El salario medio en la industria alimentaria experimenta una bajada en todos sus subsectores. Foto: Pixabay

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El salario medio por trabajador empleado ha bajado en 2022 en todos los subsectores de la industria alimentaria, según el informe económico presentado por la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB). La estacionalidad y la incorporación de nuevos empleados al sector son factores que contribuyen a esta tendencia, que es más acusada en las empresas lácteas, de molinería y de bebidas.

El subsector de bebidas es el que cuenta con un salario medio por trabajador empleado más alto, que se acerca a los 42.000 euros, aunque también experimentó una disminución del 2,2% con respecto a 2021. En el otro extremo, la fabricación de panaderías y pastas tiene el salario medio más bajo, algo más de 22.600 euros, y también tuvo un comportamiento negativo con respecto a 2021, con una disminución del 1,7%.

El subsector de la molinería, con un salario medio cercano a los 38.000 euros, ha sido el que más ha descendido en términos interanuales, un 2,5% de media, al igual que las empresas del sector lácteo, que superan ligeramente la barrera de los 34.000 euros de media por trabajador en activo en 2022.

A pesar de estas cifras, el informe destaca un comportamiento favorable en cuanto a empleo para el sector, con un aumento del 3,2% en el número de afiliados a la Seguridad Social, hasta los 454.800 empleos directos, a un ritmo superior del que tiene la industria manufacturera en general, que fue del 2,4%. Actualmente, uno de cada cinco empleos en la industria manufacturera lo aporta la industria de alimentación y bebidas.

El informe, en términos globales, refleja una radiografía laboral con un «comportamiento favorable», con un avance en el número de afiliados a la Seguridad Social del 3,2 %, hasta los 454.800 empleos directos, y a un ritmo superior del que tiene la industria manufacturera, que fue del 2,4 %.

Sin embargo, el estudio también alerta del repunte de los costes laborales, que aumentaron un 0,7%, por encima del registro del conjunto de la economía del 0,3%. Esta situación puede afectar la competitividad del sector en el futuro y requerir medidas que permitan mantener la productividad y el empleo.

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