El próximo lío en JxSí lo armará la banca pública

Junqueras acepta debatir la creación de un nuevo instrumento de financiación pública para contentar a la CUP contra el criterio del PDECat

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El parlamento catalán abre este martes el debate sobre la creación de una banca pública. Esta es una exigencia de la CUP, que el vicepresidente económico de la Generalitat, Oriol Junqueras, debe complacer si quiere que los diez diputados anticapitalistas acaben votando a favor de los presupuestos. Dentro de Junts pel sí (JxSí), la formación que apoya al gobierno de Carles Puigdemont, existen opiniones divergentes sobre cómo debe ser una banca pública catalana, pero aceptaron debatirlo, en el marco de un grupo de trabajo parlamentario, para contentar a los anticapitalistas.  

Carmina Castellví, la diputada de Junts pel sí que presidirá este grupo de trabajo, precisa que en su primera reunión tan sólo acordarán el calendario de sesiones. Castellví declina pronunciarse sobre la posición de su grupo o la de su partido –figura como independiente a propuesta de ERC- porque asegura que «todo está por definir». Fuentes de Junts pel sí reconocen que no tienen una posición definida sobre cómo debe ser una banca pública catalana. Existen diferencias de criterio en su interior.

El sector más liberal del PDECat (la antigua convergencia) no lo ve nada claro, mientras que los sectores socialdemócratas de ERC defienden un instrumento público que no sólo apoye las empresas, tal como hace el actual Instituto Catalán de Finanzas (ICF), sino también a los particulares. En principio, no se debate la creación de una nueva estructura de Estado. Carlos Carrizosa, diputado de Ciudadanos, confirma que participaran en las sesiones del grupo de trabajo mientras sus deliberaciones se enmarquen en la Constitución y en el Estatut.

Posiciones alejadas

El parlamento catalán aprobó la creación del grupo de trabajo sobre la banca pública catalana a propuesta de la CUP, con los únicos votos en contra de Ciudadanos y el PP, aunque esto no impedirá que los diputados de estos grupos acudan a las sesiones. La CUP propone la creación de una entidad pública basada en los principios y valores de la «banca ética y cooperativa», pero fuentes de Junts pel sí ponen en duda que puedan apoyar una propuesta de estas características.  

Carrizosa, de Ciudadanos, subraya que nunca votarán a favor de la creación de una banca pública que compita con la privada. En cambio, son partidarios de mejorar los servicios y las competencias del actual ICF para que ayude de manera «más eficaz a la reactivación de la economía». Alicia Romero, diputada del PSC, ve con buenos ojos un instrumento público para fomentar la economía productiva, que sea complementario a la banca privada, aunque en ningún caso suponga una competencia desleal.

En su opinión, debería estar al servicio de ciudadanos y de empresas para impulsar «proyectos estratégicos de país». Alejandro Fernández, portavoz del PP, deja claro que si se trata de crear una banca pública que compita con la privada, su partido se opondrá. Fernández subraya que las experiencias de banca pública suelen saldarse con «desastres» y recuerda que Cataluña ya dispone del ICF.

Las miradas se dirigen al ICF  

Pese a la intención inicial de la CUP, que ha impulsado este grupo de trabajo, las deliberaciones podrían conducir a la adecuación del ICF. Durante el anterior mandato, el de Artur Mas, el ICF ya inició un proceso de bancarización para adoptarse a los nuevos tiempos. El ICF es el equivalente catalán del Instituto de Crédito Oficial (ICO). No disponen de licencia bancaria, pero ello no les impide ser un instrumento al servicio de la financiación de empresas.

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