de este martes ha salido reforzado hasta el dueño de Husa, Joan Gaspart, defensor sin ambages de Rosell. El hotelero, vicepresidente y responsable de turismo ha escuchado como varios ponentes alababan el comportamiento del sector. Se está modernizando y diversificando. Ejemplo: la industria del crucero.

La clave interna ha discurrido por esos derroteros. Harina de otro costal es la posición de la CEOE respecto al entorno económico. Rosell, con Rajoy en primera fila, ha reclamado más cambios. “Hemos de reformar el marco institucional que como país nos hemos dado”, ha dicho. Aunque la asamblea de empresarios se considerará para España el principio del fin de la crisis.

Salida de la crisis

Según el presidente de la comisión de economía de la CEOE, José Luis Feito, “sólo una decisión aberrante de algún tribunal de las tierras del Rihn o alguna otra hecatombe podrían doblegar los impulsos vigorosos de la economía española”. “Ni siquiera el Gobierno puede impedir ya la recuperación”. Aunque, por si acaso, Rosell advierte: “No hay margen para subir los impuestos”. Rajoy coincide con el diagnóstico de los empresarios: “Estamos en el prólogo de la recuperación”.

Ismael García Villarejo

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