El independentismo entierra el foco de crecimiento del turismo catalán

Las tensiones en Cataluña echan por tierra la temporada baja, el principal foco de crecimiento del turismo en la región, ya muy saturada en verano

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Ante la evidente masificación turística de ciertas zonas de Cataluña, la Generalitat trata de impulsar desde hace años un plan para desestacionalizar la llegada de viajeros al territorio. Con los meses de julio y agosto a rebosar, los esfuerzos y recursos de la administración se centran en la promoción de la temporada baja. Y cuando la estrategia comenzaba a obtener sus frutos, llegó el procés para echarla por tierra. Desde el referéndum ilegal del 1 de octubre, las llegadas no dejan de caer: en noviembre el descenso fue del 2,3%.

Cifras en mano, el margen de crecimiento para el turismo catalán es mucho mayor en los meses de frío, cuando ronda el millón de visitantes, frente a los 2,5 millones que acoge en verano. Por ello, el gobierno impulsó la organización de congresos, la oferta de naturaleza y los acontecimientos culturales.

La estrategia, sumada a la fiebre existente por Barcelona y a la cada vez mejor conectividad del Aeropuerto de Barcelona-El Prat, funcionaba. A excepción de enero –cuando cayó el 1,78%–, la llegada de turistas en febrero (+5,99% y 986.117 de turistas), marzo (+6,99 y 1,1 millones de turistas), abril (+16,8% y 1,7 millones) y mayo (+16,1 y 1,8 millones) crecía a buen ritmo, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Con la llegada del verano, la velocidad de crecimiento turístico frenó: era inevitable, el techo estaba más cerca

Con la llegada del verano, la velocidad decayó. El techo era mucho más cercano. En junio la subida todavía era del 9,6%, hasta los 2 millones de viajeros. No obstante, la escalada frenó hasta el 6,5% y los 2,5 millones de turistas de julio y se puso al ralentí en agosto, con una subida de sólo el 2,3%, hasta los 2,5 millones.

Cuando debió volver a coger la velocidad de crucero, la celebración del referéndum, las cargas policiales, la fuga de empresas y la repercusión internacional de las tensiones secesionistas lo impidieron. Si en septiembre la subida era otra vez del 6% y Cataluña recibía 1,9 millones de turistas internacionales, los efectos de la votación del 1-O fueron inmediatos: una caída de 4,67% en octubre (1,4 millones de viajeros) con un declive de hasta el 40% en el fin de semana de los comicios, explicaban fuentes del sector a Economía Digital.

En noviembre, la caída de visitantes fue del 2,3%. A pesar de ello, Cataluña mantiene el liderazgo turístico de España

Las cifras publicadas este jueves sobre noviembre muestran cierta moderación en la sangría, si bien se mantiene. El descenso en el mes fue del 2,3% (986.712 personas). Por ver está todavía la estadística del mes de diciembre.

A pesar del descalabro del último trimestre, el territorio se mantiene como líder nacional en otro año de récord para España. Si el país alcanzó los 77,8 millones de visitantes internacionales en los primeros once meses del año frente a los 75,6 millones de todo el 2016, 18,2 millones de personas escogieron Cataluña como su destino principal, el 6,1% más que la temporada anterior.

El golpe en los precios 

Según un estudio elaborado por las consultoras STR y Magma HC, los hoteles de Barcelona caminaban con paso firme hacia otro de récord a nivel de precios. Comparado con el mismo período del año pasado, en septiembre la ocupación era del 81,1% –con un incremento del 3,3%– y el RevPar –ingreso medio por habitación disponible– se encontraba en 120,96 euros (+15.1%).

En octubre, la bonanza desapareció. La ocupación cayó el 9%, y el RevPar descendió un 12,5%. Aunque sólo sean tres euros menos, revelan un dato también importante: entre lo que se esperaba crecer en octubre y el registro final, hubo una diferencia del -12,3% en el número de clientes y del -27,6% en la rentabilidad.

Carles Huguet

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