Cómo eran (y en qué estado están) los grandes baños de la antigüedad
Los pueblos antiguos han construido grandes complejos termales que el tiempo ha degradado. Pero podemos conocer cómo eran en sus mejores épocas

Reconstrucción de las termas de Caracalla. Foto QS Supplies
La cultura de los baños públicos se pierde en las nieblas de la historia. Desde el siglo III a.C. las civilizaciones del Indo solían reunirse en estos sitios para refrescarse y socializar, una costumbre que se extendió por la Mesopotamia, el Antiguo Egipto y Grecia, cada uno con sus particularidades, hasta llegar al Imperio Romano.
La costumbre saltó al mundo árabe, que lo llevó a niveles de refinamiento nunca vistos, en una época en que la Europa medieval lo veía como algo extraño, lejos de sus hábitos de pasar meses sin bañarse.
Los baños públicos no solo eran sitios para asearse: eran lugares para forjar relaciones, cerrar negocios, buscar matrimonio, tejer influencias políticas o simplemente pasar el rato en familia.
Las ruinas de muchos de estos centros permiten intuir cómo eran en sus épocas de esplendor, pero gracias a la tecnología de QS Supplies podemos conocer con todo detalle sus construcciones.
Termas de Caracalla, Roma
Construidas en el año 216, eran la casa de baños públicos más famosa (y la segunda mas grande) de Roma, con una extensión de más de 120 hectáreas.
En realidad era un complejo con biblioteca y tiendas, donde hasta 8.000 romanos lo usaban cada día.
Las Termas de Caracalla eran usadas por 8.000 romanos cada día, un complejo que también contaba con tiendas y hasta biblioteca
Decorado con elegancia con mosaicos y pinturas en sus paredes de mármol, una compleja red de fontanería calentaba el agua debajo del suelo, donde el vapor se elevaba entre estatuas de más de 2,5 metros.
Baños de Mohenjo-Daro, Pakistán
Estos son uno de los baños termales más antiguos, que datan del siglo III a.C. El lugar presentaba una gigantesca tina elevada en un montículo de tierra, sostenida por paredes de ladrillo cocido que medía 12 x 7 metros, con una profundidad de 2,4 metros, y con escaleras en cada extremo.
Descubierto en 1920, su hallazgo confirmó la importancia del baño para los antiguos habitantes de esta ciudad al borde del río Indo, donde las casas de las clases más altas tenían sus propias tinas y sistemas de fontanería.
Villa Adriano, Tívoli
Las elegantes residencias imperiales de Adriano se construyeron alrededor de un complejo de baños que solo podía ser usado por su familia y su círculo de personas de confianza.
Estos baños contaban con un sistema de control de temperatura por suelo radiante. Los romanos solían practicar ejercicios en el patio llamado palestra, para luego iniciar un circuito de aguas a diferentes grados, del caldarium caliente al tepidarium tibio, seguir al laconium (como un sauna circular) y finalizar con un baño de agua fría en el frigidarium.
Basílica Therma, Sarıkaya/Yozgat (Turquía)
Este complejo de baños fue construido por los romanos en el siglo II para aprovechar un manantial de fuentes termales y curativas, que emanaba (y lo sigue haciendo) a 45 grados.
Su fachada contaba con planchas de mármol corintio, con una piscina revestida del mismo material, mientras que las paredes interiores eran de piedra caliza.
Las instalaciones estaban decoradas con estatuas de divinidades, entre ellas una serpiente que simbolizaba a la salud.
Baños de Odessos, Varna (Bulgaria)
En el siglo II el Imperio Romano levantó este complejo de baños en la actual Varna, que eran los más grandes de los Balcanes, con estructuras que totalizaban 7.000 m2 y edificios que llegaban a los 22 metros de alto.
Los baños de Odessos eran los más grandes de los Balcanes, con estructuras que totalizaban 7.000 m2
Mientras que la mayoría de los baños romanos tenían sectores para hombres y otros para mujeres, este solo lo dividía por horarios: ellas podían concurrir por las mañanas y ellos por la tarde.
También contaba con una especie de vestuario donde los usuarios podían guardar sus objetos de valor por si pasaban por allí antes o después del trabajo.
Las paredes están construidas con piedra y ladrillo cuidadosamente estratificados, y los grandes vestíbulos de entrada aislaban a los visitantes de un cambio repentino de temperatura.
Baños de Barbara, Tréveris (Alemania)
De la misma época son estos baños ubicados cerca del río Mosela, que fue casi todo desmantelado para ser usado como material de construcción de un castillo medieval.
Sin embargo sus ruinas permiten conocer su gigantesco tamaño: tenían una superficie de 42.000 m2 (como seis campos de fútbol), con sectores que se elevaban hasta cuatro pisos.
El complejo original presentaba bibliotecas, tiendas, restaurantes y salones de belleza, además de piscinas y saunas revestidos de mármol y grutas marinas.
Baños de Bath, Inglaterra
Estos baños fueron tan importantes que terminaron bautizando a la ciudad inglesa de Bath, aunque los romanos la conocían como Aquae Sulis, por el manantial que provee de agua.
Son los mejor conservados del norte de Europa, y en su visita se pueden distinguir varias de sus instalaciones.
Una es la gran piscina, donde la gente podía nadar en vez de simplemente sumergirse, infraestructura revestida con láminas de plomo de 45 cm de espesor y con un techo de cerámica sostenido por columnas que entraban en el agua.
El complejo también contaba con una sala de sudoración seca llamada laconicum y un conjunto de piscinas de inmersión, incluido una de 1,6 mts de profundidad usada para el baño frío.