La Cambra se resiste a la renovación de los cargos

Tímidos aires de cambio: se presentan diez candidaturas alternativas

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A lo largo del mes de mayo, los días 4 y 27 para ser más concretos, tendrán lugar las elecciones en las cámaras de Comercio de toda Catalunya, eso es, las de Barcelona, Manresa, Terrassa, Sabadell, Girona, Sant Feliu de Guíxols, Tarragona, Valls, Reus, Tortosa, Lleida y Tárrega.

En el caso de la cámara barcelonesa, hay una novedad respecto a convocatorias anteriores y es que, aunque hoy por hoy son minoritarias, empiezan a oirse voces que reclaman una renovación de la institución que vaya acorde con los cambios que se están produciendo tanto en el modelo económico como social del país, cambios que, en la Cambra de Barcelona, parecen no tener prisa en llegar y no se han traducido, de momento, en una renovación de la mayoría de sus representantes.

Es más, en el pleno de la cámara hay 60 miembros, de los que en la primera convocatoria de estas elecciones ya se han elegido 50. Pero, sorprendentemente, en diez ámbitos se han presentado dos candidaturas, una de la agrupación Implicat, formada por los defensores de la renovación de la Cambra, y una segunda de tipo continuista. Además, en otros cinco epígrafes se han duplicado las candidaturas.

De todas formas, los candidatos renovadores ya deben de saber que la Cambra barcelonesa no es un lugar apropiado para grandes cambios. Por ejemplo, si se comparan los nombres de los 69 componentes actuales del pleno de la institución con los que figuraban en el pasado mandato (2002-2006), sólo 16 son distintos. Es decir, hay 53 que, como mínimo, llevan ocho años representando a sus respectivos sectores.

Y eso por no hablar de los que ocupan sus cargos desde hace todavía más tiempo, como por ejemplo Joan Gaspart, presidente de HUSA y de Turisme de Barcelona, o Enric Reyna, presidente de Inmobelo y de la Associació de Promotors i Constructors de Barcelona, quienes, a pesar de que han sufrido numerosas vicisitudes en sus respectivos negocios, han conseguido renovar la confianza de los empresarios y mantener a lo largo de los años su cuota de representatividad en la institución barcelonesa.

De todas formas, los candidatos elegidos, sean renovadores o continuistas, lo serán con un número reducido de votos. Las elecciones a las cámaras movilizan a pocos empresarios, y, según comentan desde Implicat, la participación en el caso de la de Barcelona apenas alcanza el 2% del censo. Si se da el caso de que este porcentaje corresponde siempre a electores fieles, no sería nada descabellado pensar que los actuales miembros del pleno podrían ver renovados sus mandatos sin demasiados problemas.

Economía Digital

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