La infanta elude responsabilidades en el ‘caso Nóos’ y se escuda en su marido

Los abogados de la infanta, satisfechos con la declaración “leal y ejemplar”

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“Las sonrisas son suficientes”. Con estas palabras resumía la defensa de la infanta Cristina las casi siete horas en las que la hija menor del Rey ha declarado ante el juez instructor del caso Nóos, José Castro. Tiempo suficiente, según sus abogados, para demostrar su inocencia y desvincularse de las presuntas prácticas irregulares de la empresa Aizoon, de la que es copropietaria junto con su marido, Iñaki Urdangarín y en quien se ha escudado para eludir responsabilidades.

A las 9:45 horas llegaba en coche hasta los juzgados de Palma de Mallorca junto con uno de sus abogados, Miquel Costa. Con semblante tranquilo y sonriente ha saludado a los periodistas y no ha salido del edificio hasta las 18:10 horas, cuando se ha repetido la misma imagen: la de una infanta relajada que pasaba fugazmente por delante de los medios para abandonar la sede judicial.

Respuestas taxativas

La defensa de la hija menor del Rey ha atendido a los centenares de periodistas que se aglomeraban a la puerta del juzgado para conocer los detalles. Roca ha asegurado que la declaración de la infanta ha sido “ejemplar” y “leal” y que ha contestado desde su propia verdad sin contar con ningún privilegio. “Ha sido una satisfacción, la justicia funciona, todos somos iguales ante la ley y la infanta lo ha demostrado”, añadía el abogado.

Una de las partes de la acusación particular, Manuel Delgado, aseguraba en un descanso realizado por la mañana que doña Cristina había contestado al 90% de las preguntas con evasivas. Pero sus abogados han desmentido estas declaraciones y han aseverado que la infanta ha sido taxtativa en cada una de sus respuestas, ya fueran afirmativas, negativas o asegurando que no se acordaba. “No se podrá decir que, de modo alguno, sus pretensiones o sus deseos de conocimiento no han quedado satisfechos”, ha asegurado Roca.

La implicación del Rey

Durante su comparecencia, el magistrado le ha mostrado facturas y tickets de gastos personales cargados a su empresa Aizoon que la infanta ha reconocido, pero en su defensa ha alegado que no sabía que fueran sufragados de forma directa por Aizoon.

Sobre su participación en esta empresa, de la que es propietaria junto a su marido con un 50% respectivamente, la infanta ha asegurado que no entró a formar parte de la sociedad para ser un escudo ante Hacienda, sino que lo hizo porque se lo pidió su marido en 2003.

Asimismo, ha reconocido que el Rey don Juan Carlos le pidió en 2006, a través del asesor de la Casa Real José Manuel Romero, que Urdangarín dejara de lado sus negocios con la fundación Nóos. Un consejo que obvió y por el que hoy, el yerno de su majestad, está imputado.

La imagen de la Casa Real

La expectación en las puertas del juzgado ha sido máxima durante todo el día. Cerca de 400 periodistas de casi un centenar de medios de todo el mundo han seguido el minuto a minuto de la declaración. La mayoría de la prensa internacional ha destacado el desprestigio que vive la Corona española y el daño que ha hecho la imputación de la infanta en la imagen de la Casa Real.

Ahora, con la declaración de la infanta, el juez Castro decidirá si sienta a la hija del Rey en el banquillo de los acusados o si, por el contrario, actúa tal y como le piden los abogados: sobreseyendo las acusaciones.

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