6 paseos para enamorarse de Galicia caminando
Mirando al mar, entre bosques y montañas, con vistas a cascadas y serpenteantes ríos o que nos descubren un patrimonio oculto: recorremos algunos de los senderos más bonitos de Galicia

Junto a los ríos esperan bellísimos senderos. Foto: Turismo de Galicia.
Hay caminos que parecen hechos de poesía, senderos que avanzan de verso en verso, revelando emociones tras cada recodo, sentimientos que despiertan con la caricia de una brisa, el olor de la hierba, el rumor de las olas o el crujido de las hojas al caminar por el bosque. En una tierra tan mágica como Galicia y, pese a contar con la ruta más famosa del mundo, el Camino de Santiago, buscamos los paseos que desvelan algunos de sus más hermosos paisajes.
Contemplando el mar, entre bosques y montañas, en la ribera de sus ríos, descubriendo cascadas y patrimonio oculto, estos senderos sencillos y de pocos kilómetros son nuestros aliados para disfrutar de otra Galicia.
Leyendas frente al mar
El monte do Facho en Fisterra (A Coruña) es nuestro primer destino gracias a un sendero circular de 4,1 kilómetros en estas tierras del fin del mundo como las denominaron los romanos.
El paseo comienza en una pista forestal en el monte do Facho que baja en una pendiente pronunciada, regalando vistas del islote Centola de Fisterra mientras, hacia el norte, ya se vislumbra el cabo da Nave y el monte Veladoiro que domina este tramo de la costa.
El camino se hace más llano hasta el cruce desde donde se aprecia la playa do Mar de Fóra para después subir atravesando un pinar mientras nos dirigimos hacia la ermita de San Guillerme, al pie de un gran peñasco, y relacionada con antiguos ritos de fecundidad y con el “ara solis” o “altar del Sol” construido por los romanos.
Leyendas apartes, el lugar ofrece una panorámica bellísima del litoral, con vistas a la villa de Fisterra y a la playa de Langosteira; la ría de Corcubión y el litoral de Cee; O Ézaro con la masa rocosa inconfundible del monte Pindo, el arenal de Carnota y el monte Louro.
De regreso a la pista principal, continuamos hasta llegar a la carretera que sube del faro de Fisterra al monte do Facho, donde finaliza esta ruta circular.
Junto al río Arenteiro
En la desembocadura del río Arenteiro en el Avia encontramos una hermosa ruta que es perfecta para el otoño, la que conduce del ponte da Cruz al Pozo dos Fumes, en Boborás (Ourense).
Apenas un arco queda del citado puente, que se eleva sobre el río Avia y que debemos cruzar para comenzar a remontar el curso del Arenteiro, que nos acompaña con el sonido de sus aguas flanqueadas por paredes de pedra seca (como se denomina a los muros típicos levantados sin argamasa) tapizados de musgo, alisos, robles, castaños y algún madroño.
Tras superar las ruinas de un molino cruzaremos el ponte do Sepulcro, en cuya arcada mayor se halla grabada la cruz de la antigua orden monástica del Santo Sepulcro.
El sendero, por la margen derecha del río, atraviesa varios tramos de pasarelas de madera hasta llegar a un peñasco con barandilla desde el que observar el espectáculo que ofrece la cascada del pozo dos Fumes y la piscina natural que forma tras su caída.
La vuelta se realiza por el mismo camino, sumando algo menos de 2,5 km.
El bosque más hermoso
En la sierra del Courel (Lugo), la zona de mayor diversidad vegetal de Galicia, encontramos el sendero que cruza la devesa da Rogueira, un bosque atlántico poblado por fantásticas hayas, tejos, arces, castaños y robles que hacen de este lugar un paraíso para los amantes de la naturaleza.
El bosque de Rogueira, repleto de hayas, tejos, arces, castaños y robles, es uno de los más bellos de Galicia
También es posible ver corzos, comadrejas, gatos monteses o lirones, además de especies endémicas del norte peninsular como el tritón ibérico o la rana patilarga.
La ruta, de 4,4 km (solo ida) comienza en la cima del alto do Couto, a 1.311 m de altitud, por un sendero que se adentra en el bosque alternando miradores al valle y al bosque así como todo tipo de rincones mágicos que incluyen arroyos y cascadas y que nos conduce hasta las fontes do Cervo, donde encontramos dos manantiales. Uno de ellos, de aguas ferruginosas, se conoce en la zona como las fontes da Fame, ya que se bebía de ellas para abrir el apetito.
El sendero continúa hacia el mirador de Polín, donde podremos hacer un descanso para disfrutar de las vistas antes de iniciar el camino de vuelta.
Cascada de Augacaída
Con una caída de 40 metros, la impresionante cascada de Augacaída es la estrella de este camino, que localizamos en la zona de la Ribeira Sacra, en Lugo.
El camino (2,3 km solo ida) arranca en las inmediaciones de la Torre del Reloj, en Pantón, desde donde desciende por una pista de tierra rodeada de castaños y robles. Siguiendo las indicaciones a la cascada, el sendero se estrecha y se inclina hasta alcanzar una escalera que desciende mientras parece conducirnos a las profundidades de la tierra.
Un mirador nos regala una panorámica perfecta de la cascada de Augacaída, una de las más altas de Galicia, y su impresionante salto de agua.
El románico escondido de Santa María de Pesqueiras
Nuestro siguiente sendero nos lleva a descubrir una maravilla del románico oculta en la Ribeira Sacra: la iglesia de Santa María de Pesqueiras, que se escondida en el centro de un castañar.
Antiguo monasterio de monjas benedictinas, del conjunto conventual sólo se conserva el templo, que alberga una talla del siglo XIII que representa a la Virgen con el Niño, junto con un conjunto de valiosas pinturas murales del siglo XVI, en las que se representa la Anunciación a María, la Resurrección de Cristo y el Juicio Final.
Desde la iglesia arranca el sendero circular, de 3 km en total, que discurre por pistas de tierra abrigadas por robles y castaños y siempre entre maravillosas vistas sobre el cañón del río Miño y el embalse de Belesar.
El paseo más romántico de Lugo
En los alrededores de la histórica fábrica de Sargadelos, en Cervo (Lugo) encontramos uno de los paseos más románticos de Galicia.
De apenas un kilómetro, la ruta comienza en el antiguo complejo industrial de Sargadelos, creado entre 1791 y 1806 por Antonio Raimundo Ibáñez y formado por una factoría de fundición de hierro y por una fábrica de loza en funcionamiento hasta 1875.
Fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en el año 1972 y conserva los restos de la antigua fundición, de cuatro hornos y la Casa de la Administración, hoy convertida en el Museo Histórico de Sargadelos.
A poca distancia continúa funcionando la fábrica que sustituyó a este complejo y que sigue siendo el máximo exponente de la cerámica gallega.
En cuanto al sendero, discurre en paralelo al río Xunco hasta una pequeña cascada artificial que baja sobre el muro de la presa del río, construida en 1971 para abastecer de agua a las fábricas.
Cuenta la tradición popular que este camino tiene virtudes enamoradizas y, desde luego, es indiscutible que rezuma encanto.