Cuando Tarradellas corrigió Cataluña por España en su ‘Ja sóc aquí’

Una exposición recupera la figura del presidente de la Generalitat con el objeto de reflejar cómo se puede "olvidar" la propia herida en beneficio de toda la sociedad

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Controvertido. Con un pasado complicado, autor de las colectivizaciones en la II República, en tiempos convulsos, con una enorme división interna en el gobierno catalán, queriendo protagonizar la revolución, con la obligación de combatir la sublevación militar de 1936. Todo eso ocurrió durante la Guerra Civil. Pero Josep Tarradellas, que se había distanciado de su propio partido, Esquerra Republicana, se indentifica con la Generalitat, y él será la institución, que la hará respetar desde el exilio en Sant Martin Le Beau.

Llega el 23 de octubre de 1977. Y Tarradellas pronuncia su ‘Ja sóc aquí’, desde el balcón del Palau de la Generalitat. Forma un gobierno de unidad, y crea los cimientos de la administración catalana, a partir de las diputaciones provinciales.

El regreso a Cataluña

Todo eso se refleja en la exposición que ha organizado el Centro Libre Arte y Cultura (CLAC) en el Archivo de la Corona de Aragón, con objetos y cartas personales, fotografías y carteles, que provienen del Arxiu Tarradellas que custodia el Monasterio de Poblet. La exposición llega justo cuando el Arxiu, tras quince años de la muerte de Antonia Macià, la mujer de Tarradellas, –como él mismo dejó acordado– se abre al público en general, aunque siempre se han ofrecido facilidades para consultarlo a particulares que estuvieran interesados.

En la muestra se puede ver y leer aquel discurso de 1977. En uno de los párrafos el presidente de la Generalitat, que había negociado la recuperación de la institución con el presidente del Gobierno español Adolfo Suárez, sustituye una palabra que define su voluntad de trabajar en aquel momento por todos los ciudadanos. «Para que sea un ejemplo para todos los pueblos de Cataluña», –la idea inicial– se acaba transformando en un «Para que sea un ejemplo para todos los pueblos de España».

En una de las fotografías aparece Tarradellas saludando a Jordi Pujol cuando el líder nacionalista acaba de ser proclamado presidente de la Generalitat tras ganar las elecciones autonómicas de 1980. Tarradellas, mucho más alto que Pujol, se inclina ante él mostrando su idea sobre la jerarquía institucional. Pese a todos los reproches que se habían lanzado, y las diferencias que mantenían, para Tarradellas, Pujol era a partir de ese instante su presidente.

Integración

El director del CLAC, Andreu Jaume, consideró este jueves que el archivo de Tarradellas, en Poblet, «es un templo de la memoria» de Cataluña y España, y la muestra de una determinación, la de guardar todos los documentos para ser el notario de toda una época, y para mantener a la Generalitat como una institución viva. Según Jaume, Tarradellas, como hombre de estado, «fue capaz de olvidar su propia herida, empapándose durante su exilio de la experiencia republicana francesa», con la idea de «integrar a todos los ciudadanos de Cataluña, buscando la reconciliación».

La presidenta del CLAC, Teresa Freixes, incidió en que Tarradellas no es únicamente el hombre que recupera la Generalitat, si no el político que, con un gobierno de unidad, –con comunistas en su seno, mientras el franquismo aún se mantenía en pie– «pone las bases de la administración catalana, con muchos acuerdos de Estado, a partir de la unión de las diputaciones provinciales».

Tarradellas sigue generando interpretaciones diferentes, justo en un momento en Cataluña en el que una buena parte de la sociedad catalana apuesta por la independencia.

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