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¿Cuántas empresas zombi hay en España?

Detectar a las empresas zombi o sin actividad es ahora más crucial que nunca para la recuperación del tejido empresarial de la crisis sanitaria. Descubre aquí cuántas empresas zombi hay en España

Foto: Laura Davidson

La incertidumbre generada por la crisis sanitaria ha colocado en una situación complicada a muchas empresas españolas. Las medidas que prorrogan la posibilidad de presentar concurso de acreedores hasta final de año, o la costumbre de no declarar de forma oficial el cierre de una empresa, hacen complicado saber cuáles ya no tienen continuidad, por eso es importante identificar las empresas que no pueden cubrir sus gastos financieros con sus resultados (también conocidas como empresas zombi) en nuestro país.

De hecho, las ayudas que se repartan para fomentar la recuperación deberían llegar a compañías que tengan problemas pero que puedan salvarse, no a aquellas para las que no hay esperanza de futuro porque ya no están realizando ninguna actividad. Y el cálculo para distribuir estos fondos también debería tener esto en cuenta.

Si el futuro de muchas empresas está en juego, el de la economía en general se verá fortalecido si todo se hace correctamente analizando los datos adecuados. Del mismo modo, las compañías tendrán que estar muy pendientes del RAI para conocer cambios que puedan producirse en las empresas con las que trabajan, como clientes o como proveedores, si están al tanto de sus pagos o no, para no sufrir las consecuencias en el caso de que algo les vaya mal.

¿Qué es una empresa zombi?

La definición de empresa zombi puede cambiar según a quién consultemos. De forma sencilla podemos calificar a una empresa como zombi cuando esta no cuenta con la capacidad de cubrir sus gastos financieros partiendo de sus resultados operativos. En otras palabras: sus beneficios no cubren los intereses de sus deudas.

A pesar de existir distintas definiciones un estudio de Informa D&B utiliza las de la OCDE y el BDE, contemplando sociedades mercantiles con más de 10 años de antigüedad y con un ratio de cobertura de interés <1 durante dos años consecutivos (2019 y 2018 en este caso).

Las empresas mercantiles analizadas excluyen las empresas holdings, las que pertenecen al sector financiero y las forman parte de un grupo empresarial.

El ratio de cobertura de intereses es igual al Resultado de explotación dividido entre los Gastos financieros.

Empresas sin actividad

Las empresas zombi llevan años estudiándose, pero últimamente, dada la situación que atravesamos, se está calificando como zombis a aquellas compañías inscritas en el Registro Mercantil que no desarrollan actividad comercial, es decir que no publican cuentas anuales.

De hecho, la Administración ha comunicado que está preparando un régimen sancionador para las sociedades que no publiquen cuentas a fin de evitar que se utilicen para desarrollar actividades fraudulentas como el blanqueo de capitales.

Características de las empresas zombi en España

Si tenemos en cuenta los criterios establecidos anteriormente, un 7 % de las empresas de más de 10 años se encuentra en esta situación, en total cerca de 40.000.

En su mayor parte, un 91 %, son microempresas que se dedican a la Construcción y actividades inmobiliarias y a la Comunicación, en las actividades relacionadas con la informática

Contabilizan una proporción superior a la media de estas empresas comunidades como Asturias, Galicia y el País Vasco, mientras que Cataluña tiene un porcentaje menor.

Por su parte, las empresas sin actividad llegan casi al millón y medio. El 58 % se creó antes de 1995. En los últimos cinco años se han detectado más de 54.000 compañías sin actividad. 

Por autonomías, una cuarta parte tiene su sede en Madrid, el 20 % en Cataluña y un 10 % en Andalucía, que son también las zonas con mayor actividad económica.

El temor a la zombificación existe en casi todas las economías desarrolladas. Si se produce una ineficiente asignación de recursos por no saber diferenciarlas puede suceder que empresas viables, o nuevos proyectos, no reciban el impulso que necesitan y no se realice la renovación del tejido empresarial.