Un Nissan Ariya big foot preparado por Arctic Trucks

El Nissan Ariya viajará del Polo Norte magnético al Polo Sur. Para ello, el SUV 100 % eléctrico de Nissan ha sido convenientemente modificado

Nissan Ariya preparado por Arctic Trucks

Chris y Julie Ramsey junto al Nissan Ariya preparado por Arctic Trucks.

Recuperando el legado de las grandes expediciones geográficas del siglo XIX, Nissan pretende recorrer la distancia que media entre el Polo Norte magnético y el Polo Sur a bordo de un Nissan Ariya, su nuevo SUV 100 % eléctrico.

Para lograrlo, el modelo japonés ha sido convenientemente preparado por los especialistas islandeses de Arctic Trucks, que han adaptado sus suspensiones y las aletas de la carrocería para recibir neumáticos todoterreno BFGoodrich de 39” (99 cm) de diámetro y vías ensanchadas, modificación que otorga a este SUV un aspecto verdaderamente musculoso.

El techo de este Nissan Ariya es una pista de despegue y aterrizaje para el dron de la expedición.
El techo de este Nissan Ariya es una pista de despegue y aterrizaje para el dron de la expedición.
Nissan Ariya preparado por Arctic Trucks

El sistema eléctrico del Nissan Ariya se mantiene de serie

Más allá de las nuevas ruedas y las necesarias modificaciones en las suspensiones, no hay cambios en el sistema de propulsión, que combina una batería de 87 kWh netos (91 kWh brutos) con dos motores eléctricos, uno en cada tres motriz, para disponer de tracción total “a la carta”. Sí entendemos que la autonomía disminuirá de forma notable, ya que la resistencia aerodinámica, la resistencia a la rodadura y la masa se incrementan con las modificaciones llevadas a cabo, por lo que los 400 kilómetros que ofrece el modelo de serie probablemente se reduzcan a no más de 350 km.

Nissan Ariya preparado por Arctic Trucks

No falta cierto toque de humor en la preparación, ya que este Nissan Ariya incorpora también una cafetera exprés. Además, el techo del vehículo puede convertirse en una pista de despegue y aterrizaje para el dron que acompañará a la expedición.

Pero lo más interesante es la incorporación de una “estación de carga portátil” compuesta por una turbina eólica abatible y placas solares. Aunque no conocemos las especificaciones, entendemos que llevará mucho tiempo a los miembros de la expedición generar los 87 kWh que “caben” en cada carga de la batería, por lo que la travesía va a ser necesariamente lenta en las zonas más inhóspitas, sin infraestructuras que permitan la recarga. De hecho, los miembros de la expedición han fijado un plazo de diez meses para llevar a cabo los 27.000 kilómetros que han previsto completar entre los dos polos atravesando América de norte a sur, lo que supone realizar una media de 90 kilómetros diarios.

Nissan Ariya preparado por Arctic Trucks

Una ambiciosa expedición con algunas incógnitas

Tampoco queda claro cómo la pareja de expedicionarios, formada por Chris y Julie Ramsey, atravesará el conocido como “tapón del Darién”, una zona selvática entre Panamá y Colombia sin carreteras ni caminos que supone una auténtica muralla natural y que casi con toda seguridad tendrán que saltarse por mar. Y lo mismo tendrán que hacer para pasar desde Tierra del Fuego, en el sur de Argentina, hasta el Polo Sur.

Pero aunque hay muchas incógnitas por resolver en esta expedición, aplaudimos el esfuerzo de Nissan por participar en una iniciativa de este tipo probando que el coche eléctrico ya es una realidad, y que no solamente se puede viajar con él, sino que se puede llevar, literalmente, al fin del mundo.

Nissan Ariya preparado por Arctic Trucks
Chris y Julie Ramsey son la pareja de aventureros que recorrerán la distancia entre los dos polos a bordo del Nissan Ariya.

Las claves del Nissan Ariya big foot

  • SUV 100 % eléctrico.
  • Transformado por Arctic Trucks.
  • Ruedas BFGoodrich All-Terrain T/A de Ø39” (99 cm).
  • Dos motores eléctricos y tracción total.
  • Recorrerá 37.000 km entre el Polo Norte magnético y el Polo Sur.
  • La expedición generará su propia energía en zonas inhóspitas.
  • Emplearán 10 meses para cubrir el recorrido.
Pablo J. Poza