Las islas que abren las puertas de la historia de Suecia
Museos, recreaciones de batallas y antiguas fortalezas se pueden visitar en esta excursión por el archipiélago de Estocolmo

Un barco de época pasa delante de la vortaleza de Vaxholm. Foto Wikipedia
Estocolmo y su área metropolitana, o más bien, gran parte del sur de Suecia es un mosaico de archipiélagos, con islas e islotes de formación glaciar atravesadas por las aguas del Mar Báltico.
En esta época de año las islas que rodean a la capital sueca reverdecen con los árboles y arbustos en su apogeo, donde el sol de medianoche les da una coloración especial cuando se reflejan en el agua.
Estas regiones suelen ser un destino popular para locales y visitantes en búsqueda de turismo de naturaleza, pero ahora la idea es conocer otra faceta: que sean la puerta de entrada a la historia y cultura del país.
Artipelag
Según las sugerencias de Turismo de Estocolmo, un buen punto de partida es el museo Artipelag, que en medio de un bosques de pinos en Värmdö se ha convertido en un polo de atracción cultural, arte y diseño.
Allí hay galerías de arte, exposición de esculturas al aire libre, conciertos, talleres infantiles y una interesante propuesta gastronómica de vanguardia.
Hamn
El 13 de agosto de 1719 las tropas suecas defendieron su capital del ataque ruso en la Gran Guerra Nórdica.
Esta fue la batalla de Stäket, que los suecos consideran como una victoria aunque la retirada rusa se realizó sin grandes daños a su flota, que siguió hostigando las posiciones escandinavas una buena temporada.
Museos como el de Hamn o la fortaleza de Vaxholm permite comprender la historia política de Suecia entre los siglos XVI y XVIII
En el museo de Hamn se puede aprender sobre esta batalla y esa guerra, gracias a los trabajos de arqueología que se han realizado en los últimos años.
Además cada fecha de la batalla, asociaciones históricas recrean el enfrentamiento bélico.
Vaxholm
La fortaleza de Vaxholm fue construida por el rey Gustav Vasa en el siglo XVI para defender el archipiélago de Estocolmo.
Destruida y reconstruida tras dos guerras, el fuerte ahora aloja un museo, un hotel y un centro de convenciones. En el verano también se organizan actividades como un juegos de escape y excursiones en jet sky por las aguas que lo rodean.
Arnholma
Los que prefieran la historia más moderna pueden poner rumbo a la isla de Arnholma, donde se encuentran los restos de una batería de cañones construida en la Guerra Fría.
En la isla de Arnholma están las baterías de cañones construidos en caso de una invasión soviética
La idea era rechazar un posible ataque soviético, pero como no se disparó ni una salva de advertencia todos estos años, las instalaciones están impecables desde que dejaron de ser operativas en el 2000.
Los bunkers y baterías que eran una zona secreta ahora pueden ser visitados en el museo que se ha creado, donde se exhiben desde proyectiles a mapas.
Norrtälje
Un museo diferente, esta vez dedicado a la industria, puede visitarse en la isla de Norrtälje.
Allí están las antiguas instalaciones de Verkstads AB Pythagoras, compañía fundada en 1898 dedicada a producir máquinas de calcular mecánicas.
La idea fracasó, pero la empresa se recicló fabricando cerraduras, candelabros y accesorios de iluminación, hasta crear una bombilla incandescente que fue un éxito.
Sin embargo la compañía cerró en 1979, y su historia se puede conocer en el museo que se creó en sus instalaciones.
Grisslehamn
El escritor y pintor sueco Albert Engström se enamoró de un solitario paisaje de la localidad de Grisslehamn, frente al mar de Åland.
Allí construyó una casa para pasar los veranos, y un pintoresco atelier en una pequeña vivienda sobre una formación rocosa a metros del agua, rodeada de bosques.
El lugar se puede visitar, y además de conocer su obra, también se puede entender cómo estos paisajes pueden ser una fuente de inspiración.
Gustavsberg
Los que quieran dar un toque de decoración nórdica a su casa tendrían que dar una vuelta por el Museo de Porcelana de Gustavsberg, que exhibe más de 45.000 piezas de una fábrica que estuvo activa entre 1825 y 1993.
El Museo de Porcelana de Gustavsberg exhibe 45.000 piezas fabricadas entre 1825 y 1993
Allí se ven desde piezas de reconocidos diseñadores escandinavos a otras de creación anónima, todo un viaje por un siglo y medio de arte en porcelana.
Åkersberga
Entre 1635 y 1775 la herrería Wira Bruk fue la principal proveedora de cuchillas y armas blancas al ejército sueco, que en tiempos de paz derivó a la fabricación de herramientas agrícolas como hachas y guadañas.
Tras su cierre en 1960 esta antigua factoría se transformó en un museo que explica cómo se fabricaban estos elementos y detalla la vida cotidiana en el archipiélago.