Mercado libre o regulado de la luz: quién saldrá ganando de la rebaja del Gobierno

En España hay dos tipos de tarifas, y dependiendo de cada cual se tenga contratada, la crisis energética afecta de una u otra manera

Tarifas de luz de precio estable. EFE

La factura de la luz se ha disparado en todos los hogares españoles. Foto: EFE.

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El mercado eléctrico español anda revuelto. Desde hace un año los informativos de televisión cuentan el día a día del precio mayorista del mercado eléctrico que, más tarde, repercute en el consumidor final. Aunque solo lo hace de forma directa entre quienes tienen tarifas indexadas en el mercado regulado (PVPC). Una situación que todavía provoca desconcierto entre los usuarios, que no saben muy bien si los cambios que prepara el Gobierno le afectan de forma directa.

Y es que en España hay dos tipos de tarifas, y dependiendo de cada cual se tenga contratada, la crisis energética afecta de una u otra manera. Existe un mercado regulado (PVPC) que tienen unos 10 millones de consumidores; que ha sido la tarifa recomendada históricamente por el Gobierno; que ha tenido los precios más bajos; y que solo pueden ofrecer una serie de compañías. Luego hay un mercado libre -con unos 19 millones de usuarios-; que todas las compañías compiten; y que en la situación actual se ha convertido en la mejor alternativa. Al menos mientras persistan las tensiones geopolíticas.

El mercado regulado está indexado a los precios del mercado mayorista. Es decir, su precio es variable, y depende de una subasta diaria. Aquí es donde ha recaído el peso de la actualidad informativa con los ya famosos precios desbocados por encima de los 200 €/MWh. Si esto sube, sube la factura de la luz. Aunque estos clientes han recibido una ayuda con la bajada de algunos impuestos como el IVA (del 21% al 10%). Algo que se nota bastante.

Este tipo de tarifa, en su origen, era la recomendada por el Gobierno, puesto que incentivaba la entrada de renovables con precios baratos en el ‘mix energético’, y por lo tanto se conseguirían facturas más baratas. El problema es que las tensiones geopolíticas, con la guerra como colofón, han provocado un alza de los precios del gas, una de las tecnologías que entra esa subasta. Esto ha provocado que los precios suban y, por lo tanto, que los clientes paguen más.

En cuanto a las empresas en las que se puede contratar esta tarifa, existen unas restricciones. Solo pueden ofrecerlas las grandes eléctricas como Iberdrola, Endesa y Naturgy, así como Repsol y TotalEnergies, tras haber comprado los clientes de Viesgo y EDP, que también formaban parte de estas compañías que pueden ofertar en el PVPC.

¿La salvación del mercado libre?

En este contexto de precios altos ha resurgido con fuerza la tarifa del mercado libre. Se trata de la mejor alternativa para las empresas, puesto que se aseguran un ingreso fijo y previsto durante un año. También es una buena alternativa para los usuarios, puesto que saben lo que van a pagar todos los meses a un precio fijo. Al menos en cuanto los costes, puesto que estos contratos se hacen personalizados para cada cliente.

Este tipo de tarifas ha tenido un ‘boom’ en los últimos meses porque aseguran ser más baratas que las tarifas de PVPC. En realidad, en una situación normal, no lo son. Puesto que esa predictibilidad de precios son la garantía de cobro por parte de las eléctricas. En este mercado pueden competir todas las empresas del sector, sean del tamaño que sea.   

Cómo afectan las medidas del Gobierno

Todas las acciones que tome el Gobierno afectarán de manera directa e inminente a los consumidores del mercado regulado. Y les benefician de manera muy positiva si se conjuga a la vez un control del mercado mayorista, y una bajada de impuestos. De esta forma, si el mercado mayorista condicionado por el gas, deja de estarlo, la tarifa PCPV puede volver a ser más atractiva que el mercado libre. De hecho, la mejor combinación sería poder cambiarse de tarifa sin mucho problema, algo que tampoco interesa a las eléctricas por los gastos administrativos en la gestión; y porque tarde o temprano los precios volverán a ser bajos en el mercado regulado, y eso beneficia a los usuarios.

El problema del desconocimiento

Esta situación ha pillado a contrapié a los usuarios. Por ejemplo, en el ámbito de las telecomunicaciones todo el mundo ha realizado algún cambio de compañía a lo largo de su vida. Sin embargo, con la luz siempre ha habido más reticencias. Algo que se ha puesto de manifiesto justo antes del inicio de esta crisis.

En el año 2020, por ejemplo, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), solo uno de cada cuatro hogares españoles conoce la diferencia entre la contratación de la electricidad en el mercado libre o en el regulado. En concreto, algo más del 25% saben que pueden contratar su suministro eléctrico a un precio regulado o a un precio liberalizado, un porcentaje 3 puntos superior al de hace un año en 2019, cuando solo un 22% de los hogares distinguía entre ambas modalidades. En el caso del gas, este porcentaje de conocimiento es menor, del 18%.

Raúl Masa

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