Poldo Pomés: si fuera por dinero Il Giardinetto estaría cerrado hace años

El restaurante de Poldo Pomés es uno de los puntos de encuentro obligados de las personalidades culturales de Barcelona

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Era una noche cálida de abril, un día antes de celebrarse Sant Jordi. Víctor Pimstein, afamado pintor chileno, se sentaba a la mesa a medianoche y se pedía unos macarrones con una buena botella de vino. Con una sonrisa satisfecha y un gesto de sorpresa entre impostada y divertida comentó: «parezco un mafioso sentado en el restaurante de su familia».

Junto a él brindaban con una cerveza Antonio Baños, entonces solo periodista y no diputado, y Javier Calvo, escritor ahora exiliado en Brooklyn. Su mujer, Mara Lethem, hermana del premio Pulitzer Jonathan, reía en la barra mientras charlaba con Mar Calpena, la periodista que más sabe de cócteles del país.

La escena es habitual. Suele repetirse, con otros nombres, otras caras, otros gestos. Como un cuadro de Hooper. Y siempre, eso sí, bajo la atenta y brillante mirada del propietario del local. Hablamos de Poldo Pomés y su Il Giardinetto.

Punto de encuentro de la mejor literatura

Vayamos más cerca en el tiempo. Carmen Balcells recibió un gran homenaje el martes pasado, cuatro meses después de su muerte, en el Palau de la Música. Fueron muchos los escritores y familiares que recordaron a la gran editora, a la Mamá Grande, como la llamaban muchos. El acto congregó a buena parte del mundo cultural catalán e internacional, donde Mario Vargas Llosa acaparó los focos al asistir con su novia Isabel Preysler.

Esa noche hubo quien tuvo que ser más previsor que el resto. Pomés sabe que Il Giardinetto suele ser el punto de encuentro de las grandes citas culturales, así que el martes había avisado a sus empleados. Hizo bien, porque hacia allí se dirigieron muchos de los invitados tras el homenaje a Balcells.

Eduardo Mendoza cenó con Jorge Herralde, en una mesa cercana Malcom Otero Barral compartía mesa con Miguel Aguilar, y el otro lado de la calle, en el restaurante Flash Flash, de la misma marca familiar, se sentaban los hijos de Gabriel García Márquez, Rodrigo y Gonzalo.

«La verdad es que lo decimos muchas veces: son unos metros cuadrados en los que se suelen reunir más escritores y arquitectos que en cualquier otro lugar del mundo», comenta Pomés. «Cuando toca el Premio Herralde, por ejemplo, que se celebra en lunes, pido refuerzo de dos camareros. Sé que todos vendrán. ¡Y eso me encanta!».

Una épica romántica

Il Giardinetto nació en 1973 en la cabeza de Leopoldo Pomés, publicista y fotógrafo, uno de los nombres insignia de la Gauche Divine. Desde aquel año, todo el quién es quién de la ciudad pasaba por sus mesas. Pero pese a tener varios premios FAD en su haber y la fama de ser uno de los mejores italianos de la ciudad, Il Giardinetto languidecía. Así que en 2009, cansado de estar pendiente de un negocio que nunca lo fue, Pomés padre pasó el testigo a su hijo Poldo.

«No es un negocio, es algo romántico, si fuera por dinero el restaurante estaría cerrado desde hace tiempo», ríe Poldo, «somos unos románticos y amamos la buena cocina italiana, así que lo mantenemos». Lo cierto es que Leopoldo le dijo a Poldo que tenía dos años para remontarlo, de lo contrario, tiraría la toalla. Y no ha hecho falta. Desde 2009 Il Giardinetto vuelve a ser un must, ese lugar al que hay que ir para ver y dejarse ver.

Rincones artísticos

Y uno de los secretos de ese éxito son los escaparates, una fórmula de arte efímero que ideó Marta Feduchi, la mujer de Poldo, y que inauguró Fernando Salas en 2009. «Al principio lo pedíamos como un favor, hablábamos con los artistas y les explicábamos que en un espacio de 30×40 tenían que montar una exposición», recuerda Pomés, «ahora resulta que tenemos cola, que hay lista de espera para exponer».

Además, han logrado implicar a los vecinos y la gente del barrio, «especialmente los niños», dice, «pasan cada mes para ver qué hemos hecho, es realmente alucinante».  Tanto es así que en la escuela Elisava Ignasi Bonjoch imparte una asignatura sobre el escaparate del Giardinetto.

Pareja artística y real

Poldo y Marta, pareja artística y real, son los impulsores del éxito de Il Giardinetto, pero también son los responsables de algún que otro éxito. Poldo no es solo el director del restaurante, es mucho más. «La gente se piensa que solo estoy allí pero esa es mi segunda actividad profesional. Mi trabajo de verdad es dirigir mi productora audiovisual, ese es mi gran proyecto». Marta es interiorista y al igual que su marido, heredera del gusto y la creatividad de esa ya nombrada Gauche Divine.

El martes pasado, realizaban el vídeo oficial del homenaje a Carmen Balcells, a quien ambos conocieron de pequeños. Y no es el único trabajo relacionado con sus vidas. Poldo ha dirigido el documental ideado por Mínim (de Ginés Górriz) dedicado a Antonio Coderch. Y es también el autor de las fotografías y los vídeos que acompañaron los artículos de Javier Mas de Xaxás en La Vanguardia.

¿Cuándo descansas? «¡Nunca!», responde entusiasmado. Y en estas que uno recuerda el día en el que Xavi Mañosa, creador de Aparattu, una marca de cerámica artística que vende en mundo, inauguró su escaparate mientras Carlos Godó, heredero del Conde de Godó, tomaba un plato de pasta en una mesa de la entrada. Una noche en la que Carles Puyol y una embarazada Vanesa Lorenzo salían tras pagar sonrientes la cuenta. Arriba, el clásico Pere Ferrer tocaba al piano (seamos románticos, bah) Begin the beguine. Y Ángel, el maître, les contaba a los comensales, entre recomendación y recomendación, que la Guardia Urbana les freía a multas por cerrar tarde o por alguna pitillo furtivo.

Como ven, cenar en Il Giardinetto es mucho más que degustar una buena pasta. Es un gesto de romanticismo.

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