Mas abronca ahora a los soberanistas

Artur Mas sigue de cerca el desarrollo del proceso soberanista. Con la idea de ejercer como líder de Convergència, con un papel similar al de Xabier Arzalluz, cuando dirigía el PNV, Mas ha abroncado a la CUP y los partidos soberanistas por entrar en «discusiones estúpidas», y mostrar «celitos» continuos.

«Cada uno debe tener como norte la idea de ensanchar la base de su respectivo ámbito, más allá de mirarse de reojo», ha asegurado, en una comida-coloquio organizada por Sobirania i Justícia. Mas quiere capitanear la refundación de Convergència, que tiene previsto un congreso decisivo para junio, aunque dependerá de la convocatoria, de nuevo, de las elecciones generales.

El papel que se otorga Mas es el de presidente del partido, dejando para otro dirigente la candidatura a la presidencia de la Generalitat. El objetivo, por ahora, es que Carles Puigdemont se consolide en ese cargo y pueda optar a la reelección. Se trata de un modelo calcaldo al del PNV, que siempre ha mantenido esa dualidad, aunque con la asunción de que el líder, el que toma las decisiones estratégicas, es el que dirige el partido.

Abandonar las tácticas de desgaste

El ex presidente de la Generalitat ha insistido en que Cataluña puede convertirse en el «mejor espejo del sueño europeo», con la defensa de los valores de la paz, el bienestar y las oportunidades, al margen de la libertad y la seguridad.

Ser ese ejemplo, según Mas, ofrecerá a Cataluña la oportunidad de realizarse como país. Por ello, tras las discusiones entre Junts pel Sí y la CUP, por una moción en el Parlament que insta al Govern a aplicar la resolución independentista del 9N, Mas ha sido concluyente, reclamando a los partidos que abandonen sus tácticas de desgaste.