El Gobierno desatasca el diálogo social con una reforma de las pensiones basada en los años cotizados

El nuevo sistema permite la jubilación a los 65 años, pero con una carrera de cotización de 38,5, para conseguir el 100% de la prestación. Entrará en vigor en 2013 y su aplicación será progresiva

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Al salir del Consejo de Ministros celebrado este viernes, Alfredo Pérez Rubalcaba ha comparecido ante los medios de comunicación con la reforma de las pensiones debajo del brazo. Un dibujo de uno de los decretos ley más importantes de esta legislatura y que se empezará a negociar con el resto de grupos parlamentarios la próxima semana. Y es que conlleva el desatasco del diálogo social. Contando con el visto bueno de los líderes sindicales españoles, el vicepresidente primero ha ido desgranando los puntos más importantes del nuevo sistema de tributos que entrará en vigor en 2013 y eleva la edad de jubilación a los 67 años, un horizonte que se alcanzará en 2027.

Según su opinión, siguiendo un criterio de “coherencia”, los que salgan del mercado laboral a los 67 años deberán tener una carrera de cotización de 37 para poder cobrar la pensión máxima (actualmente son 35 años). Tal como pedían los sindicatos, se podrá salir del mercado laboral a los 65 años, como pasa ahora, si en la vida laboral se han cotizado 38,5 años. Se llegará hasta aquí de forma progresiva en siete escalones, a razón de seis meses cada dos años. Es decir, en dos años los que quieran jubilarse a los 65 deberán tener una carrera de cotización de 35.

Lo que no se cambiará es la edad mínima para tener derecho al 50% de la pensión. Este subsidio se mantendrá en 15 años cotizados. Según los datos expuestos por Rubalcaba, ahora el 64,48% de los pensionistas acceden a la prestación máxima y estima que este porcentaje se irá reduciendo hasta el 50% dentro en los próximos años por «la evolución de las carreras de cotización».

Periodo de cálculo

Por otro lado, la reforma amplía de 15 a 25 años el periodo de cálculo de las pensiones. Una medida que el Ministerio de Trabajo asegura que moverá entorno al 1% en positivo o negativo (según el caso) las pensiones sujetas al Régimen General. El porcentaje aumenta en el caso de los autónomos, uno de los más afectados por el cambio ya que intentan luchar contra la compra de las pensiones. Es decir, que se suban la base de cotización en los últimos años.

El periodo de cálculo se extenderá de año en año hasta 2022. La entrada en vigor de esta medida se producirá en un horizonte de solo diez años.

Jubilación anticipada a los 63

Con todo, el líder socialista ha hablado del paso “de un sistema imperativo a otro flexible”, con una jubilación a la carta. Se permite retirarse del mercado laboral de forma anticipada y voluntaria a partir de los 63 años con una vida laboral de 33 o más años. Aquí se aplicará un coeficiente reductor que también seguirá el criterio de flexibilidad: dependerá del momento en que se encuentre el desarrollo de la reforma.

Con carácter general, este coeficiente pasará del 8% al 7,5%. Esto quiere decir que la jubilación anticipada supondrá una horquilla de penalización del 15% para el primer momento de la reforma y del 30% respecto a los 67 años que estarán vigentes en 2027. Con todo, el Gobierno prevé una fórmula de atenuación del coeficiente reductor para que éste no sea superior al 42%, con lo que este porcentaje será el recorte máximo que un prejubilado podrá tener que sufrir en su prestación.

Por otro lado, también se ha modificado el incentivo para aquellos que retrasen voluntariamente la edad de jubilación sobre la ordinaria. Se pasa del 2 o 3% al 3,5%, tanto para aquellos que trabajen más allá de los 67 como los que lo hagan a los 65 años y puedan jubilarse a esa edad por sus años cotizados.

Más duros con las prejubilaciones

En el Pacto de Toledo ya se dejó claro que se limitarían las prejubilaciones a casos muy justificados y “objetivables”, como la muerte o incapacidad del empresario, el concurso de acreedores, etcétera. Así, se encarecen para los empresarios que incluyan esta medida en los ERE. Ahora se podrán jubilar a trabajadores a partir de los 55 años y la empresa se encargará de pagar el subsidio hasta que cumpla los 63 (ahora son 52 y asume los gastos hasta los 61).

En cuanto a la jubilación parcial, apenas experimentará cambios. Eso sí, el Gobierno apuesta por que los empresarios costeen el 100% de las cotizaciones tanto del trabajador entrante como del relevado, para que no suponga un coste para la Seguridad Social. También se hará en un horizonte de 15 años.

Beneficios para jóvenes y madres

El nuevo sistema de pensiones contempla que las mujeres puedan contar, solo a efectos de jubilación a partir de 2013, con 116 meses de cotización por hijo con un máximo de dos años si han tenido que dejar de trabajar para cuidarlo.

También contempla que los programas formativos remunerados, como las becas, den origen a una cotización de carácter voluntario. Esta será equivalente a la que se aporta en los contratos de formación (50 euros), siempre mediante la firma de convenios singulares con la Seguridad Social.

Esta medida tendrá efecto retroactivo, con la posibilidad de recuperar esas cotizaciones durante un periodo de cuatro años, entre 2006 y 2010.

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