Rosell acusa al Gobierno de ‘reventar’ los avances con los sindicatos

El presidente de la CEOE,  que reconoció gustarle 'la música y la letra' de la negociación con los sindicatos, espera que el borrador de la reforma de la negociación colectiva presentado por el Gobierno cambie antes del viernes

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El presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha asegurado que el borrador sobre la negociación colectiva que les ha presentado el Gobierno se aleja «bastante» de las posiciones de mínimos de la patronal y de los puntos en los que se había llegado a un acuerdo con los sindicatos.

«Había una base más que suficiente de consenso, desgraciadamente parece que el Gobierno se ha olvidado de estos principios de acuerdo», ha señalado Rosell en una rueda de prensa, donde también ha dicho que el borrador del Ejecutivo no va «en la dirección de arreglar los problemas».

Rosell, que se ha mostrado decepcionado porque los empresarios habían puesto muchas expectativas en esta reforma, ha resaltado que se trata de un «primer borrador» y ha asegurado que los empresarios harán llegar sus recomendaciones a los grupos parlamentarios para poder introducir cambios en el texto vía enmiendas.

Trabajo, con los sindicatos

El Gobierno ha filtrado las grandes líneas del anteproyecto de ley. Intenta en su contenido no pisar callos ni de los sindicatos ni de la patronal, aunque de su análisis se le ve más cercanía a las tesis de las organizaciones obreras.

Así, mantiene la prórroga automática de los convenios una vez vencida su duración, un elemento especialmente defendido por CCOO y UGT. A cambio permite el descuelgue parcial de los acuerdos a las empresas con problemas y concede que los empresarios fijen sin pacto hasta un 5% de la jornada de trabajo anual.

En concreto, el convenio de empresa tendrá prioridad sobre el sectorial en materia de «salario base, en complementos salariales, horas extraordinarias, retribución específica del trabajo a turno, horario y distribución del tiempo de trabajo».

En este sentido, para contribuir a la flexibilidad interna en las empresas, el Ministerio de Trabajo propone que como máximo un 5% de la jornada de trabajo se puede distribuir de forma irregular al año, salvo pacto en contra con los representantes de los trabajadores.

Este porcentaje es inferior al 15% que había establecido como mínimo la CEOE en su última propuesta del 2 de junio, con la que se zanjaron las negociaciones entre patronal y sindicatos.

Condiciones para el ‘descuelgue’

Respecto a los aspectos salariales, se permitirá a la empresa descolgarse de un convenio, previo acuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores, «cuando la situación y perspectivas económicas pudieran verse dañadas por su aplicación».

Asimismo, en el borrador del documento, las comisiones paritarias (formadas por los representantes de los trabajadores y del empresario) adquieren mayor protagonismo a la hora de interpretar conflictos, frente a la mediación de otro órganos de arbitraje o judiciales.

Este era un aspecto especialmente rechazado por los empresarios, que querían evitar a toda costa una mayor intervención sindical en la vida de las empresas.

Ultraactividad

En materia de ultraactividad, el Gobierno cumple con su palabra y no la suprime. Según indica el borrador, se establece con carácter general, sin perjuicio de que se pacte algo diferente, que el plazo de denuncia de los convenios colectivos para empezar a negociar su renovación sea de tres meses antes del fin de su vigencia.

Se establece un plazo máximo de 20 meses para negociarlo. Consumidos todos los plazos sin acuerdo, «se mantendrá la vigencia del convenio colectivo» y no decaerá.

Ismael García Villarejo

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