La lenta decadencia del diésel: media Europa le da la espalda

Hace un lustro, el diésel era el carburante preferido en 11 países del Viejo Continente. Hoy sólo reina en cinco estados

Surtidor de gasolina diésel en una gasolinera. EFE/ Friedemann Vogel

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Para el diésel hay un antes y un después en el escándalo de las emisiones que golpeó frontalmente al Grupo Volkswagen y de forma indirecta a la totalidad del sector. Hace un lustro era el carburante preferido en 11 países de Europa, pero al cierre de 2017 la cifra se había reducido a cinco. Y en lo que llevamos de año, países como España ya terminaron por dar la espalda al carburante.

El pasado mes de diciembre, las matriculaciones de diésel sólo fueron las primeras en cinco países, según los datos de la patronal europea: Austria, Irlanda, Portugal, España y Suecia. A pesar de mantener el liderazgo, en el repóker de estados retrocede al ritmo de diez porcentuales.

Lejos quedan los días, hace seis años, cuando el diésel era el combustible preferido en Austria (56,4%), Bélgica (68,8%), Francia (72,9%), Alemania (48,1%), Irlanda (73,1%), Italia (53,1%), Portugal (70,5%), España (68,9%), Suecia (66,8%), Reino Unido (50,8%) y Noruega (64,2%).

El caso más paradigmático del adiós al carburante es el de Noruega, que redujo las matriculaciones de diésel desde el 64,2% hasta el 23,1%. Mientras, el vehículo eléctrico se disparó hasta el 39,3%, el país del Viejo Continente con mayor índice de registros cero emisiones.

En España, el automóvil diésel cerró 2017 todavía por delante. Sin embargo, con siete meses de 2018, la tendencia ya se revirtió. Al mes de julio, las matriculaciones de gasolina ya suponían el 57,3% del total y el diésel sólo representaba el 368% del total.

Las causas del adiós al diésel

Más allá de las cifras, la renuncia al diésel obedece a dos razones: las restricciones en las principales ciudades europeas y el escándalo del diéselgate, con la consecuente crisis de reputación de este tipo de carburantes.

Por ejemplo, a partir de de 2025, Madrid prohibirá acceder a los coches diésel anteriores a 2006 al centro de la ciudad. Antes irá Barcelona, que este 2018 restringirá el acceso a los diésel fabricados antes de 1996. por el mismo camino van ciudades como París o, Ciudad de México, 

 

 

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